Capítulo 24. Silencio total

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Luffy lanzaba puñetazos a diestro y siniestro cómo si fuese una ametralladora, sin embargo, apenas unos pocos lograban alcanzar al objetivo. Doflamingo era rápido esquivando sus ataques y comenzaba a sentirse cansado. Sabía que debía buscar una forma de incrementar su poder pero ¿Cómo iba a ser capaz de eso si apenas podía mantener su actual forma? De pronto sintió cómo uno de los molestos hilos invisibles del contrario le cortaba el brazo izquierdo haciéndole perder la concentración. Entonces el Shichibukai aprovechó para golpear con fuerza al chico de goma lanzándole a metros de distancia.

-Tú... Bastardo. -Ace llamó la atención del rubio permitiendo así a Luffy volver a su estado habitual y tomarse un descanso. -¿Creías que podías engañarnos? Eres un maldito sádico desquiciado.

La risa de Doflamingo no tardó en hacerse notar por todo el lugar. -¿Qué se supone que sabes chico de fuego?

El del abrigo de plumas se acercó lentamente al cuerpo del pecoso mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro a su paso. Ace sin embargo, intentaba con todas sus fuerzas no dejarse llevar por las ganas que sentía en ese preciso instante de lanzarse hacia el hombre que tenía delante y asesinarlo con sus propias manos. Una vez Doflamingo llegó frente al pecoso sujetó la barbilla del menor con fuerza mientras clavaba su mirada en él por encima de sus gafas.

-Desde luego eres tan insolente como el mocoso de Traffy para hablarme así. Se me ocurren un par de razones por las que le gustas.

Ace apretó los dientes frustrado. Sabía que si acababa con él en esos momentos podría ser un problema así que mientras hacía crujir los huesos de sus falanges, alzó su mirada hacia el mayor y esbozó una cálida sonrisa.

-¿Sabes? Al principio Law se comportaba como un maldito psicópata cuando se me acercaba pero después de conocerte, no puedo culparle. -Comenzó haciendo que una vena empezara a marcarse en la frente de su oponente. -Sin embargo, acabas de darme la prueba que necesitaba para saber que todo esto sólo es parte de uno de tus estúpidos juegos.

-¿Qué quieres decir idiota? -El rubio comenzaba a impacientarse.

-¿Donde está su corazón?

El de las gafas de sol borró su sonrisa al instante dejando ver una mueca de disgusto ante el comentario que acababa de escuchar. Al ver su cara, el pecoso respiró aliviado al confirmar su teoría.

Law seguía vivo.

*Flashback*

Ace sujetaba el cuerpo sin vida de Trafalgar sin poder retirar su vista de él. Sentía un dolor abrasador atravesar su pecho, bajar hasta su estómago y después volver a clavarse en la zona superior haciendo que la tarea de respirar fuera prácticamente imposible. Ni siquiera escuchaba el ruido de la batalla que estaba teniendo lugar a su alrededor pero ya nada de eso importaba.

Mataría a ese bastardo con sus propias manos por arrebatarle a Law.

Observó cómo un papel caía del cuerpo que sostenía entre sus brazos y se apresuró a comprobar de qué se trataba. Al verlo, un brillo apareció de nuevo en sus ojos y sin perder el tiempo se palpó los bolsillos del pantalón buscando algo. Unos segundos después, sacó un papel similar al que acababa de caerse del abrigo del mayor.

Su vivrecard.

Por desgracia para el pecoso, a su corta edad se había visto obligado a ver morir a más de uno de sus nakamas y sabía que cuando alguien se iba para siempre, la vivrecard de la persona en cuestión se iba consumiendo poco a poco hasta que finalmente desparecía con su dueño. Apretó el papel que tenía en sus manos sintiendo cómo las lágrimas caían de nuevo por sus mejillas y volvió a comprobar el pulso del tatuado. Si no estaba muerto ¿Por qué no le latía el corazón?

Mierda. Esa habilidad de Trafalgar podía llegar a ser realmente molesta.

*Fin del flashback*

-¿Cómo demonios has sabido tan rápido que mi pequeño Traffy no está muerto? -Se quejó el Shichibukai para después volver a reír. -¡Bah! Al fin y al cabo tampoco le queda mucho.

-¿Qué dices bastardo? -Ace envolvió su puño en llamas lanzándose contra el mayor y aterrizando en su mandíbula de lleno.

Doflamingo se mantuvo en su sitio sin borrar la sonrisa sádica que se dibujaba en su cara. Escupió un poco de sangre antes de palparse la zona dañada. -Eres fuerte. Pero ni siquiera tú podrás salvarle.

El shichibukai comenzó a mover los dedos de forma ágil con intención de lanzar sus hilos en dirección al tatuado.

-No permitiré que-

-Ace-ya, deja que Doflamingo me atrape. Confía en mí.

¿Qué? Miró a Law y vio como este seguía con los ojos cerrados sin moverse. Mierda. Le había escuchado. Era su voz de eso estaba seguro. Tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para retener sus lágrimas mientras volvía a mirar al rubio ocultando cómo se sentía en esos momentos.

Estaba vivo de verdad. Y por fin se había despertado.

Por lo visto había permanecido inconsciente hasta ese momento. No conocía de primera mano cómo funcionaba la habilidad de Law pero recordaba algo que Luffy le había contado. Por lo visto mientras el corazón extirpado mediante la Ope Ope permaneciera en buenas condiciones, la persona dueña del órgano seguía llevando una vida normal aún sin él.

Se acercó un par de pasos hacia el Shichibukai que le miraba sin borrar aquella estúpida sonrisa. - ¿Qué pasa, chico de fuego? ¿Quieres pelear por ver quien se lleva a Traffy?

-Oye bastardo, no permitiré que vuelvas a hacer daño a Law nunca más.

Ace hablaba totalmente enserio. Estaba dispuesto a enfrentar a aquel hombre y también a matarle si era necesario. No pensaba dejar que ese bastado hiciera daño a Law nunca más. Sin embargo, sabía que debía confiar en las palabras del ojeroso. Así que en estos momentos se encontraba disimulando ante el rubio. Él jamás abandonaría a Law y el shichibukai lo sabía así que no podía rendirse sin más. Sin embargo, sin ni siquiera darse cuenta, el cuerpo de Trafalgar salió volando por los aires para alejarse del pecoso y aterrizar sin ningún cuidado frente a Doflamingo.

-¿Así que tú te crees con derecho a darme o quitarme permiso de algo? - La cara del de gafas de sol mostró una mueca llena de locura.

Si había algo que Doflamingo nunca había soportado era recibir órdenes y ver cómo le negaban lo que quería. Aquellos mocosos le habían enfadado de verdad.

Se había hartado de jugar.

Y antes de que ninguno pudiera prevenir lo que estaba apunto de acontecer, un sonido ensordecedor hizo que todo se detuviera por segunda vez.

Aquel maldito sonido que Ace no podría volver a olvidar jamás.

Un disparo.

Luffy apareció junto a la escena en el acto. Segundos después apareció Zoro bastante magullado pero victorioso tras su batalla. Sin embargo, los tres hombres observaron sin poder creer lo que veían. Doflamingo acababa de disparar su arma en dirección a Law de nuevo. Y esta vez el disparo era muy real. Después de eso, silencio total.

So Cold And WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora