H: Casi no me acuerdo, porque el día que lo probaste creo que te volviste adicta. (en tono de broma)
C: Atrevido (dándole un golpe en el hombro, fingiendo indignación)
H: Pero me encanta mi amor, no hay nada como una mujer siempre dispuesta a complacer a su hombre. (dándole una pequeña nalgada)
C: ¡Heriberto!
H: Yo se que te encanta.
Cristina sonrió y se acercó a sus labios tomándolos suavemente en un beso mordelón. Las manos de Heriberto apretaron su trasero y se deslizaron por la espalda de Cristina apretándola mas contra su cuerpo.
H: ¿Sabes que tenia un plan?
C: ¿Un plan?
H: Si, para esta noche y me lo estas desmontando.
C: Entonces te dejo seguir tu plan.
Cristina intentó bajarse del cuerpo de Heriberto pero él se lo impidió.
H: Quieta. Ahora ya estás aquí.
C: ¿No había un postre?
H: Si mi amor, hay un postre que va a durar toda la noche.
Heriberto comenzó a sacar los botones de la blusa que Cristina llevaba esa noche mientras se miraban y sonreían enamorados. Se la quitó dejándola en sostén y ella hizo lo mismo y comenzó a desvestir a su hombre. Cristina le acarició el pecho desnudo y jugó con el vello que allí había, Heriberto la apretó contra su cuerpo y llevó sus manos al broche del sostén deshaciéndose ágilmente de él para después dejarlo caer al suelo. La separó un poco y clavó su mirada en aquellos dos maravillosos montículos, los acarició con delicadeza pues sabia que estaban sensibles de amamantar al pequeño Max, los besó con cariño en todo su contorno. Se levantó con Cristina en brazos y caminó hasta el centro de la habitación allí la bajo al suelo.
H: Quiero bailar.
C: ¿Así? Estamos medio desnudos.
H: Quiero sentir tu piel con la mía.
Heriberto se acercó al tocadiscos y lo encendió, la música comenzó a sonar. Se acercó a Cristina y la rodeó por la cintura con ambos brazos, ella se colgó de su cuello. Comenzaron a moverse despacio mientras Heriberto le regalaba besos por el cuello. Unos minutos bailando al ritmo de la música y las manos masculinas se fueron al botón del pantalón de Cristina dejándolo caer al suelo.
Ella sonrió e imitó su gesto y se libro de los pantalones masculinos. Heriberto coló sus manos por dentro de las braguitas y acarició sus nalgas mientras seguían moviéndose al ritmo de la música.
C: Me está gustando tu plan.(mirándolo a los ojos)
Heriberto sonrió y le apretó las nalgas contra su cuerpo haciéndola sentir su masculinidad completamente lista para ella.
C: Vamos a la cama.
Heriberto negó con la cabeza.
Se movió por la habitación llevándola con él hasta que la tuvo contra la pared. Le acarició todo el cuerpo mientras le besaba los labios con deseo.
C: Mi amor... (entre jadeos)
H: Date la vuelta.
Cristina obedeció y se giro apoyando sus manos en la pared. Las manos de Heriberto comenzaron a bajar por el cuerpo femenino hasta llegar a las braguitas, las coló por dentro y llegó a su intimidad, ella instintivamente separó sus piernas dándole completo acceso a él. Los dedos pronto entraron en la cueva haciendoestragos en la respiración de Cristina que empezó a gemir suavemente.