Harry Potter es un niño de nueve años, quien vivía con sus odiosos tíos abusivos en lo que consideraba una prisión. Él solo quería escapar de ellos para vivir su vida.
La oportunidad llega una tarde lluviosa, dónde es obligado a refugiarse en la bib...
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Ok, Harry no esperaba ésto, para nada lo esperaba...
Harry miraba el sofá aún procesando todo esto, con la mano en el mentol y su otro brazo rodeando el pecho, ya que frente a él, sentado en su sofá... Había un niño en camisón amarrado y con una mordaza.
Éstos días habían sido agitados, desde que le diagnosticaron que no podía vivir sanamente si no le hacían cosquillas por cuatro veces al día, los animos de Harry bajaron, ya que literalmente era una clase de deficiencia que lo hacían ver inferior a sus hermanos.
Esto lo avergonzó vastante, ya que era débil e inútil según su mente. Sus demás hermanos lo notaron y trataron de animarlo... Pero, la única forma que conocían para animarlo era hacerle cosquillas hasta que se desmaye, y justamente ahora tenía el efecto contrario, así que no ayudaban para nada.
El niño se sentía triste de tener "deficiencias alimentarias" como dijo el doctor ratón, simplemente su cuerpo no podía acumular la energía obtenida por su alimento, por tanto debía alimentarse constantemente para no enfermarse. Harry solo se ponía triste mientras pensaba en su deficiencia, y puesto que las cosquillas son su alimento, estás no lo relajaban.
Los demás niños de la casa ya no sabían que hacer para animar a su hermanito, incluso comenzaron a servirle como si fueran sus sirvientes, pero esto causaba que el niño se sintiera dependiente y inútil, lo que lo volvían más triste.
Entonces que se podía hacer?
Justo días después del diagnóstico, luego de su "desayuno de cosquillas", Harry se volvía a poner la playera naranja con una cara de halloween en frente, cuando la puerta suena. Puesto que estaba más cerca, la abre, y su cara se vuelve tan roja que hasta los tomates parecían blancos en comparación. Frente a él estaba Petrus Sigillum, el niño selkie que amaba.
Mientras el rojo brillante adornaba su cara, se podía ver humo de vergüenza saliendo del menor, quien usaba su flequillo anormalmente largo para cubrirse la cara, dejando saber que estaba realmente avergonzado.
Petrus le sonríe y habla con su prometido, no es que el niño lo sepa, la dulce voz de Petrus relajan lo suficiente a Harry para quitarse el cabello de la cara y simplemente ver a Petrus embobado por amor.
Mientras tanto tanto Risum como Blaidd estaban luchando desesperadamente contra Polux quien estaba a punto de asesinar al niño selkie. El simple hecho de saber que estaba allí en su casa, hacían que Pólux le hirviera la sangre por la ira... Y su ira se disparó cuando vió que el niño no usaba ropa... NADA DE ROPA!!!
