Capítulo 4. Una visita, ¿Qué dices?

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Lo primero que hizo Trafalgar Law tras el reencuentro con su tripulación y con sus aliados, fue dirigirse a la biblioteca de su submarino. Pasó allí las siguientes dos horas mientras, era interrumpido innumerables veces, tanto por sus aliados, como por los Mugiwara. 

Todos, a excepción del capitán de los piratas de Heart, se encargaban de los últimos preparativos para salir finalmente de la isla donde habían quedado en encontrarse. Sin embargo, el mencionado había pedido pasar tiempo a solas en su preciada biblioteca y nadie se negó a ello.

Luffy había proclamado que esa noche habría una fiesta para celebrar su vuelta. Y aunque, se había negado rotundamente varias veces, a nadie parecía importarle un rábano su opinión. Incluso su tripulación parecía entusiasmada por la idea. Suspiró y volvió a su lectura. Por una vez, le daba totalmente igual ser ignorado. 

Pensándolo bien, la fiesta era el escenario perfecto para poner en marcha su plan. No había sido capaz de quitarse a Portgas D. Ace de la cabeza desde que se conocieron. De hecho, ya había llamado su atención en Marineford. Jamás olvidaría cómo le vio pelear y defender a Tiger Fish. Se tensó por un instante al recordar al difunto.


*Flashback*

El grito de desesperación del pecoso le obligó a encontrarse con aquel muchacho tan atractivo. Vio la cara de horror del menor al ver el disparo que uno de los vicealmirantes había lanzado hacía Barbablanca mientras éste se encontraba de espaldas. Malditos bastardos. Estaba tan lejos y todo estaba sucediendo tan rápido, que no sabía si su poder iba a poder alcanzar aquella bala. Pero lo hizo, desvió la bala hacia atrás unos milímetros, para no levantar sospechas, haciendo que ésta perdiera potencia. Cuando alcanzó finalmente al capitán peliblanco, simplemente le golpeó el pecho con ligereza y rebotó hacia el suelo.

- ¿ES INMUNE A LAS BALAS INCLUSO SIN USAR SU PODER? Es imposible si está de espaldas -Gritaron asustados unos marines que observaban la escena.

-¡Callad idiotas! -Gritó Sengoku. 

"¿Hasta dónde llega tu resistencia, viejo lobo de mar?" -Pensó.

*Fin del flashback*


Tenía claro lo que debía hacer. No iba a rendirse sin intentarlo. Sabía que debía explicar muchas cosas, pero aquel chico le infundía un irremediable deseo de provocarle. Quería verle enfadado y frío. Pero al mismo tiempo, tan entregado, tan fiel a sí mismo, tan... Cálido. Cerró el libro que tenía en sus manos de golpe. Y se dirigió en busca del resto para pasar un tiempo con ellos. Después de todo, realmente les había extrañado.

Un rato después del gran banquete que los cocineros de ambas tripulaciones prepararon para la fiesta, la mayoría de los piratas presentes, estaban borrachos. Se propuso buscar a Mugiwara antes de que fuese imposible conseguir su objetivo, pero algo llamó su atención. 

Nami competía contra Penguin para ver quién era capaz de aguantar más jarras de sake y por el momento, iba claramente en cabeza. Le sorprendió ver a la navegante en ese estado pero, recordó que ella le había hablado en una ocasión sobre su aguante al alcohol. Un ruido hizo que dirigiera su vista hacia la cocina. Zoro y Sanji habían comenzado otra de sus peleas. Suspiró y se acercó a Sachi al verlo sólo junto a una botella de sake.

- ¿Qué hay capitán? –Dijo a modo de saludo

-Incluso en las fiestas, prefieres la soledad ¿Eh? –Respondió con su tono habitual.

-En eso nos parecemos, Law. –Sonrió mientras le miraba.

Suavizó sus facciones hasta mostrar una casi sonrisa. –Supongo que sí. –Dio un largo trago a la botella que tenía su nakama y se la llevó, retomando su búsqueda del capitán aliado.

So Cold And WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora