Harry Potter, El Reino Mágico de Ticklelands

Capitulo IV: El Mercado Mágico y el Niño de Cascos Dorados

Harry Ticklish camino muy emocionado junto a Risum hacia donde estaba la aldea mágica, esto sería increíble para el menor de ojos verdes. Caminaba por un camino de piedra color azul celeste hecho de ladrillos, los cuales eran muy parecidos al camino amarillo del mago de Oz, se preguntó si de aquí lo basaron.

Ticklish miro que el camino estaba franqueado cada unos metros por lo que parecían ser farolas, pero eran más bien unos árboles de una sola rama, que crecían hasta formar un arco y en su punta sostenían un gran cristal en corte de faceta irregular de color celeste que producía un lindo brillo azul.

Supuso que eso era lo equivalente a los faroles de su mundo, eso le agrado, veía las sientas de flores extrañas, que parecían de un mundo alienígena, lo cual técnicamente era verdad.

-No puedo creerlo…- dice Risum de manera cómica y alegre -…esa ave gana al día más dinero que yo… y solo lleva conmigo unos dos semanas- y se guarda las monedas de plata.

- ¿Hoy venderás pociones? -

-Si Ticklish, y tú me veras, después de todo, viviendo conmigo, necesitas aprender el negocio- dice Risum cargando su bolsa -…mira, esta villa es muy pequeña, menos de cien habitantes, así que no esperes mucho… además ten cuidado ya que los lanza hechizos jóvenes son muy preciados en el mercado-

-Ja, ja… que gracioso-

-Hablo en serio… a veces hay ventas de ustedes en el mercado- dice Risum.

Harry miro horrorizado al niño.

-Espera… ¿Tráfico de personas? ¡Eso es ilegal! -

-Hem… más o menos… está prohibido la esclavitud como tal, pero en la magia una persona puede atar a otra para seguir sus órdenes… así que no estreches las manos de nadie… ese es el sello de la mayoría de los contratos vinculantes… y no firmes ningún contrato… ninguno… y mucho menos aceptes un beso en los labios de un desconocido-

Harry veía horrorizado, esperando que fuera una broma.

-Ticklish tranquilo… solo no te separes de mi… y todo estará bien- dice acercando al niño.

Harry siente que la larga cola de Risum se enrosca en su cintura, y se da cuenta de que ahora estaba atado a su amigo, eso de hecho le hizo sentir seguro, y no comento nada.

Los dos niños siguieron el camino azul, hasta que luego de unos diez minutos, llegaron a la pequeña villa. Harry vio que se parecía a un campamento o a un circo encantado más que una villa. Las casas principales eran de tipo renacentistas, con techos de tejas viejas y entramados de madera sobresaliendo de las paredes, pero las paredes y toda la estructura se doblaba en formas no posibles en la ingeniería.

Todas las casas estaban ubicadas formando un gran anillo alrededor de lo que era el centro del pueblo. En el centro estaba lo que parecía ser una feria de circo, con enormes carpas cónicas y de líneas multicolores brillantes y muchísimas banderas.

En lo que sería la cabecera del pueblo, había una enorme torre de piedra y yeso la cual sostenía un reloj y estaba coronado con un techo de tejas en forma de cono. Se veían varios letreros sobre los pórticos de las casas que indicaban los nombres de las familias.

-Esta es la villa Fortuna… es muy joven y pequeña así que no tiene mucho- dice Risum tirando de Harry con su cola –En el centro está el mercado, son esas carpas de allí amigo mío-

Harry nunca había estado en un circo, pero juraría que acababa de entrar a uno, por extraño que parezca, apenas entro a la propiedad, parecía que el mercado era mucho más grande de lo que se veía desde afuera delo pueblo. Era un laberinto de carpas en las cuales las cortinas abiertas mostraban los negocios de estas personas.