the sweet scent of revenge

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El olor a sangre penetraba un oscuro cuarto, escondido en lo más profundo de algún lugar, el aroma era tan insoportable, que podía ahogarte. Una vela fue encendida y la flama estaba iluminando un poco aquél cuarto, mostrando a un hombre colgado en una de aquellas sucias paredes, atado de manos y pies, se encontraba desnudo de la cintura para arriba y exhalaba bruscamente, recuperando la consciencia.

— Veo que ya ha despertado, señor — una silueta fue saliendo de las sombras, dirigiendose hacia el hombre, el sonido de sus zapatos resonaba en cada pared de la habitación, aumentando el terror psicológico de aquél hombre —. Espero que, su visita a la nueva y mejorada mansión Lee, esté siendo de su agrado

— Tú... — el hombre miró la silueta oscura, que se acercaba cada vez más a él, una vez que estuvo lo suficientemente cerca, pudo apreciar a ese hombre delgado de bello rostro, cabello dorado y largo, que vestía de forma demasiado elegante—. Si me dejas... ir, prometo ser generoso contigo — el hombre pausó, tratando de recuperar el aliento y la voz —, no sé cuánto te pagará ese mocoso, pero te aseguro que puedo pagarte aún más

— Creo que... se está equivocando, mi lealtad hacia mi amo y señor, no está a la venta — la voz del hombre era serena y tranquila, no se inmutaba ni un poco, lo que aterraba aún más al otro hombre.

— Cualquier perro, tiene un costo y un simple mayordomo, no es la excepción.

— Lo que pasa es que... — el hombre se acercó aún más al otro, hasta posar sus labios muy cerca de su oído —... no soy un simple mayordomo.

La vela se apagó de golpe, mientras gritos de agonía, hacían retumbar las paredes de ese oscuro cuarto, apestando aún más la habitación de ese líquido rojo, que era tan vital para los seres humanos.

(...)

Aquél hombre de esbelta figura, cabellos dorados y un aspecto casi celestial, caminaba por uno de los pasillos de una enorme mansión, con una bandeja en la mano, su caminar era suave y delicado. Tocó suavemente la puerta de una gran oficina, con los nudillos de su delicada mano y unas palabras salieron de sus labios:

— Disculpe mi demora, amo

— Parece que fue demasiado trabajo para ti — contestó una voz profunda y grave.

El joven sentado detrás de un escritorio, leyendo detenidamente algunas hojas que parecían ser importantes, no parecía ser el dueño de aquella voz tan profunda, pero lo era. Su figura se veía tan débil, Felix Lee de 22 años, tenía un aspecto frágil, como un muñeco de porcelana al que si movias con brusquedad, podía romperse en mil pedazos. Su pálido rostro, era adornado con pecas; tenía cabellos rubios ondulados y ojos cafés, que si te miraban con demasiado detenimiento, podrían perforarte cómo dos balas, si así lo quisieran.

— Lo siento, es que esa cucaracha me dió mucho trabajo — el mayordomo mostró una reverencia y comenzó a servir el té —. Debería ir a descansar pronto, amo

— Hyunjin — el mayordomo levantó el rostro, encontrando aquellos ojos cafés de su querido amo y señor, Felix —. ¿Pudiste sacarle algo a aquella cucaracha?, ¿o solo estuviste jugando como un pequeño gato al encontrarse una rata? — el joven tomó un sorbo de la taza de té que había dejado el mayordomo.

— No jugué con él, señor, pero lamentablemente, no dijo nada relevante de la noche en que sus padres murieron, amo — Felix le miró amenazante y Hyunjin no se inmutó —. Pero, si aceptó incontables fraudes a la compañía Lee y a la compañía de la familia Han

Felix aventó la taza que tenía en sus manos, con el propósito de que se estrellara contra el suelo o contra el propio Hyunjin, no importaba; pero Hyunjin la atrapó justo a tiempo en un movimiento ágil y rápido.

Demon's Revenge (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora