Capítulo 31. Hay algo que quiero decir

90 9 5
                                    

Trafalgar Law no pudo evitar mirar de nuevo al espadachín y al cocinero de los Mugiwara que caminaban el uno junto al otro en silencio. La mano del peliverde rozaba la ajena con cada paso hasta que Zoro finalmente sujetó la mano del más pálido y la apretó intentando que Sanji se sintiera seguro. Este gesto fue sutil y cómplice. Nada de grandes declaraciones o gestos románticos. Apretó ligeramente su mano y después la soltó para continuar la marcha como hacía unos segundos. Esto pasó desapercibido para el resto pero el cirujano de la muerte lo observó con detenimiento. No podía negar que se alegraba a sobremanera de que el rubio hubiese cambiado de opinión respecto a la idea de reunirse con Big Mom.

Ace miró a Law y vio cómo el tatuado se perdía en sus pensamientos al observar a la reciente pareja. Se sentía tan completo junto a él, que a veces tenía que tomarse unos minutos para comprobar que todo aquello era real y que no se esfumaría en el último momento como si de un sueño se tratase. Ahora que Sanji había vuelto, no podía esperar el momento de comunicar a todos los que había decidido y sobre todo, se moría de ganas por decirle a Trafalgar que estaba completa y locamente enamorado de él.

-¿Acaso sabéis donde os estáis metiendo mocosos? ¡¿Sois conscientes de que estáis desafiando a Big Mom?! ¡¿Es que no tenéis miedo a la muerte?!

Pekoms que se encontraba atado y siendo cargado sobre los hombros de Luffy, comenzó a gritar cada vez más buscando llamar la atención de los allí presentes. 

-¿QUIERES CERRAR EL PICO DE UNA VEZ? -Gritó Luffy enfadado mientras le dejaba caer al suelo.

-¡Cómo te atreves Mugiwara! Lamentarás el día que decidiste enfrentarte a Big Mom...

Pero antes de poder continuar un puño envuelto en llamas aterrizó en su nariz haciendo que el león comenzara a quejarse mientras unas lágrimas caían de sus ojos de forma inevitable debido al impacto recibido.

-¿Es que no hay ningún enemigo que sepa mantener la boca cerrada? ¡Esto empieza a ser realmente molesto! -Se quejó Ace mientras se masajeaba la mano con la que acababa de atacar a Pekoms.

Law dejó escapar una pequeña risa casi imperceptible pero fue más que suficiente para el pecoso que le miró de forma inmediata. -Eres demasiado impulsivo Ace-ya. -Susurró junto a su oído haciendo estremecer al menor.

-C-cállate idiota. -Respondió el otro empujándolo nervioso. Comenzaba a sentir cómo el calor subía a sus mejillas.

-Esto me recuerda al día que nos conocimos ¿No crees? -El cirujano estaba disfrutando de las reacciones que lograba en el chico de fuego. 

El pecoso miró hacia otro lado intentando ocultar el sonrojo que ya comenzaba a ser visible en su rostro y esto provocó que el cirujano volviese a reír un poco. -¿Es que no tienes nada mejor que hacer que meterte conmigo bastardo? -Se defendió.

-Es sólo que... -Trafalgar volvió a acercarse y con una de sus manos acarició de forma rápida el cuello del menor. -Desde el principio supe que volvería a verte después de aquella vez Ace-ya. -Confesó.

-¿Hablas en serio? ¡Yo rezaba a los dioses para no tener que volver a verte! -Se burló el chico de fuego.

-Tan frío...

Cuando regresaron junto al resto, todos se alegraron de ver a Sanji de vuelta sin embargo era inevitable que al mismo tiempo nadie supiese muy bien qué demonios estaba pasando. El cocinero sabía que ahora venía la peor parte. Debía explicar a sus amigos qué había estado a punto de hacer. 

Mierda. No lo había pensado antes.

La sola idea le hizo estremecer en el sitio y Zoro posó su mano sobre el hombro del rubio. -No tienes porque hacerlo así. Ya sabes... Delante de todos y ahora mismo. 

Miró a su nakama sorprendido por la facilidad con la que había sabido leer su preocupación con un simple gesto. Una pequeña sonrisa casi imperceptible se dibujó en la cara del cocinero. Si había alguien además de Zeff a quien podría confesarle su pasado, era su tripulación. Y ahora que la batalla contra Big Mom era algo irremediable, no podía ocultar más la razón por la que estaban en peligro. Subió su mano hasta su hombro hasta posarla sobre la de Zoro que aún se encontraba ahí y giró su cabeza a la izquierda para poder verle. Ambos se miraron unos segundos en silencio. Sanji cogió aire y lo echó de forma pausada con la nariz. No tardó en volver a coger aire con lentitud mientras su abdomen se inflaba mientras observaba detenidamente las miradas llenas de cariño de sus nakamas. 

Después comenzó a hablar.



-



-Supongo que esto significa que ahora no nos enfrentamos a un Yonkou, sino a dos. -Dijo Law suspirando tras escuchar a Sanji hablar sobre la alianza de Big Mom y su familia.

-¿Quién demonios es esa gente para codearse con una Yonkou? -Preguntó enfadado Zoro refiriéndose a los parientes del rubio.

-Ellos son... -El cocinero resopló incómodo. -Los Vinsmoke del reino de Germa.

Los ojos del cirujano de la muerte se abrieron de par en par al oír aquello. ¿El ejército del Germa era real? Había leído mucho sobre ellos cuando era niño. De hecho había pasado tantas horas leyendo sus historias que era imposible no recordar al instante todas las atrocidades que sabía acerca de esas personas.

-¿Les conoces? -Quiso saber Ace al ver el semblante serio del ojeroso.

-Si la mitad de lo que creo saber sobre ellos es cierto no me sorprende que quisieras escapar de ese lugar, Kuroashi-ya. -Respondió Trafalgar posando su mano sobre el hombro del mencionado.

Los ojos azules se encontraron con los grises de Law y se cristalizaron al instante. Por primera vez en mucho tiempo sintió una alegría tremenda por oír esas palabras. 

-Está decidido. Nos dividiremos en dos equipos. El primero ira a Wano para asentarse mientras espera al resto. El segundo grupo enfrentará a Big Mom y al reino de Germa para exigir que liberen a Sanji de ese ridículo matrimonio. -Zanjó Luffy sorprendiendo a todos por la rapidez con la que había entendido todo.

-Luffy yo... Hay algo que quiero decir. -Ace habló haciendo que los allí presentes le miraran con curiosidad. 

Trafalgar Law lo supo. No tenía ni idea de cómo pero por alguna razón supo al instante que aquella noticia sería algo importante. 

-He decidido continuar con mi aventura pirata pero ahora que mi padre ha decidido tomarse un descanso, necesito una tripulación. Ahora que realmente nos hemos reencontrado no me perdonaría jamás perder a ningún hermano. 

Susurró las últimas palabras pero Luffy entendía de sobra a lo que se refería el pecoso. Los ojos de ambos hermanos brillaban al recordar el reencuentro con Sabo. Entonces, Ace alzó su vista y miró al menor con determinación mientras le regalaba una gran sonrisa. 

-¿Qué dices, Luffy? ¿Me aceptas como nakama?


So Cold And WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora