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Y con aquella confirmación de que su amor le pertenecía al otro. La maldición impuesta al rubio volvió a su ser, dejando una desalentadora línea de vida. 

En cuanto sus labios se separaron y Hades volvió a ver con sus ojos nuevamente la sentencia de muerte en el rubio, sintió que su alma lo dejaría. Tenía la pequeña esperanza de que aquella anomalía que vio en Felix fuera circunstancial y cambiará como constantemente lo hacía, pero se dio cuenta de que no fue así. Su vida se había limitado a 72 horas.

—Hyunjin mírame —. Los ojos del pelirrojo viajaron a los del rubio, sintiendo ansiedad y arrepentimiento. Sentimientos que no pasaron desapercibidos por Felix —Estaré bien. 

—Si te quedas conmigo morirás —Sus ojos se volvieron agua al pensar que perdería a quien amaba —Volvió a cambiar tu fecha, como en ese día. Solo 72 horas.

Aquella noticia desalentó al rubio, pensando en que era muy poco tiempo. La ansiedad lo envolvió, pues había tanto que quería vivir a su lado y solo tendría 3 días. —Aun si son tres días, quiero estar a tu lado —Limpió gentilmente las lágrimas de Hades —Ya elegí estar a tu lado, así que respeta mi decisión —Como si leyera la mente del pelirrojo le prohibió borrar nuevamente sus recuerdos y alejarlo solo para que viviera más tiempo —Me preguntaste que debías hacer ¿No? 

El pelirrojo agachó su cabeza negando mientras sollozaba y eso partió el alma de Felix. Era la primera vez que lo veía tan vulnerable y frágil. 

—Sin importar lo que pase, estoy feliz de encontrar al fin a alguien que me ama como yo lo hago —Hades levantó su rostro para ver aquella sonrisa llena de lágrimas —. Al fin te encontré —haciendo referencia aquello que tanto anhelaba, un amor verdadero. 

Hades lo llevó de nuevo hacia él y besó sus labios una vez más. Sus labios se rozaban con los delicados y suaves labios del rubio, chocando sus lenguas en un beso dulce y lento que poco a poco se volvió apasionado. 

La falta de aire y la creciente dureza en la entrepierna del pelirrojo lo hizo separarse. —Debemos parar o no me voy a poder controlar. 

Felix soltó una sutil risa y vio aquellos ojos oscuros. Su tiempo de vida iba a acabar y quería experimentar aquella sensación. No tenía dudas de que entregarse al pelirrojo. Estaba seguro de que estaría bien y podía confiar en él. —No quiero que te controles —se paró en puntillas para volver a besar sus labios. 

Aun si al principio dudó, lo tomó en sus brazos y lo cargó hasta la recámara sin dejar de besar sus labios. 

Se separó de Felix una vez llegaron y sin dejarlo de ver, tomó el lazo que ataba su túnica, empezando a desatarlo para luego quitarlo y retirar las telas que cubrían la piel del rubio, dejando ver su esbelto pero marcado cuerpo. 

—No me veas tan fijamente, me da vergüenza —Trató de cubrir su cuerpo con sus brazos, pero fueron retirados por el Dios. 

—No te cubras. Tienes un hermoso cuerpo. 

Aquellas palabras le causaron satisfacción y a la vez vergüenza —Tan bien quítate la ropa 

—¿Por qué no me la quitas tú? —La sangre subió a su cabeza con aquellas palabras y nervioso dirigió sus manos a la ropa del pelirrojo. 
Torpe y nervioso, logró quitar el lazo que sostenía su túnica para lentamente quitar la ropa que lo cubría 

Los ojos de Felix no fueron nada discretos al viajar a la erección del pelirrojo, cosa que causó una sonrisa en el Dios —¿Tan ansioso estás? —dijo juguetón, volviendo a su dinámica de molestarlo. 

Los nervios y su costumbre de demostrar que se equivocaba hizo que diera un paso atrás —Yo no estoy nervioso, es más ya no quiero segur con esto —Orgulloso trato de negar sus deseos como de costumbre era cuando se trataba del pelirrojo, pero Hades lo detuvo cuando vio que este dio dos pasos para irse y lo tumbo en la cama para luego subir encima de él 

HADES (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora