24| Mal presentimiento
EmmaMuerdo mi labio inferior cuando siento unos brazos rodearme por atrás la cintura y ese olor tan característico de él. Su rostro se entierra en mi cuello y deja un pequeño beso allí.
—¿Cómo va todo por acá?
Alzo mi mirada hacia el interior de la cafetería donde se hallaban algunos turistas y una amiga de Gaga con su nieta, desayunando. Hace tres días que Maggie se había ido a no sé dónde y me había dejado a cargo de todo esto. Y no era por presumir, pero me estaba yendo mejor de lo que pensaba.
Bueno, en realidad me las había arreglado muy bien sola hasta ahora. Si bien me levantaba a las seis de la mañana para cocinar y me la pasaba casi todo el día horneando, podía decir que disfrutaba bastante. Era mucho esfuerzo y presión, eso sí, y Gaga me ayudaba a cocinar muchas cosas; pero… no sé, al hacer algo que me gustaba lo estaba disfrutando mucho. Y no había llevado la cafetería de Maggie a la quiebra, que era lo importante.
Alzo la mirada hacia Austin y dejo un casto beso en sus labios.
—Bastante bien. La mañana ha sido tranquila.
Sonríe orgulloso.
—¿Ves? Te dije que te iba a ir estupendo.
—Quizá se deba a que tu abuela me está ayudando un montón.
Él niega, convencido.
—No te quites merito, Emma. Sé que Gaga te ayuda, pero prácticamente tu estas llevando todo esto sola. Y lo estás haciendo increíble.
Me preguntaba por qué a veces me costaba aceptar cumplidos de las demás personas. Puede que sea porque no estaba acostumbrada a recibirlos. No estaba acostumbrada a que alguien me dijera que estaba haciendo algo bien y, honestamente, ni yo misma me lo decía muy a menudo.
—¿Has hablado con Maggie?
Se separa de mí y apoya sus antebrazos sobre el mostrador, luciendo despreocupado. Mi mirada se centra por unos segundos de más en sus fuertes hombros y en cómo la camiseta blanca cubría sus músculos.
—Hablé con ella está mañana. Te mandó saludos y dijo que esperaba que no la denuncies con recursos humanos.
Suelto una risita. Había recibido un mensaje de ella que ponía exactamente lo mismo.
—¿Te dijo en dónde está?
Maggie no había querido decirle a ninguno de nosotros dos a dónde se iba de viaje. La única que sabía esa información era Gaga, que la llevó hasta el aeropuerto. A mí y Austin lo único que nos había dicho es que se trataba de un viaje importante.
Austin pasa la mano por su cabello, despeinándolo, y suspira.
—No, pero ya puedo hacerme una idea.
Curvo mis cejas, interesada.
—¿Y en dónde crees que está?
—No sé si te ha dicho alguna vez que su sueño es abrir una pastelería en Francia. Aunque desconozco si es para trabajar allí o para tener una sucursal más y contratar empleados que se encarguen de trabajar en ella —asiento. Recordaba que lo había repetido varias veces—. Bueno, estoy seguro que fue a organizar eso. Ha estado actuando raro los últimos meses, y supongo que se debe a que estaba planeando esto a escondidas junto con la abuela.
Frunzo mi ceño. Honestamente, yo nunca la había visto actuar de forma rara.
—¿Y por qué no te lo dijo?
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Todo lo que somos juntos
Romansa> Emma se siente perdida. Ya no sabe qué camino tomar en su vida y está cansada de que todos sus días sean iguales. Solo sabe que necesita encontrarse a sí misma. Por eso mismo, no duda en sacar un pasaje de ida a un pequeño pueblito en Italia con l...