Especial I

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Felix sentado entre las flores, jugaba con su pequeño felino “molestándolo” con su mano y rascando su panza, recibiendo pequeños e inofensivos rasguños.

Aquella imagen era vista por una mujer a la distancia.

Frente a Felix unos hermosos narcisos empezaron a florecer, siendo de inmediato cautivado por estos, ya que esas flores no eran parte del inframundo —Son hermosas —  y antes de que las tomara su mano fue detenida por Hades que lo llevó a sus brazos

—¿Intentas llevarte a mí, Felix, Deméter? —La mirada de Hades era desafiante, al igual que la de aquella mujer.

—¿Quién es ella? — susurró Felix al verla.

—Fue tu madre en tu otra vida.

Los ojos de Felix se abrieron con sorpresa

—Tú te lo llevaste de esta forma y he venido a recuperarlo —La mujer veía con odio al pelinegro que había regresado a su apariencia habitual.

—Aun si lo intentas, Felix no puede ir contigo, su existencia solo vive en el inframundo.

—¡Maldito bastardo, es tu culpa que mi Persefone muriera dos veces! ¡Devuélvemelo! —La mujer entre sus ropas cargaba un cuchillo.
Ella fue directamente hacia él, pero Hades la detuvo sin problema más, sin embargo, su objetivo fue sacar al rubio de sus brazos.

Hades estaba a punto de recuperarlo, pero se detuvo al ver aquella escena de una madre abrazando a su hijo.
Suspiró fuerte y se calmó —Los dejaré solos.

Felix estaba inmóvil en sus brazos. No tenía ni un solo recuerdo de ella, pero su abrazo se sentía cálido y las lágrimas cayeron sin razón.

—¿De verdad, eres tú? —Alejó a Felix para tomar su rostro en sus manos y con solo verlos a sus ojos se dio cuenta de que era su amado hijo.

Los ojos eran una ventana al alma y sin importar su apariencia lo reconoció y volvió a abrazarlo.

—¿Eres mi madre? —Un escalofrío corrió por su cuerpo. Cuando estaba vivo siempre se preguntó si alguna vez tuvo una madre y si esta lo abandonó, y se olvidó de él, pero, en cambio, ahí estaba su madre abrazándolo mientras lloraba. Podía sentir cómo temblaba, pero se aferraba firmemente a él.

—Mi dulce niño, te llevaré de regreso al Olimpo. Voy a encontrar la solución de como regresarte a ser un Dios. Y no voy a permitir que ese loco te vuelva a raptar.

Felix estaba feliz de saber que tenía una madre y aún más de saber que esta aún lo amaba, sobre todo.
Tomó sus manos con delicadeza y la miró fijamente —Yo lo amo.

Su madre negó con su cabeza —No, estás confundido. Él te ha dañado y…

—Hades me ha hecho muy feliz. Soy feliz aquí. Él es muy dulce y bueno, aun si parece frío y sin sentimientos, y sobre todo me ama como yo lo hago.

Su madre seguía negando en su cabeza, después de todo, Hades era el villano que le robó a su preciado hijo y este terminó muerto por su consecuencia dos veces.

—Quiero casarme con él.

—No, si haces eso, te volverás la reina del inframundo y los Dioses del olimpo te aborrecerán si un día deseas volver. —Su madre no buscaba dañar a su hijo, solo habla desde su perspectiva como madre.

—No me importa si me aborrecen por ello. Aquí estoy feliz, no quiero ir a otro reino. Me gusta mi “vida” aquí.

—No soporto la idea de que ese maldito siempre logra separarme de ti —sus lágrimas caían, pues amaba sobre todas las cosas a su hijo y lo quería cerca de ella. Después de haberlo perdido una vez y otra, ya no quería pensar en un futuro donde ni su alma existiera.

HADES (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora