Capítulo 28. Perdóname

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Aquella noche no había dormido bien. No quería achacarlo a los nervios que le producía saber que en escasos minutos se reencontraría con el cocinero pero, sabía que no podía haber otra razón. Después de haber visto al ojeroso casi perder la vida en los brazos de Ace, Zoro era incapaz de pensar en nada que no fuera volver a ver al rubio y poder abrazarlo. Extrañaba sus deliciosas comidas pero también su aroma a tabaco y especias, sus peleas llenas de insultos y sobre todo su cercanía. Se sentía avergonzado por anhelar tanto la presencia de Sanji y por alguna razón algo en su interior permanecía inquieto. Como si no pudiese relajarse por completo a pesar de haber derrotado al enemigo.

Hacía un rato que Law había indicado al resto que se aproximaban a tierra firme así que era cuestión de minutos que llegasen a Zou. A pesar de que la noche anterior había sido una de las mejores de su vida, en este preciso momento, el cirujano sentía cómo sus instintos asesinos salían a flote contra más tiempo pasaba. Luffy saltaba y gritaba por todo el lugar mientras Ace le perseguía de la misma forma. Sin mencionar a sus nakamas que por alguna razón seguían el juego a ese par de idiotas descerebrados. Odiaba tener que lidiar con los gritos y los tonos elevados y no se podía creer que se hubiese enamorado de una de las personas que más de quicio podía sacarle.

Ace era cálido, comprensivo y alegre. Era capaz de contagiar ese optimismo a quienes le rodeaban y se rompía la espalda por ayudar a las personas más necesitadas o por combatir las injusticias. En eso era igualito a Luffy. También era inteligente e increíblemente desconfiado al contrario que el mugiwara. Pero por encima de cualquier cosa, el pecoso era un bromista nato. Había crecido ocultando todo el dolor que albergaba sobre su origen y su sonrisa era tan genuina que nadie creería lo que Ace había tenido que pasar toda su vida. El humor era su armadura, su arma y su fiel compañero y aunque Law consideraba la comedia algo irrelevante para la vida, era incapaz de borrar la sonrisa que se dibujaba en su cara cada vez que miraba al menor.


-


-¡ESTÁN AQUÍ! -Gritó Chopper al ver llegar a sus nakamas emocionado abrazando el cuerpo de Luffy mientras sus lágrimas caían sin parar.

Todos los allí presentes empezaron a celebrar y a dar la bienvenida a los recién llegados. Éstos no tardaron en darse cuenta de que los Mugiwara estaban acompañados de alguno de los habitantes de Zou. Aquella gente era de lo más interesante pero Zoro no pudo evitar una extraña sensación al ver que Sanji aún no había aparecido. Sus ojos se movieron por todo el territorio que podían explorar en busca de la cabellera rubia que tanto conocía. Sin embargo, no la encontró por ningún lado.

-Oí ¿Dónde están Nami y Sanji?

La mención del cocinero le hizo volver al presente y su mirada se posó en Luffy tras su pregunta. No había caído en la cuenta de que también la navegante faltaba en la playa.

-Hace un rato que se fueron a pasear por el otro lado de la costa. Es extraño ahora que lo mencionas ya deberían estar aquí... -Respondió Brook mientras tocaba su barbilla pensativo.

-¿Por dónde se fueron? -Se apresuró a hablar Zoro.

Sin embargo antes de que nadie pudiera contestar la voz de Nami resonó por todo el lugar.

-¡POR FIN HABÉIS LLEGADO! ¡LUFFY! -Todos se alarmaron al ver a la peli naranja llegar tan asustada. - ¡Es Sanji! ¡Se ha ido!

-¿Ah? - Zoro se acercó a Nami con rapidez. -¿Qué demonios estás diciendo? ¿Qué ha pasado?

-Y-y-yo no lo sé. - Sollozó. -Ese tipo león de los piratas de Big Mom apareció y de pronto Sanji dijo que debía ir con él y que continuáramos sin él. I-intenté detenerlo pero él... No quiso escucharme. -Nami se dejó caer de rodillas mientras lloraba.

-Luffy voy a ir. - Indicó Zoro.

El moreno miró al espadachín mientras asentía serio. Este era uno de esos casos en los que el peliverde no esperaba la aprobación de su capitán. No estaba pidiendo permiso sino informando de su decisión. En esos momentos su cabeza estaba apunto de estallar. No entendía que era lo que estaba pasando pero fuera lo que fuera, no pensaba dejar que Sanji se largara así como así sin ni siquiera despedirse.

¿En qué cojones estaba pensando ese idiota?

-Hay algo más... -Nami comenzó a llorar mientras les enseñaba una carta con algo escrito.


*Flashback*

-¿QUÉ HAS DICHO? Sanji-kun debes estar bromeando. -La navegante observaba la escena que tenía delante en estado de shock.

¿Había escuchado bien? El rubio acababa de decirla que se iba con Pekoms voluntariamente y que no quería que se entrometieran. ¿Qué demonios le había dicho aquel tipo mitad león para que el cocinero hubiese tomado esa decisión tan descabellada? Estaba segura de que había algo más que su nakama ocultaba.

-Nami-swan... -La voz de Sanji se quebró. -Estaré bien. Sólo debo encargarme de un asunto pero por desgracia no podré continuar con vosotros.

-¿Qué mierda estás diciendo idiota? ¿Y Luffy? ¿Y Zoro? ¿Crees que cualquiera de nosotros se quedará de brazos cruzados viendo cómo te largas? -Las lágrimas comenzaron a mojar las mejillas de la pelinaranja.

Sanji sentía que era la peor persona del mundo al ver el estado de su nakama. Jamás se perdonaría hacer llorar a Nami, abandonar a su capitán y sobre todo dejar a Zoro ahora. Apretó sus puños mientras se esforzaba por no mostrar sus verdaderos sentimientos ante la mujer. Mantuvo su semblante serio mientras se acercaba a ella y la abrazaba mientras aprovechaba a susurrar algo en su oído.

-Querida mía lo siento tanto... Pero mi decisión está tomada. -Tras estas palabras le entregó una hoja de papel disimuladamente y volvió junto a Pekoms.

-Pero Sanji... -Nami intentó replicar pero la voz de Sanji la interrumpió.

-Es hora de que te vayas con los demás Nami.

Y tras esto el rubio se dio la vuelta dando por terminada la conversación mientras dejaba caer las lágrimas contenidas.

*Fin del flashback*


-Debía saber que algo pasaría porque por lo que veo escribió la carta antes de la llegada de Pekoms-ya. -Inquirió Law.

Todos los allí presentes sintieron un escalofrío al darse cuenta de que lo que decía el cirujano tenía mucho sentido.

-Él recibió una carta mientras estábamos en el Sunny. -Recordó el renito entre lágrimas.

La navegante entregó la nota escrita por Sanji a Luffy y éste leyó aquel trozo de papel mientras sus manos comenzaban a temblar. Ace se tensó al observar la escena mientras su mano se posaba sobre la espalda de su hermano. ¿Qué mierda significaba todo aquello? El del sombrero de paja observó a Zoro mientras éste le miraba con impaciencia y sin poder creerse que aquello fuera real leyó en voz alta para el resto de los allí presentes.


"Estoy seguro de que todos cumpliréis vuestros sueños pero tendréis que hacerlo sin mí.

Estaré bien.

Nunca pensé que encontraría una familia además de la gente del Baratie pero me equivocaba.

Debéis creerme.

Por favor perdonadme...

...Zoro perdóname"




So Cold And WarmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora