04

1.9K 254 104
                                    

Felix le vio confundió y Hades esperaba una respuesta.

—No sé de qué hablas. 

—Cuando nacimos cada uno de mis hermanos, mis padres nos dieron un collar a cada uno y este es el mío. 

Felix miró el collar que sostenía ahora Hades. Con ayuda de sus manos se lo quito. 

—No sé cómo es que lo tengo, no tengo recuerdo de mis primeros 8 años de vida. Así que no puedo darte una respuesta, si alguien me lo dio, si lo recogí o cómo es que lo tengo. Pensé que algún día podría darme alguna respuesta de quién soy, pero yo tampoco lo sé. Desperté sin memoria y solo, en medio de la nada.

Hades notó la sinceridad en sus palabras y solo se preguntó el porqué él lo tenía, cómo es que había llegado al mundo terrenal, si él jamás lo había visitado hasta ahora, pues nunca le interesó como tal.

La curiosidad por el pecoso era cada vez más grande. 

—Si es tuyo, tómalo, no me importa —Felix se lo dio y se dispuso a irse, pero Hades no lo dejó.

—Hades —La voz de Zeus resonó en los oídos de ambos y la sonrisa del pelinegro no tardó en aparecer 

—Hermanito 

—¿Qué haces aquí? —El cielo se empezó a nublar y los relámpagos empezaron a adornar el cielo a muestra de la molestia de Zeus al ver cómo el rubio estaba en sus brazos. 

—Solo vine a visitar a nuestro amiguito Felix 

Zeus se acercó y sacó a Felix de estos y cubrió su torso —Ve a la casa Felix 

El rubio, al ver su mirada molesta, no dijo nada y obedeció. Hasta por un momento sintió que Zeus también estaba molesto con él. Caminó lentamente y mirando atrás, posando sus ojos en Hades. 

Una vez se fue Felix y quedaron solos. El pelinegro se recargó en sus manos, haciendo su cuerpo hacia atrás.  

Un rayo cayó cerca de él ante una clara amenaza. 

—No te vuelvas a acercar a él, Hades. 

—¿Por qué no? ¿Te pertenece? —Dijo con un poco de burla  

—Te lo advierto 

—¿O qué harás? —El que su hermano lo amenazara, hacía más interesante todo para él. 

—No quieras provocarme, Hades, podrás joder a otros, pero conmigo no te metas. —El Dios estaba acostumbrado a que su hermano fuera pesado, pero en esta ocasión no le hacía gracia. 

El pelinegro sonrió mientras Zeus se marchaba 

—Suena un reto. Entre más me lo prohíben, más me gusta.

Hades, lejos de escuchar las advertencias de su hermano, fue una invitación para hacer lo contrario. Él no era alguien que hiciera lo que le piden y su curiosidad ahora era más grande por el rubio. 

Definitivamente, él no se mantendría lejos.

Hades decidió regresar al inframundo donde se encontró con su amigo 

—Al fin vuelves, ¿dónde estabas? —Su amigo sabía que Hades no salía del inframundo. Rara vez lo hacía y si lo hacía era para ir al olimpo a molestar en las reuniones, pero no había ninguna en ese momento.

—En el mundo de los humanos —Se sentó en el balcón de piedra y miró su collar 

—¿En el de los humanos? ¿Por qué? —Rápidamente se extrañó, pues no era algo normal que él fuera al mundo de los vivos.

HADES (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora