Episodio Extra 4

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    ⚠️Capítulo con escenas +18. Si quieren saltarse esa parte pueden hacerlo. Abriré la sección de escenas sexuales con “🔞🔞🔞” y las cerraré con el mismo por si las quieren saltar.

    ~Alatus POV~

    La gente se acercaba para tomarse fotos con nosotros y para abrazarnos. Las cámaras de aquí eran diferentes, de hecho se llamaban daguerrotipos. Todo era muy interesante y bello. A pesar de parecer cámaras antiguas, tomaban unas fotos en una muy buena calidad.
    Después de un rato entre fotos, abrazos y saludar, alguien apareció ante nosotros acompañada de mis papás. Papá Aether me la presentó, mencionando que era una cantante de ópera muy reconocida en Liyue, y que no era fácil conseguir una presentación de ella, pero dado que era para mí, y aparte que era el hijo de Aether, haría una presentación especial.
    —Alatus y Mika, su matrimonio ha traído una oportunidad para poder devolver un poco de lo que han hecho por nosotros. Gracias por salvar Teyvat —comenzó su discurso Yun Jin, señalándonos a los cuatro—. Les deseo mucha felicidad en esta vida, y espero que en sus siguientes vidas vuelvan a encontrarse y puedan estar juntos nuevamente.
    Yun Jin dio una presentación preciosa en su idioma natal. Era muy parecido al idioma chino, o tal vez incluso lo era. Fue algo hermoso, ya que iba acompañado de un tipo de danza que no conocía. Mika y yo estábamos muy conmovidos.
    Al terminar Yun Jin su presentación, en la cual hacía conmemoración de cómo habíamos salvado Teyvat, nos llamaron a Mika y a mí al centro para hacer nuestro primer vals oficial como casados.
    —¿Vienes? —Mika estiró su mano hacía mí para guiarme a la pista de baile.
    —Claro que voy, si es contigo.
    Ambos caminamos hacia el centro. No podía creer que ahora mismo estuviera más nervioso que en otras ocasiones de vida o muerte. Sentía las manos temblorosas por el simple hecho de saber que todas las miradas estaban puestas en nosotros. Ambos nos quedamos en medio, posicionados, y entonces comenzó la música. Ambos comenzamos a bailar.
    —¿Por qué estás temblando?
    —Estoy muy nervioso, lo siento.
    —¿Nervioso? —Mika rió divertido, pero sus ojos expresaban ternura—. ¿Acaso mi esposo tiene pánico escénico?
    —Hay muchas miradas sobre nosotros, y este fue el momento con el que he soñado durante dos vidas desde que te conocí, así que me dan nervios pensar que puedo hacer algo mal.
    —No veo por qué podría pasar algo malo, tranquilo. —Mika tomó con más firmeza mi cintura y me atrajo a él para susurrarme algo—. Si quieres ponerte nervioso por algo, puedes hacerlo por nuestra noche de bodas.
    Sentí un escalofrío recorrer desde mi cuello hasta mis caderas, y entonces sentí demasiado calor en el rostro. Lo miré a los ojos, regañándolo. Pero él sólo se reía, disfrutando de mi claro rubor. Me pregunté si los invitados podrían notarlo también… esperaba que no.
    —Mika, no digas esas cosas, porque sabes que me ruborizo con facilidad y los invitados podrían notarlo.
    —Bueno, es obvio para todos que hoy pasaremos nuestra primera noche juntos. —Mika se quedó pensativo—. Estoy pensando que no es nuestra primera vez, de alguna manera, pero al mismo tiempo sí porque tu nuevo tú y yo no hemos tenido intimidad.
    —Es seguro que me volverá a doler, ¿no es así?
    —Me encargaré de prepararte bien, ¿de acuerdo? No permitiré que te hagas daño por mi culpa.
    —¿Cómo puedo ver tan tierno este momento en el que literalmente me estás diciendo que me pondrás lubricante en el ano con tus dedos para que no me duela?
     Esta vez fue Mika el que rió sin parar mientras se ruborizaba, y para ser honesto, yo tampoco pude contener más la risa y comenzamos a reír al unísono abrazados. No me había sentido tan feliz en toda mi vida. Nada en este momento podría arruinar este precioso momento con mi esposo.


    La fiesta seguía, a veces bailábamos y a veces nos sentábamos para beber algo o para comer, pero todo era una maravilla. La noche ya había caído y ya estábamos un poco ebrios. Pero no quería estar ebrio cuando llegara la noche de bodas, así que salí por un pequeño paseo.
    —Amor, caminaré para que me dé el aire, ¿de acuerdo?
    —Sí, mi amor. —Mika paró la boca para que le diera un beso y eso hice—. ¿Quieres que te acompañe?
    —No, no caminaré muy lejos, no te preocupes. Estaré en los alrededores.
    Comencé a caminar por la orilla del pequeño riachuelo que se formaba a lo largo de la Estatua de los Siete. Caminé mirando el agua, hasta que llegué a un pequeño lugar que podría parecer un asiento, rodeado de algunas margaritas voladoras. Me senté ahí a admirar el paisaje de mi nuevo hogar. Era un mundo tan perfecto que me preguntaba si algún día lo podría mirar normal.
    —¿Puedo sentarme? —dijo una voz ronca.
    Me giré para mirar de quién se trataba, y me impactó un poco al percatarme quién era. Zhongli. Pero parecía que muchas cosas habían quedado en el pasado, así que no tenía sentido atorarse en un momento de mi vida que de nada me serviría recordar ahora. No decía que no estaba enfadado, la verdad aún me dolía el pecho al pensar en cómo me trató, pero ese sentimiento no me llevaría a nada mas que a frustrarme.
    —Puedes hacerlo.
    Zhongli se sentó a mi lado, callado, observando a la distancia. Ninguno de los dos decía nada, y a pesar de que se sentía un ambiente un poco extraño, no me apetecía romper el silencio.
    —Cuando llegaste, la amenaza de Lumine estaba sobre Teyvat, y yo estaba muy estresado por ello. —Lo miré confundido del porqué me decía estas palabras, pero decidí escucharlo—. Ya no pensaba con claridad y desconfiaba de todos. Lo más mínimo que alguien pudiera hacer, así fuera mover con su respiración una hoja, me provocaba inseguridad. El no tener mi poder de arconte me afectó, especialmente cuando pensé que una guerra estallaría y no podría defender Liyue.
    »Cuando Xiao me dijo parte de lo que en aquel momento era un “tal vez” que hicieras, tomé una decisión muy equivocada. Pensé que acabar contigo era la única opción, que al exponerte a una situación de vida o muerte se verían tus verdaderas intenciones, pero te lastimé y empeoré la situación.
    —Zhongli, yo…
    —No muchos saben mi identidad, y sé que probablemente tus padres no te dijeron que soy Rex Lapis, pero decidí confiarte esto porque ahora sé que eres alguien bueno y digno de confianza, pero especialmente, sé que me equivoqué.
    Lo miré boquiabierto, no sabía siquiera qué decir. No acababa de entender con exactitud lo de los arcontes aún, pero sabía que mis padres no podían decirme con exactitud quiénes eran los de algunas naciones, ya que sus identidades eran secretas. Sólo sabía de Venti, pero ahora sabía de Zhongli también. Eran como dioses, pero yo no entendía qué pasaba exactamente.
    Zhongli no había dejado de mirar hacia el horizonte, así que comencé a preguntarme si realmente hablaba conmigo, o tal vez estaba muy avergonzado para mirarme a los ojos. Pero de un momento a otro, me miró.
    —Sé que estoy divagando, pero lo que quería decirte es que estoy sumamente arrepentido, Alatus. Sé que no merezco tu perdón, pero quería hacerte saber que no habrá día en el que no me arrepienta de haberte hecho daño. —Zhongli se hincó, puso sus manos en el piso e inclinó su cabeza, de manera que casi tocaba el suelo—. Lo siento, Alatus. Espero algún día puedas perdonarme.
    —Zhongli, por favor, esto no es necesario. —Me sentí incómodo y avergonzado al ver cómo se disculpaba con tanto esmero—. Por favor, levántate, de verdad no es necesario. Yo… hace mucho tiempo dejé ir lo que pasó aquel día. Claro que algunas veces aún duele, pero ahora veo tu arrepentimiento y ya no siento rencor. Tal vez necesite un poco de tiempo para confiar en ti, pero ya no siento ese rencor.
    Zhongli se levantó del piso y me miró fijamente. Su expresión me hacía pensar que, probablemente, él se esperaba que jamás lo disculpara. Sin embargo, parecía estar agradecido de haber recibido mi perdón.
    Le tendí la mano y él la tomó para poder levantarse. Por su complexión física, sabía que no necesitaba mi ayuda para levantarse, pero era una muestra de que lo había perdonado de mi parte, y creo que lo había entendido bien.
    —Te agradezco mucho, Alatus. Tómate el tiempo que necesites.
    —No tienes nada que agradecer. —Le sonreí y comencé a caminar hacia atrás—. Ahora debo volver con mi esposo, porque es como un golden retriever, y seguro está ansioso porque no he regresado.
    —Alatus, espera —dijo en cuanto me di la vuelta y me giré para verlo nuevamente—. Olvidé decírtelo, pero muchas felicidades por tu matrimonio.
    —Muchas gracias.
    Le mostré una última sonrisa antes de darme la vuelta y caminar hacia donde la fiesta aún seguía. Mika estaba levantado, buscándome con la mirada en los alrededores hasta que dio conmigo. Entonces se acercó corriendo a mí.
    —¡Alatus! —Me cargó por los aires—. Ya no estoy tan ebrio, y quiero escapar de la fiesta contigo.
    —Puedo notar que ya no lo estás, y la verdad yo tampoco quiero seguir en la fiesta. —Le di un pequeño mordisco en el lóbulo izquierdo a Mika—. Quiero ir a nuestra noche de bodas.
    —Escapémonos ya, que no aguanto más.
    Mika me tomó en brazos y comenzó a correr. Ninguno de los dos paraba de reír como un par de idiotas.


Daga Fragmentada || Xiaother AU || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora