5. La Hamburguesa

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Ya en la habitación.

H: Te ayudaré con tu equipaje.

Cristina avanzó sin recordar que no conocía el espacio, tropezó y se fue al suelo.

H: ¡Cristina! (corriendo hacia ella)

C: Aissh (sobandose el tobillo)

Heriberto la levantó rápido del suelo y la sentó en el borde de la cama.

H: ¿Dónde te lastimaste? Déjame ver

C: No es nada estoy bien.

Ella se puso de pie, inmediatamente se tuvo que volver a sujetar.

C: ¡Ay!

H: Déjame ver, no seas terca.

C: Es el tobillo.

Heriberto le quitó el zapato y empezó a examinar el tobillo.

C:¡Au!

H: ¿Te duele aquí?

C: Si ¡Au! ¡Heriberto!

H: Perdona, tengo que mirar. No parece grave, voy a pedir un poco de hielo. No te muevas por favor.

Heriberto volvió con el hielo y se lo coloco sobre el pie, después le puso una venda del botiquín y le dio un tierno beso en el tobillo.

H: Mañana lo revisaremos en el hospital, ahora quédate ahí quieta, yo voy a colocar todo.

Cristina asintió con la cabeza y se recostó en la cama.

Cuando Heriberto volvió se la encontró profundamente dormida así que aprovecho para repasar algunas cosas en su computadora y realizar algunas llamadas de trabajo.

H: Cristina (susurrándole y moviendo un poco su hombro)

C: ¿Mmm?

H: Es hora de cenar, voy a pedir la cena a la habitación para que no te muevas mucho. ¿Qué quieres pedir?

C: Lo que quieras.

Cenaron en la cama y charlaron un rato de temas triviales.

C: Me tengo que poner la pijama. ¿Me la alcanzas?

H: Claro, ten yo me voy al baño mientras te cambias, ¿o necesita salgo mas?

C: Creo que me las arreglaré.

Al rato.

C: ¡Ya estoy!

H: Bien, pues a dormir entonces.

C: ¿Cuántas camas hay?

H: Sólo una pero yo dormiré en el sofá.

C: Te dará dolor de espalda, esta cama parece muy grande, seguro que entramos los dos.

H: ¿Segura?

C: Si.

Se metieron bajo las sabanas.

H: ¿Estas nerviosa por la consulta de mañana?

C: Un poco.

H: Todo va a salir bien, yo estaré contigo.

C: Gracias Heriberto, siempre me haces sentir especial.

Cristina estiró los brazos buscando a Heriberto y lo que encontró fue el pecho masculino, se asustó y rápidamente apartó sus manos.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora