7. Nuevas sensaciones

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Cristina estaba disfrutando las caricias que Heriberto le regalaba, estaba decidida a dejarse hacer.

Heriberto jugó con los bordes de la braguita hasta que sus dedos se colaron dentro, estaba mojada eso le dejaba claro que estaba disfrutando.

H: Abre las piernas.

Cristina abrió sus piernas y dio paso a los dedos de Heriberto que encontraron rápidamente la entrada de esa cueva, jugó un poco en la entrada lo que hizo que el cuerpo de Cristina se arqueara inconscientemente, ese gesto fue la señal que Heriberto necesitaba para entrar, lentamente un dedo se coló dentro del sexo femenino.

C: ¡Aahh!

Cristina rápidamente se llevó las manos a la boca, ese grito había escapado sin su permiso desde la garganta. Heriberto sonrió ante esa acción, continuó con sus movimientos, la cara de Cristina le indicaba que podía seguir, estaba disfrutando. Enterró otro dedo y Cristina contuvo la respiración un segundo, jugó un poco con sus dedos entrando y saliendo lento, llegó el siguiente paso y mientras dos dedos se introducían en la húmeda vagina, el pulgar hacia círculos en el clítoris, pocos minutos hicieron falta para que el cuerpo de Cristina empezase a retorcerse cual serpiente, un fuego la invadió desde los pies hasta la cabeza y la bomba explotó, llegó a la cima.

C: ¡Aah! ¡Aaah!

H: Tu primer orgasmo.

Le besó la frente y la abrazó, la respiración de Cristina estaba acelerada y su cuerpo aún temblaba.

Cristina se aferro fuerte a él colocando su cabeza sobre el pecho masculino.

H: ¿Estas bien?

C: Si, pero no me sueltes por favor, quiero dormir entre tus brazos, escuchando tu respiración.

H: Te amo.

Heriberto le dio un tierno beso y la atrapó entre sus brazos. El sueño los atrapó.

La mañana llegó y Heriberto se despertó primero, la miró dormir, estaba feliz ella poco a poco se iba entregando a él, lo que había pasado en la noche había sido un gran paso en la relación, Cristina estaba empezando a perder el miedo.

C: Mmm... (mientras daba vuelta en la cama)

H: Cristina, tenemos que levantarnos.

C: No quiero

H: Me voy a duchar, cuando salga te levantas ¿si?

C: Si

Heriberto salió de la ducha y Cristina seguía enroscada entre las sabanas, se acercó a ella y le acarició la cara.

H: A la ducha bella durmiente.

Cristina estiró los brazos hacia arriba.

C: Llévame.

Heriberto la cargó y la llevó hasta la entrada de la ducha.

H: Dúchate, tenemos que irnos o perderemos el vuelo. ( le dio un beso en la frente)

Durante el vuelo Cristina volvió aquedarse dormida recostada en el pecho de Heriberto que la rodeaba con sus brazos.

H: Llegamos, despierta.

En el auto llegaron a la casa de Cristina.

C: No me quiero separar de ti, han sido  unos días maravillosos.

H: En 15 días volveremos a estar juntos y solos.

C: Pero... ¿nos veremos antes?

H: Lo intentaré, tengo que adelantar mucho trabajo para poder viajar contigo, pero tal vez el domingo podamos vernos.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora