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彡.。🎀 capitulo dos: ¿premonición o sueño?
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EN EL CENTRO DE UNA INFERNAL CONFLAGRACIÓN, aquella joven de cabello blanco y puntas rojizas se encontraba arrodillada, alzándose sobre un suelo cubierto de cenizas y escombros. Su cabello suave y sedoso ahora se encontraba enmarañado y ondeando en el viento caliente. Su ropa chamuscada y empapada de sangre contrasta con su piel pálida. Sus ojos carmín muestran el reflejo de las llamas danzantes que bailan a su alrededor. Su respiración agitada resuena en el aire espeso, mientras su figura se contorna en medio del caos y la desolación, rodeada por cuerpos inertes y manchas de sangre que atestiguan la tragedia.
Sin una mínima muestra de angustia o culpabilidad en su mirada, suspira aliviada de no volver a observar aquellos viejos rostros otra vez, atormentándola.
Intentando colocarse de pie, cae nuevamente arrodillada al suelo con dolor en sus extremidades y con un hilo de sangre recorriendo de sus labios a su barbilla, mientras toma la herida de su abdomen y con su vista borrosa observaba a aquel poseedor del infinito y su propio padre caminando tranquilamente hacia ella.
▬▬ Ja... supongo que me merezco la muerte después de todo lo que he hecho, ¿No? Eso siempre fue lo que quisiste.
La figura imperturbable de Satoru levantó dos de sus dedos, dispuesto a acabar con aquella que no solía importarle un mínimo desde su nacimiento, su hija.
▬▬ Hazlo... mata al ser que más odias…▬▬ suelta nuevamente entre dientes y lágrimas, mientras el viento ondea su fleco blanquecino hacia los costados, liberando el sello que tanto intentó evitarse que volviera a salir a la luz.▬▬ Mata a la hija que mató a tu amada, adelante... ya no importa.
Pero... ¿Por qué debía matar a su hija?
Satoru entreabrió los ojos con pereza. Bajo los rayos de luz que se colaban desde el patio, sus orbes azules brillaron con un resplandor hipnótico, realzados por los lentes oscuros que apenas dejaban entrever su mirada. Las largas pestañas, tan blancas como la nieve, parpadearon suavemente ante la intensidad de la luz. Con un movimiento fluido, enderezó su postura, acomodándose sobre el frío y pulido suelo de madera.