Demon's Revenge (Hyunlix)

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Una joven damisela, se encontraba paseándose por el jardín de una residencia elegante. Llevaba un bello vestido color lila, con escote cuadrado, mangas farol que le llegaban arriba de los codos y con una terminación en corte imperio, el vestido podría parecer sencillo a simple vista, pero llevaba algunos listones en él.
El rostro de la joven era increíblemente bello, sus labios tenían un característico color rojizo natural, su piel pálida resaltaba aún más, gracias al cabello negro que llevaba suelto y solo era adornado, con un bello moño del mismo color de su vestido.
La dama aún no pasaba los quince años, Seo Soojin, la preciada adoración del conde Seo Changbin. Era su hermana menor, por la que mataría y haría absolutamente lo que fuera, así como también, su confidente.

— ¿Qué tal te ha sentado la noticia del baile?

La damisela pegó un brinco, al escuchar la repentina voz del conde. Pero de inmediato se encontró, con la encantadora sonrisa de su hermano.

— ¡Hermano!, me haz asustado — la joven sonrió levemente y Changbin hizo lo mismo.

— Entonces, ¿vas a responderme?

— Después del susto que me haz pegado, no debería — la joven apretó los labios y después suspiró —. A ti no puedo engañarte, ahora soy un manojo de nervios, ¿y si lo hago mal?

— No podrías — Changbin puso una mano sobre la cabeza de su hermana —. Eres una Seo y nosotros no hacemos las cosas mal

Ambos hermanos se sonrieron tiernamente.

Para todo el mundo, la madre de ambos había muerto meses después del parto de Soojin, aunque la realidad era que había huido dejando a Soojin recién nacida y a Changbin con apenas 10 años. Todo era una mentira, creada con el único fin de proteger la reputación de la familia Seo.
En un principio, el pequeño futuro conde no lo entendió, no entendía porqué su madre los había dejado solos; hasta unos años después, que conoció la verdadera, mezquina y enferma naturaleza del hombre al que tenía que llamar padre. Así que, cuando él cumplió 18 y su padre murió, no sintió ni un poco de tristeza.

Soojin llevó un mechón de cabello detrás de su oreja y arrancó una florecita del jardín, para entregársela al conde.

— Me da miedo no caerle bien a nadie

La joven suspiró y Changbin no dudó en abrazarla.

— Estará todo bien, habrá más de uno que quiera ser cercano a ti y quién no lo haga, entonces sería un tremendo tonto — Changbin pareció recordar algo y se separó un poco de su hermana —. Ahora que lo recuerdo, el primo del duque quizá quiera ser amigo tuyo, tienen la misma edad y parece ser muy agradable. Aunque he de aceptar, que puede ser muy serio y recto para la edad que tiene

— ¿El primo del duque? — Changbin asintió con una sonrisa y la joven arqueó una ceja —. No sabía que tenía un primo, de hecho...

— Es una situación difícil de explicar y la verdad es que, revela una historia familiar difícil — Soojin asintió comprendiendo las palabras de su hermano —. Puedo enviar una solicitud ahora mismo, podríamos invitarles a nuestra residencia o solicitar una visita a la mansión del duque

— Changbin, no creo que sea adecuado. Podríamos importunar y además...

— Desearía no saber, lo que estás a punto de recordarme — Changbin se separó, mostrando una sonrisa derrotada a su hermana.

— Lo siento, es solo que... no creo que sea buena idea que veas al duque ahora. Yo misma sé, que le has amado desde que son niños y que la posibilidad de que él no regresara, te afectó más a ti que a nadie