Capítulo 25. Al final lo conseguiste idiota

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Lo siguiente sucedió tan rápido que nadie supo en qué momento exacto Ace había lanzado un puñetazo llameante que aterrizó de lleno en la nariz de Doflamingo provocando un sonoro crujido. El cuerpo del Shichibukai cayó al suelo mientras el pecoso se sentaba sobre él y seguía golpeando con fuerza quemando la piel del rubio a su paso. 

-¡Ace! ¡Ten cuidado con él! -Gritó Luffy al ver cómo el mayor elevaba su mano con intención de usar su habilidad.

El mencionado se apartó con rapidez al escuchar a su hermano y vio cómo su oponente se levantaba con la ira implícita en su mirada. El moreno plantó cara al mayor como si fuese ajeno al peligro que emanaba aquel hombre. Se encontraba en el limbo entre la cordura y la más absoluta locura y necesitaba confiar en su intuición como siempre lo había hecho. En esos momentos era lo único que le quedaba. 

-Gamma Knife. 

Esa voz.

Apenas unos segundos después de aquellas palabras Doflamingo comenzó a gritar cayendo de rodillas al suelo mientras se retorcía de dolor. -¡¿Qué cojones has hecho? ¿Cómo puedes estar vivo?! -Se quejó mirando a la persona que acababa de hablar.

-Siempre has sido tan egocéntrico... 

Ace contemplaba la escena con lágrimas en los ojos. El cuerpo de Law se encontraba en el suelo y se veía muy malherido. Su brazo parecía estar dislocado y su piel mostraba hematomas y heridas abiertas por todas partes. Sin embargo, éste movía sus dedos de forma hipnótica. Como si nunca hubiera estado casi muerto. Debía admitir que la primera vez que había visto cómo el Shichibukai disparaba a quemarropa al ojeroso, había perdido toda esperanza por un momento. Pero al descubrir que todo era un engaño por parte del Shichibukai y que el moreno simplemente estaba inconsciente, reconectó de nuevo consigo mismo. Es por eso que cuando Law le pidió que confiara en él, algo en su interior le decía que debía hacerlo. 

-Ni siquiera te has dado cuenta de que llevas un buen rato en una de mis rooms. He controlado todo lo que sucedía a nuestro alrededor sin que lo notaras. Alguien como tú no tiene en cuenta a los demás y eso será tu perdición. Y por cierto, mira lo que tengo. -Dijo mientras sacaba su corazón del bolsillo de su chaqueta. -Te conozco más de lo que piensas maldito psicópata. Eres tan previsible... Guardarlo en tu abrigo sólo demuestra lo narcisista que eres.

-Maldito bast-tardo. -Gruñó Doflamingo mientras se acercaba con algo de dificultad al cuerpo malherido de Law y comenzaba a invocar sus hilos de nuevo.

El tatuado estaba en las últimas. Sus fuerzas apenas habían vuelto tras recobrar la consciencia y había gastado casi toda su energía en intentar ocultar el room que había creado. Y por si fuera poco apenas unos segundos después Trébol, el aliado de Doflamingo, se levantó del suelo lentamente mientras gruñía el nombre de Zoro. Éste esbozó una sonrisa ladeada y se acercó al enemigo.

-Me alegra saber que no fue tan fácil acabar contigo. Aún puedo divertirme. -Dijo sin dejar de sonreír.

El espadachín desenvainó sus espadas y se lanzó hacia el oponente mientras un gran vendaval se levantaba alrededor de los dos hombres. No pasó mucho tiempo cuando el hombre que parecía estar hecho de una especie de mucosa caía de nuevo inconsciente al suelo mientras un gran charco de sangre se expandía a su alrededor. Por otro lado, antes de que el rubio pudiese avanzar más hacia Law, Luffy estiró su brazo envuelto en haki y aumentando el tamaño de su mano lanzó un gran puñetazo hacia el mayor haciéndole volar por los aires. Sus huesos crujieron en innumerables partes. Las gafas de sol se rompieron en mil pedazos clavándose en su cara y ojos. Sentía cómo todo ardía y el dolor se clavaba en todo su cuerpo hasta el punto de casi perder la consciencia.

-Jamás vuelvas a acercarte a mis amigos bastardo. La pesadilla de Dressrosa acaba hoy y tú te pudrirás en la cárcel. -Sentenció Luffy.

-Ac-cabaré c-con vosot-tros malditos desgraciad-dos. 

Doflamingo apenas era capaz de hablar pero antes de que pudiera continuar, un nuevo puñetazo le noqueó por completo provocando que la sangre comenzara a manchar su boca para finalmente caer por su barbilla y teñir todo de rojo a su paso.

-¡Maldita sea! ¡Te juro que voy a matar a este bastardo si vuelvo a oír su estridente voz! -Maldijo Ace mientras se masajeaba el puño con el que acababa de golpear. Después dirigió la vista a Law y se agachó junto a él con rapidez mientras le acariciaba la mejilla. -¡Has tardado mucho idiota! ¡Por un momento pensé que te había perdido de verdad!

-Lo siento Ace-ya pero gracias por confiar en mí. -Susurró el tatuado cansado.

Puño de fuego le abrazó y éste respondió aquel contacto con la misma necesidad. Cerró sus ojos dejándose llevar por el aroma del hombre que tanto quería. Sus ojos se llenaron de lágrimas al pensar en lo que acababa de suceder. Por fin aquella pesadilla llegaba a su fin. Cuando sintió que Ace se alejaba de su cuerpo dirigió la vista a su propio pecho y contemplo el tatuaje en forma de corazón que atravesaba todo su pecho.

Cora-san...

-Él está bien esté donde esté. Y ahora gracias a ti, todo Dressrosa está a salvo. -Concluyó el pecoso mientras se acercaba de nuevo con sumo cuidado para dar un suave beso en sus labios.

-Ace quiero que te lleves a Torao a su submarino. Bepo podrá curarle y en cuanto estemos todos listos, saldremos de este infierno. Zoro, tú y yo iremos a buscar a los demás. -Ambos hombres asintieron ante las palabras de Luffy y se pusieron manos a la obra.

El pecoso se sorprendió al ver cuánto había crecido su hermano pequeño. Luffy ya no era ningún niño con miedo a perder a sus amigos. Ahora era fuerte, decidido y estaba rodeado de gente que le quería y creía en él de forma ciega. Sintió un calor abrasador en su interior y no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su cara mientras una lágrima resbalaba por su mejilla. Estaba feliz por poder pasar tiempo con su hermano y sobre todo sentía orgullo al ver la persona en la que se había convertido.

-Ace-ya... -Susurró Trafalgar al sentir que el menor le cargaba sobre su espalda para comenzar a caminar con rapidez. Sin embargo no pudo continuar porque un ataque de tos se lo impidió.

-¡Cállate estúpido! Tenemos que llegar al submarino para que puedan tratarte. Ahora debes descansar.

A pesar de que el capitán de los piratas Heart quiso replicar, apenas le quedaba energía para mantener los ojos abiertos y poco a poco sintió cómo la oscuridad se abría paso dejando de ser consciente de lo que le rodeaba. Ace apretó su agarre para que el cuerpo que llevaba en su espalda no sufriera ningún daño en el camino y suspiró de forma profunda.

-Al final lo conseguiste idiota... Me he enamorado de ti por completo. -Susurró el pecoso sabiendo que su acompañante no escuchaba.

So Cold And WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora