Capítulo 25

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Je veux bien que les saisons m'usent.
A toi, Nature, je me rends ;
Et ma faim et toute ma soif.
Et, s'il te plâit, noutris, abreuve.

"No."

Una charla que viene postergándose desde hace un par de meses. La negativa de Pablo no es novedad para Scaloni quien, efectivamente, se vio venir semejante respuesta. Como un espejo perfecto, la situación se refleja a algo similar a la que él mismo sufrió con Diego en su debido momento. Aunque esta vez, las razones son completamente diferentes.

"Pablo, hay que seguir la tradición de la casa," argumenta Lionel, sentado a su lado en el banco del jardín.

"Me tiene sin cuidado la tradición de la casa." Aimar se cruza de brazos y frunce el ceño, observando un par de gorriones tomando agua del bebedero de pájaros junto al gran cedro, plantado por los primeros estudiantes de la Esteban Echeverría.

"¿Y se puede saber por qué no querés?"

"¡Porque no necesito a nadie más que a vos!" grita el joven, girando sobre la banca y enfrentando a su amante. Scaloni rápidamente tapa la boca del menor con su mano, esperando que nadie esté cerca escuchando la conversación.

"Mi amor, son dos cosas totalmente distintas. El hecho que necesites un sucesor no tiene nada que ver con que estemos juntos."

"¿Cómo que no? Y... ¿y por qué me elegiste vos a mi entonces? ¿Para sacarte un peso de encima con su hermano mayor?" pregunta Pablo, aún sabiendo perfectamente la respuesta. Pero la mera idea de tener que compartir su corazón con alguien más le repugna.

El más alto resopla y se pone de pie. Toma la mano del Branche Myrtaceae y se aleja del ojo público, detrás del Palacio de los Árboles, aquel lugar en donde se besaron por primera vez y se ha convertido en su refugio predilecto. Pablo no puede, o mejor dicho no quiere ver la realidad frente a sus ojos y dicha realidad tiene una sola verdad: debe conseguir un feuille para continuar la rama familiar en el Consejo Estudiantil. El sistema de árboles se forjó para mejorar la relación entre los estudiantes pero también para asegurar un continuo flujo de personas a cargo del Consejo que defiendan los derechos de los alumnos con dientes y uñas, contra todas tramoyas que se pueden suscitar en un ambiente académico. Scaloni empuja suavemente los bucles de Pablo detrás de su oreja mientras intenta calmarlo.

"Te elegí porque así lo quiso el destino y no tengo dudas de ello," explica el mayor.

"Me elegiste porque fui el primer gil que entró por la puerta, no me mientas." Las mejillas de Aimar se encienden, pero no de vergüenza sino de furia. Algo similar a lo que sentiría por una traición.

"Fuiste el primero que entró, sí. Pero tardé nada en darme cuenta que valías la pena y el esfuerzo de luchar por vos." El tono de voz de Scaloni baja una octava, dejando que las palabras se escurran de manera casi aterciopelada. "Porque me di cuenta que eras vos y nadie más que vos del que me enamoré."

"¡Y es por eso que no quiero a nadie más que a vos! ¿Cómo no podés entender algo tan simple?" vocifera Pablo, al borde de las lágrimas.

"Porque con nosotros se dio la casualidad que nos amamos." Lionel suspira y gira su vista hacia los demás árboles. "Diego me eligió para ser su hermano y nada más, y yo lo elegí a él por la misma razón." Sus ojos oscuros vuelven a los color miel de su amante. "Pero a Diego jamás lo amé de la manera en que te amo a vos. Diego fue mi guía, mi amigo, mi confidente y mi hermano. Pero jamás podría haber sido alguien por quien... diera la vida, como lo hago con vos. Es posible tener un hermano menor y no tener el mismo sentimiento que ambos nos profesamos. Mirá al resto del Consejo. Puedo asegurarte que ninguno tiene lo que tenemos nosotros."

La Eternidad (Scaloni x Aimar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora