Capítulo Final

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Es difícil saber cuántas fueron las veces en que Bible recobro y perdió la conciencia a causa del dolor generado por los golpes, de saber las veces en que los rosarios se rompieron contra su piel, de las veces en que los presentes le gritaron a ese Dios "misericordia" por aquella pecadora alma, por los gritos de furia que desgarraban la garganta de Wichipas.

El cansancio era notorio en Bible, pero se negaba a perder, tenía miedo, pero no a la muerte; le temía a no volver abrir los ojos y ver a Build, temía no volver a escuchar su voz, su risa, sus sucias palabras que lo incitaban a caer en el profundo pecado que tanto disfrutaba cometer, se aterraba de ya no volver a sentir su tacto, su piel, de ya no poder disfrutar de su aroma.

Gritó, gritó con la esperanza de que alguien diera con él, alguien que lo salvara de aquella tortura, pero nadie lo escucho; ni siquiera el Dios de los católicos, el que era bueno y no el que adoraban en ese lugar.

Estaba perdiendo, mientras el escalofriante canto en latín era coreado una y otra vez en aquel lugar, enterrándose en su cerebro, haciendo que su cabeza doliera y los oídos le quemaran. Estaba perdiendo mientras sus labios lentamente se movían, sin emitir sonido alguno.

—Ne permittas a te me separari ab hoste maligno defende me, in hora mortis meae voca me... —Entre delirios, Bible pronunció aquellas palabras, en medio de un susurro doloroso, cansado y apenas audible, haciendo que todo golpe fuera detenido, que todo canto o plegaria fuera callado.

—Repite lo que has dicho. —pidió, casi ordenó Dan, mirando con impaciencia el cuerpo sobre el suelo.

Bible movió la cabeza de un lado a otro, mientras cerraba lentamente los ojos, sintiendo como su cuerpo ardía y quemaba, sintiendo el adormecimiento.

—No permitas que me aparte de ti... Del enemigo maligno... defiéndeme... En la hora de mi muerte... llámame... —repitió después de unos segundos en silencio, sintiendo el ardor en su garganta, producto del tiempo en que se había dedicado a gritar.

—¡Ya lo has escuchado, Señor mío! —Dan gritó, mientras sus brazos se levantaban y sus manos apuntaban al cielo, del mismo modo que lo hacía su rostro. Todos los presentes tardaron solo un par de segundos para imitarlo.

Karawek, con los ojos hinchados, se arrodilló a un costado del cuerpo de Bible, dejando que su fría mano se posara sobre el lastimado rostro del que en algún momento solo llamó hijo frente a desconocidos. Bible estaba demasiado cansado como para alejarse de aquel tacto, o de tan siquiera volver a pronunciar alguna palabra o abrir los ojos, pero sabía que quien le acariciaba la mejilla se trataba de ella, lo sabía por el olor que siempre había desprendido, un olor a humedad y libros viejos, a cera, a dolor y sufrimiento.

—Hijo mío... por fin... Por fin el señor te ha escuchado. —habló entre susurros y alegría aquella mujer, mientras su mano acariciaba la hinchada mejilla de Bible, manchando su propia mano de la sangre del mismo.

Bible dejó que sus ojos derramaran un par de lágrimas, se sentía asqueado y enojado, sentía que en cualquier momento volvería a vomitar, así fuera la sangre lo único que había quedado en su estómago.

—Tráiganlo. —ordenó Dan, dejando que su pose de religioso agradecido se esfumara.

Dos hombres, de gran musculatura, obedecieron a la orden, caminando entre el largo pasillo, desapareciendo por una amaderada puerta.

Tras la puerta se encontraba otro pasillo con puertas cerradas en cada costado; las cuales atrapaban lamentos, gritos ahogados y súplicas, a excepción de una.

El par de hombres se colocaron al frente de aquella silenciosa puerta, la cual fue abierta con una de las tantas llaves qué portaba uno de ellos.

Ahí se encontraba Build, sentado en el suelo en uno de los rincones de la habitación, con una gruesa tela cubriendo sus ojos, una cuerda sujetando sus muñecas tras su espalda; temblando y asustado, girando su cabeza con temor al lugar donde provenía el ruido de la puerta ser abierta.

Dulce Tentación ✟ [Biblebuild] CorrigiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora