Capitulo XXV: En el Purgatorio

65 3 1
                                    


El azabache de ojos bicolor no tenía ni la mínima idea de cómo termino allí, en lo que parecía ser el propio infierno en la tierra. Todo comenzó cuando sus hermanos a media noche al fin decidieron detenerse y dejarlo dormir, aunque claro no lo desataron... o mejor dicho lo liberaron y luego lo amarraron de nuevo con los pies juntos y las manos detrás de las muñecas.




Con Risum abrazado a él mientras dormía, y con su cola haciéndole cosquillas para que no parara de reír incluso dormido, Harry la paso como cualquier noche común. No sabía en qué momento, su sueño se volvió algo más que un sueño. Cuando abrió sus ojos, noto de inmediato que algo andaba mal, mirando su entorno vio como el lugar estaba lleno de una niebla blanca que se extendía a todas direcciones.




Esta niebla cubría su horizonte, y no le permitía ver más allá de su rango normal de visión. Noto que aún estaba atado a la posición que sus hermanos le dejaron, además de aun sentir las cosquillas en sus suelas lo cual lo hacían retorcerse y reír.




Vio que aún estaba en calzoncillos con imágenes de conejos, y eso lo hizo entrar en vergüenza, se puso en posición fetal para intentar cubrirse, tratando de dejar de reír por las cosquillas que sentía en sus plantas, pero era difícil. Entonces noto que sus ataduras eran un tipo de niebla de luz, lo cual era algo loco.




De hecho, el mismo estaba hecho de luz, era como una versión fantasmatica en dorado de el mismo en forma de luz, como una proyección astral. Incluso sus calzoncillos parecían estar hechos de pura luz.




Recordó que leyó algo así en su grimorio, era lo que se llamaba forma astral, y solo raros magos alcanzaban este raro estado. Literalmente su alma y mente estaban fuera de su cuerpo en un plano astral, pero nunca espero que estuviera inmovilizado y sintiendo cosquillas.




-Si recuerhahahhahaahahha recuerdo bien, hahahahahaha solo haha solo necesito concentrarme Hahahahaha para viajar ahahahahahahahaha ¡RAYOS! - dice al darse cuenta que mientras le hacían cosquillas no tenía control de nada.




Para su horror, nota como se conjuran nubes translucidas de nieva dorada, las cuales toman las formas de plumas y iban acariciando sus suelas desnudas enviándoles muchas cosquillas. Harry se retorcía sin parar mientras soltaba varias risas y forcejeaba. Sabía que esto no lo podría controlar, era su cuerpo el que sufría, y aquí solo se reflejaba lo que pasaba, lo cual solo aumentaban la sensibilidad al darse cuenta de que nada lo salvaría.




- ¡Por favor Risum hahahahahahahahahahahaha solo dame cinco Hahahahaha ahhahahahahaha minutos para explorar! - suplico entre lágrimas de risa.




Y claro, sus suplicas fueron ignoradas, y el niño solo siguió retorciéndose cual gusano por el espacio en blanco.




De repente entre giros noto que estaba flotando en el aire, que estaba volando cual Peter Pan, lo disfruto a pesar de las cosquillas, siempre quiso volar y esta era su oportunidad, aunque con los brazos atados y las piernas juntas no había mucha posibilidad de ir a donde quería.




Entonces mientras flotaba, por accidente cruzo el muro de niebla, y de repente estaba en un espacio desconocido, parecía un elegante vestíbulo, con oro adornando sus mesas y paredes, y un candelabro de araña sobre su cabeza con diamantes como decoración.




Aún estaba en su forma astral, y si, aun le hacían cosquillas que le hacían retorcerse y sonreír; entonces observo su alrededor unas altas mesas de madera, donde sobre ella pudo ver un duende malhumorado tratando de aguantar las ganas de gritarle a un anciano frente a él. Aguantando las cosquillas, Harry se levantó y a saltitos se acercó al par para escucharlos.




 Harry Potter, El Reino Mágico de TicklelandsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora