HADES (Hyunlix)

17

Aquella confesión dejó helado al dios, reafirmando una vez más sus sentimientos por el rubio al sentirse pesado y herido por aquellas palabras. 

—Mientes. —Susurró, buscando que fuera una broma.

—No miento. Tenías razón cuando nos vimos en mi casa. Yo venía de hablar con Chris, después de que me dijeras que debía aceptar salir con él. 

Una sonrisa acompañada de un suspiro de incredulidad al saber que por él había aceptado ser su novio —Te lo tomaste muy literal. No sabía que eras tan obediente. 

—¿Por qué pareces molesto? Tú dijiste que debía...

Hades lo interrumpió —Sí, yo lo dije —el aire se había vuelto caliente. Estaba molesto consigo mismo por haberlo empujado a los brazos de su hermano y más molesto porque justo ahora se estaba dando cuenta de los sentimientos que estaba desarrollando por él. —Demasiado tarde — susurró. 

—¿Qué? —Dijo al no escuchar bien 

—Olvídalo, ya deberías irte. Mi hermano debería estar preocupado por su novio —pronunciar aquellas palabras, solo lo habían molestado más. 

Pero Felix solo se quedó parado ahí, sintiéndose abrumado por sus sentimientos, pues no entendía por qué se sentía ansioso. Temía que Hades se alejara pese a su promesa de quedarse junto a él sin importar qué. 

—Hades...

—Ya vete, solo me estás molestando —Acto seguido abrió un portal y empujó dentro al rubio, enviándolo a casa.

Como si sus sentimientos no fueran ya un lío y el nudo en su garganta no fuera suficiente. Un problema más se presentó ante él. 

—Quería pensar que habías ido al pueblo y por eso no estabas aquí, quería confiar en que mi novio no estaría perdiendo su tiempo una vez más con mi hermano —Los ojos cristalizados de Felix viajaron a los de Zeus, que estaba sentado en la silla —pero una vez más estabas con él. No importa si te lo pido o si Hades te usa para molestarme, tú sigues yendo a él sin importar que ¿debería preocuparme?

—Chris...

—Ya me voy, ya que comprobé que estás bien. —Se puso de pie y pasó por su lado manteniendo su postura firme. 

—Espera Chris —tomó su brazo con ambas manos. 

—Felix suéltame, no quiero verte por hoy —aquellas palabras causaron un miedo inconmensurable. Sentía que Hades ya no quería verlo y ahora sentía que Zeus lo abandonaría. 

—¡No te vayas! —Sus lágrimas al fin terminaron por derramarse. Felix sentía en ese momento que no volvería a ver a ninguno de los dos y esa idea lo aterró. Volver a estar solo. 

—No me chantajees con tus lágrimas —El Dios sintió debilidad al verlo llorar, pues normalmente Felix no mostraba sus emociones, pero quería mantenerse firme —Sabes por qué estoy molesto. No me hagas esto, Felix —aun si fue firme con sus palabras, gentilmente limpió las lágrimas que corrían por sus mejillas —. Aún, si eres mi novio, sigues buscándolo. Eso me molesta mucho, porque te he dicho muchas veces que te alejes de Hades.

—No puedo alejarme de él. —Confesó honestamente —somos, ¿amigos? — Dudo en estas palabras, pero quería creer que sí lo eran. 

—¿Amigos? Felix tú sabes mejor que nadie que se acercó con una mala intención a ti. ¿Cómo vas a ser amigo de él? 

—Sí, lo sé, pero realmente nos volvimos cercanos sin querer.

—¿Qué te hace creer que sus intenciones son honestas y no son solamente parte de su plan para molestarme?