Capítulo 32. Tan frío y cálido

116 12 3
                                    

-Oí Sanji ¿Estás bien? -Preguntó Nami acercándose al rubio.

-A ti no puedo mentirte Nami-swan, estoy aterrado. No quería poneros en peligro.

-Cocinero-san. -Robin apareció por la espalda del mencionado y posó su mano en su hombro. -Sé lo que sientes pero somos nakamas ¿Recuerdas? No podemos dejarte atrás. 

La morena sonrió haciendo que Sanji tuviera que deshacerse sutilmente de un par de lágrimas que estaban apunto de caer por sus ojos. Nami sujetó las manos de su nakama con las suyas intentando reconfortarle. No importaba a quien tuvieran que enfrentar por el camino. Cumplirían sus sueños juntos.

-Luffy, este es Pedro. -Señaló uno de los reyes de aquel lugar. -Es uno de mis mejores guardias. -agregó.

Por lo visto en aquella isla había un gobernante durante el día y otro por la noche. En esos momentos ambos se encontraban junto a los piratas para conocer a los recién llegados. Después de las presentaciones llegó el momento de explicar lo sucedido. Después de todo lo que esa gente había hecho por ellos, era lo mínimo que les debían. No querían poner a los habitantes del lugar en peligro así que habían decidido salir de allí lo antes posible. Sin embargo los jefes de Zou parecieron no estar de acuerdo con la idea de Luffy.

-Él es fuerte y os será de ayuda en Whole Cake. -Agregó el señor del día. 

-Además conozco a Pekoms mejor que nadie. -Susurró Pedro.

-¡Pedro es genial! ¡Pero yo podría ser de ayuda también! -Gritó una mujer conejo llamada Carrot.

De pronto todos se sorprendieron al escuchar una sonora carcajada por parte del chico del sombrero de paja. Luffy comenzó a reir de forma sonora al contemplar la escena que tenía delante. Ensanchó su sonrisa mientras miraba a los allí presentes. 

-¡Por supuesto! Nos vendrá bien vuestra ayuda. ¡Big Mom y esa familia del Germa deberían haberlo pensado dos veces antes de meterse con mis nakamas! -Gritó el moreno sin dejar de sonreír. 

Sin embargo, algo en su semblante había cambiado. El Luffy sereno había aparecido de nuevo. Realmente estaba dispuesto a llevar a cabo un plan de ataque contra una de las Yonkou mientras se preparaban para después ir a por otro de los cuatro Emperadores del mar. Cualquier persona pensaría que habían perdido el juicio pero ninguno de los allí presentes sintieron un ápice de duda al escuchar a Luffy. Ese muchacho era capaz de hacerte creer en él en cuestión de segundos. La pasión y voluntad con la que hablaba provocó que incluso Law esbozara una pequeña sonrisa.

-Hay que darse prisa. El mejor momento para partir será mañana al amanecer. Lo mejor será saber quienes irán a Wano y quienes se dirigirán a Whole Cake. -Indicó la navegante.

-Law. -El hecho de que Luffy llamase al cirujano por su nombre provocó que éste diera un pequeño respingo por la sopresa. -Tú y tu tripulación iréis a Wano. Ace, Robin, Franky, Usopp y Zoro os acompañarán. 

-¡No pienso dejar que enfrentéis a todos esos enemigos mientras me quedo de brazos cruzados! -Gruñó Zoro molesto.

-Oí marimo, está bien. Sé que estás preocupado por mí pero estaré bien. Si te digo la verdad tú eres el que me preocupas.

Sanji se acercó al peliverde y sujetó su muñeca para alejarlo un poco del resto.

-¿Ah? ¿Qué demonios dices?

-¡Estoy seguro de que te perderás y no sé cómo piensas sobrevivir sin que yo vaya a buscarte!

Se burló acercándose hasta tocar el brazo del espadachín. Después emitió un sonoro suspiro mientras sus ojos miraban los del contrario con determinación.

-Sólo sobrevive para que podamos volver a vernos pronto ¿Está bien? Yo prometo hacer lo mismo. -Sanji susurró las últimas palabras para que sólo Zoro pudiera oírlas. 

-No tengo ni idea de qué demonios le ha dicho pero ha funcionado. Zoro incluso está sonriendo. -Señaló Usopp junto a Luffy y el resto. 

-

Cuando el anochecer comenzó a anunciar su llegada, todos los involucrados en el plan se fueron a sus respectivas habitaciones para descansar. A fin de cuentas les esperaba un largo viaje. Trafalgar Law contemplaba la silueta del hombre que tenía delante, sin poder creer que realmente Ace había sido capaz de robar su corazón. Después de haber sido despojado de su órgano vital literalmente hablando, jamás se había sentido tan vivo como cuando estaba junto al pecoso.

-Oí Law, ni siquiera me has preguntado acerca de mi decisión de unirme a Luffy. -Dijo de pronto Ace esbozando su genuina sonrisa.

-¿Bromeas? Jamás dudé que elegirías unirte a la tripulación de tu hermano antes que a la mía. - El cirujano de la muerte emitió un sonoro suspiro antes de continuar. - Los dos sabemos que a mí no me interesa ser el rey de los piratas. Me hice pirata para cumplir mi venganza pero me gusta esta vida. Sin embargo Mugiwara-ya... Ese idiota descerebrado... Realmente puede llegar a ser el rey de los piratas.

Ace ensanchó aún más su sonrisa y se lanzó a los brazos de Law haciéndoles aterrizar a ambos sobre la cama.

-Law.

La voz del pecoso susurrando su nombre le hizo estremecer.

-Siempre te he hablado sobre cuánto te odiaba cuando te conocí pero nunca me he atrevido a decirte lo mucho que pensé en ti después de aquella noche. La sola idea de pensar que habías tenido algún efecto en mí me hacía sentir culpable por sentir cualquier tipo de atracción por ti. Y al volver a encontrarnos pensé que podría demostrar lo despreciable que pensaba que eras, pero no fue así. -El calor subió a sus mejillas con rapidez provocando que escondiera su cara en el pecho del tatuado.

-Ace-ya...

-Jamás he querido a nadie como te quiero a ti, Law.

Confesó por fin elevando su rostro hasta estar frente al del médico para finalmente depositar un suave beso.

El ojeroso respondió aquel contacto con necesidad. Se sentía pletórico en esos momentos. Ni siquiera le importaba la idea de enfrentar a Kaido. No podía creer que aquel cálido muchacho siguiese a su lado después de todo. No era capaz de contemplar un futuro en el que Ace no estuviese. Era consciente de lo diferentes que eran entre ellos. Mientras el pecoso era amable, risueño, alegre y extrovertido, él era una persona fría, distante, sádica e incluso a veces cruel. Aún no lograba entender cómo era posible que dos personas tan distintas encajasen de una forma tan perfecta.

¿Podía ser algo frío y cálido a la vez?

Sí.

Law y Ace habían conseguido una combinación única.

...

Tan frío y cálido

So Cold And WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora