Capítulo XIII: ¿Asesino?

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    Dar un simple paso era un infierno para mí, y ya llevaba caminando un buen rato. Según el diario de mi padre, no estaba muy lejos de la ubicación donde él rescataría a ese hombre, Mundhir, pero iba a un paso muy lento, así que tardaría más.
    Desde que había escuchado que Aether vendría a Sumeru, supe que algo estaba mal, porque venía a hablar con Nahida, pero esta vez no venía por ayuda, sino que venía a agradecer que la arconte le extendiera la mano. Sí, algo había cambiado, y podría parecer que sólo vendría a agradecerle y no influiría nada en el futuro, pero algo había cambiado esta vez y ahora había cambiado todos mis planes. El diario había sido reescrito.
    El diario ya no contenía la información que tenía en el pasado. Ahora ya no hablaba de la muerte de Lumine, y tampoco hablaba sobre sus problemas con el alcoholismo. El diario había cambiado, e indicaba que hoy vendría a Sumeru a agradecerle a Nahida por extenderle la mano después de saber que su hermana le había declarado la guerra. Pero también indicaba un detalle muy importante, hoy se encontraría con Mundhir y lo salvaría. La historia se repetía de alguna manera, sólo que de manera diferente a la vez.
    Y después de una caminata no tan larga en distancia, pero sí en tiempo para mí, había llegado al lugar.
    —Montaña Devantaka… —Miré el lugar, era muy impresionante y bello, pero a la vez tenía una energía algo tenebrosa—. Bueno, es un lugar que no imaginaba con exactitud. Supongo que está bien… Aether debería estar aquí en cualquier momento, así que debo encontrar al señor.
    Busqué a mi alrededor. Iba a ser muy notorio cuando encontrara a este sujeto, ya que decía en el diario: “No podía ver a la persona de la que provenían los gritos en un principio, pero pude ver un gran sombrero de paja”. Así que sólo debía buscar algo de color amarillento.
    —¡Bingo!
    Lo había encontrado más rápido de lo que creía y, para mi fortuna, todavía no le había ocurrido nada. Y no sólo eso, sino que yo sólo necesitaba deslizarme para poder llegar a él. «Sólo necesito llegar antes de que grite, entonces fingiré ayudarlo y después simplemente diré que todo fue un accidente y todos…». Detuve mi pensamiento al darme cuenta lo asqueroso que sonaba diciendo esas cosas. Estaba a punto de matar a un hombre… y lo peor es que planeaba su asesinato con toda la naturalidad del mundo.
    Decidí no pensarlo demasiado y lanzarme cuesta abajo. Lo que iba a hacer era horrible, pero era por el bien de mi padre, ¿no era así? Yo sólo quería que mi padre fuera feliz y que viviéramos como una familia normal y feliz, una familia que me amara de verdad. Ahora podíamos lograrlo, podíamos lograr ser felices y vivir sin tanto sufrimiento y dolor. Incluso tal vez tendría recuerdos nuevos con mi padre.
    Llegué a la altura donde debía estar. Mi pierna me dolía mucho. No importaba que sólo fuera deslizarme, al final también eso forzaba mi pierna y me provocaba dolor. Pero ya faltaba poco. Ahora debía caminar hacia él. Sólo eran unos cuantos metros, no era mucha la distancia. Sólo debía estar cerca.
    —¡ARGH!
    El quejido de la caída finalmente había llegado, pero aún estaba algo lejos de Mundhir. No me quedó de otra más que correr a menos que quisiera que Aether escuchara a este hombre gritar por auxilio. Así que corrí, con un dolor que hacía que cada vello en mí se erizara por el dolor. Afortunadamente no era mucha la distancia y llegué a tiempo. Mundhir se encontraba sujetando una rama pegada a las piedras, pero era obvio que si caía ahora sería su fin. La altura lo llevaría a su muerte.
    —¡Señor! ¿Se encuentra bien? —Me tiré al suelo para poder sujetar su mano, estaba siendo más difícil de lo que pensaba—. Deme su mano.
    —¡Argh! No puedo… no puedo soltarme.
    —Confíe en mí. —Sentí una punzada en el pecho al decir esas palabras… esas mentiras—. Por favor, deme su mano para que pueda ayudarlo.
    —E-está bien. —El señor se soltó de la rama y pude sujetar su mano—. Gracias, hijo.
    Miré al señor. Sabía que tenía daddy issues y que esto me estaba afectando más de lo que debería, pero al ver los ojos de ese señor con tanto alivio… Mis ojos se aguaron, porque yo no era un asesino, yo no quería matar a ese señor. ¿Acaso podría encontrar a alguien más que pagara por la muerte de mi tía? ¿Acaso habría alguien con tanta maldad como para que mereciera morir en mis manos para salvar otra vida?
    —Alatus…
    Era la voz de Aether… no, era la voz de mi padre. Mi corazón palpitó con más fuerza. Tenía menos que un par de segundos para tomar una decisión crucial. La vida de este señor y la felicidad de mi papá ahora mismo estaban en mis manos. Si soltaba al señor, sería un asesino; pero si no lo soltaba, mi padre lo salvaría y entonces esta oportunidad y todo lo que había hecho para llegar hasta aquí y salvar el futuro se iría a la basura. «Lo siento, por favor —dije en mi mente—... Perdóneme».
    —¡AH!
    —¡NO! —grité, y no era fingido.
    No tenía planeado gritar. Realmente me había afectado verlo caer mientras sus ojos me miraban llorosos, con angustia y con miedo. Ni siquiera había rabia en sus ojos hacia mí por haberlo soltado. Él sólo parecía asustado, lleno de temor por lo desconocido.
    Miré cómo se estrelló contra el piso, miré la sangre extendiéndose por el pasto, miré como la vida lentamente se disipaba de sus ojos, cómo su cuerpo aún tenía espasmos, entonces noté su último suspiro.
    — No… ¡no, por favor! —grité desesperado.
    Me alejé del precipicio y comencé a llorar. Temblaba, y sentía frío a pesar de que hacía el suficiente calor como para hacerme sudar. Mis manos parecían ya no seguir mis órdenes, estaban entumecidas. Lloraba sin parar, y tampoco podía respirar bien. Daba arcadas de aire para poder sentir que aún tenía el control sobre mi respiración, pero no podía controlarme. ¿Cómo eran los asesinos capaces de no sentir nada o de sentir placer? ¡Esto era horroroso!
    Quería regresar el tiempo, quería volver en el tiempo para detenerme a mí mismo de hacer esto, lo cuál era posible, pero no sabía cómo hacerlo. No podía sacarme su expresión de la cabeza. Recordé todo y comencé a vomitar. Ya no sólo no podía respirar, o dejar de llorar y temblar, sino que ahora también vomitaba.
    —No… no… no. —No podía controlarme, y me sentía tan desesperado que había caminado sin darme cuenta hacia el precipicio.
    Sólo quería apagarlo, sólo quería apagar este dolor. Quería apagar todo por completo. Quería apagar la culpa, la falta de oxígeno, las ganas de vomitar, el llanto asfixiante, el temblor sin cesar, el dolor de mi pierna… ¿Ahora con que cara vería a mi padre? ¡Era un asesino! ¿Cómo no pude ver que esto no era lo que quería mi padre? ¿Cómo no pude ver que si mi padre supiera esto jamás… me amaría? Pero… ¿acaso alguna vez me amó?
    —Sólo estorbo y me equivoco y ahora… ahora… he matado a alguien. Yo… ¿quién soy realmente? ¡Maldita sea!
    Me acerqué aún más al precipicio. Tal vez, y sólo tal vez, si moría ahora la sangre de Xiao no sería demandada, ya que alguien más había muerto en su lugar, pero si no, esperaba que mi padre pudiera ser feliz sin mí. Sabía que no era necesario en su vida, pero… sólo esperaba que no se sintiera culpable.
    —Será lo mejor.
    Di un paso hacia el aire y entonces perdí la consciencia. No sentía nada. La presión del momento y el no poder respirar habían podido conmigo. Me sumergí en la oscuridad incluso antes de morir. Tal vez así dolería menos el golpe…

Daga Fragmentada || Xiaother AU || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora