17 Siempre a tu lado

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H: Ve duchándote tú, voy a recoger y dejar preparada mi maleta.

C: Pensé que nos ducharíamos juntos.

H: Nada me gustaría mas, pero si entro contigo a esa ducha no saldremos en un buen rato.

C: Tienes razón, voy yo primero.

Cristina salió envuelta en una toalla para dejarle libre el baño a Heriberto.

C: Te toca.

Heriberto se deshizo de su albornoz quedando solamente en bóxer, pasó al lado de Cristina y le tocó la cintura con una mano para enterrar su rostro en el cuello femenino.

H: Mmm... Que rico hueles amor. (y le dio un chupón suave)

Continuó su camino hacia la puerta del baño cuando sintió como la mano de Cristina se situaba en su trasero dándole un pellizco.

H: ¡Ey! (girándose para mirarla)

Cristina le tiro un beso volado, Heriberto sonrió y continuó su camino hacia la ducha.

Estaban en la puerta de la casa listos para salir.

H: ¿Seguro que no quieres venir mamá?

D: No hijo, vayan y diviértanse. Les espero para comer.

H: Esta bien. (se acercó a su madre y le dio un cariñoso beso en la mejilla)

E: ¡Vamos! ¡Vamos! (tirando de la mano de Heriberto)

Salieron a la calle y enseguida Estrella buscó la mano de Cristina. Cristina la miró con una sonrisa en el rostro y la niña le respondió de igual manera. Estaba feliz, le encantaba estar con Heriberto y Cristina para ella era como tener papas por un día.

E: ¡Mira Heri! (señalando con su dedo)

H: Es una feria.

E: ¿Podemos ir? Porfi porfi...

H: Esta bien.

Pasearon juntos por la feria y Heriberto les compró dulces a las dos, las miraba embelesado mientras compartían un algodón de azúcar sentadas en una banca.

E: ¿Qué es eso?

C: Es una noria.

E: ¿Alguna vez te subiste en una?

C: Si, cuando era niña como tú.

E: Está muy alta ¿no te daba miedo?

C: No

E: ¿Heri?

H: ¿Mmm?

E: ¿Tú también te subiste a la noria?

H: Alguna vez.

E: ¿Podemos subir?

Heriberto miró su reloj, ya casi erala hora de volver a la casa para comer, volvió a la mirar a las dos mujeres sentadas en la banca y ambas le devolvieron la mirada haciendo un pequeño puchero, a lo que él sonrió.

H: Está bien, un viaje y nos vamos, la abuela nos espera para comer.

E: ¡Siii!

Estrella dio un salto y se bajo de la banca para saltar a los brazos de Heriberto, quien la sujetó con un brazo mientras ella aferraba sus pequeños bracitos al cuello masculino. Heriberto extendió la otra mano ofreciéndosela a Cristina quien con una sonrisa en los labios aceptó la invitación y le tomó la mano, así fueron hasta la noria.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora