Demon's Revenge (Hyunlix)

secrets in the air

Hyunjin y Minho ya se encontraban en sus formas habituales, sentados en la mesa de té que estaba en el jardín. Por supuesto, Wooyoung les acompañaba.

— Bueno, entonces habla de una vez

Minho miró atento al ángel frente a él.

— Espero que recuerden algo de sus clases, para principes del infierno — ambos demonios curvaron una ceja, sonriendo burlonamente —. Los demonios tienen dos métodos de alimentar al infierno y a todos sus demonios. ¿Lo recuerdan?

Wooyoung los miró un momento y Minho suspiró.

— Esto parece examen — susurró antes de contestar —. La primera es básicamente, recibir y picarles el culo durante un buen rato a todas las almas corruptas, que la corte celestial manda al infierno, después de haberlas juzgado. Exonera sus pecados y les permite renacer

— La segunda, se trata de los contratos — continuó Hyunjin —. Nosotros les ofrecemos y prometemos nuestra fidelidad a un humano con sed de poder o el alma corrupta, para después devorarla. Es la misma cosa, se exonera y queda lista para renacer

— Exactamente — Wooyoung se inclinó hacia adelante y miró a ambos fijamente —. No sé cuánto tiempo llevarán fuera del infierno...

— Créeme, muchos siglos

— Bien, entonces es muy posible que no sepan que el infierno está atravesando una... etapa difícil — los dos príncipes infernales intercambiaron miradas y se cruzaron de brazos.

Wooyoung les contó, sobre como Usha, la señora del reino de los cielos y de la corte celestial, había estado haciendo uso indebido de sus poderes divinos.
En un principio, Usha había perdonado una o dos almas, por cada cien que entraban al cielo, dándoles un castigo leve y las hacía renacer de forma casi inmediata. Por supuesto, eso había empezado a desencadenar algunos enfrentamientos entre Abbadōn, el rey del Inframundo y Usha.
Hasta cierto punto, las cosas se habían calmado y trataban de llevar una relación tranquila, al menos de parte de Abbadōn. Pero según las palabras de Wooyoung, hacía dos siglos, que el problema se había vuelto aún más grande. Usha había dejado de mandar almas al infierno, para castigarlas en el cielo; ella creía fielmente en que los ángeles podían encargarse de manera más eficaz de exonerarlas y también creía en la supremacía angelical, buscaba reinar a todas las demás especies. Aunque eso rompiera el balance.
La falta de almas había empezado a debilitar el infierno y al mismo tiempo, al rey Abbadōn. Entonces, una idea brillante apareció en la cabeza de Usha y selló las entradas del infierno, para que Abbadōn no pudiera entrar ni salir de él. Su reino, ahora se había convertido en su prisión.
Cuando Hyunjin y Minho escucharon lo último, sus ojos se habían vuelto completamente negros por la furia.

— Esa maldita bruja — gruñó Minho con una voz gutural.

— Me temo que lo siguiente que les diré, hará que tengan más deseos de arrancarme la cabeza

— Habla — dijo Minho con la misma voz gutural.

— Cuando me enteré de todo lo que estaba haciendo, intenté hablar con ella y hacerla entrar en razón...

— No quiero que me cuentes tu vida

Hyunjin le miró cabreado y Wooyoung tragó saliva.

— Usha y un séquito de ángeles fieles a ella, fueron los verdaderos responsables de sumir a la diosa Elina en el sueño eterno y todos se pusieron de acuerdo para culpar a Abbadōn de ello

Hyunjin y Minho se levantaron de golpe, sacando sus garras negras.
La razón de su furia, se debía, a que ellos sabían que hubo un momento en que el cielo y el infierno mantenían una relación cordial. El infierno no podía existir sin el cielo y viceversa, Abbadōn lo sabía perfectamente al igual que Elina e incluso podría decirse que eran buenos amigos, pero entonces una tragedia los envolvió.
Elina comenzó a debilitarse de forma misteriosa y tiempo después se dejó envolver en el sueño eterno. Usha acusó a Abbadōn de ser un traidor y envenenar a Elina, para gobernar el mundo con sus demonios. Por ello había empezado la característica rivalidad entre ambos reinos y los demás seres sobrenaturales, les dieron la espalda por completo a los demonios.