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彡.。🌹 capitulo diez: acto dos; Satoru, el imbécil.
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SATORU GOJO SE ERGUÍA con una elegancia despreocupada, las manos sumergidas en los bolsillos de su pantalón azul marino. Su figura irradiaba una calma calculada, un aire de indiferencia que parecía desafiar la gravedad misma de la habitación.
La venda sobre sus ojos no lograba atenuar la intensidad de su presencia; al contrario, la realzaba. Aquel que no pudiera ver su mirada aún sentiría el peso de ser observado por él.
Pero no todo era lo que parecía.
La tensión vibraba en el ambiente, densa como el plomo. Frente a él, Kento Nanami se desplomó en el sofá con un suspiro de irritación, su ceño fruncido esculpiendo sombras en su rostro. Deslizó los dedos por su corbata, aflojándola con un gesto brusco, como si el simple acto pudiera deshacerse también del malestar que lo carcomía por dentro.
Detrás de ellos, la ventana ofrecía una visión engañosamente pacífica. Los árboles danzaban al compás de una brisa leve, sus hojas proyectando sombras en las paredes, creando patrones abstractos que se movían con la lentitud de un sueño. Pero la belleza de aquel instante no alcanzaba a disipar el peso que flotaba en la habitación.
Satoru seguía el vaivén de las ramas, ausente pero alerta. Aun con los ojos cubiertos, parecía ver más allá, como si su mirada atravesara la realidad misma.
Y entonces, sin previo aviso:
▬▬Eres un imbécil.
Satoru ladeó la cabeza, apenas girándose hacia Nanami. La venda no le impedía leer con claridad la frustración impresa en cada línea del rostro del rubio. La ira contenida brotaba de él, casi palpable, como una marea creciente que amenazaba con rebasar cualquier barrera.
Nanami clavó la mirada en él, los labios tensos.
▬▬Fue todo muy rápido. Se ganaron su confianza. No pude hacer nada por la niña.
La leve curvatura en los labios de Gojo, esa sonrisa apática que rozaba la burla, sólo avivó el enojo de Nanami.
▬▬No. No quisiste hacer nada. Esa es la diferencia. Admite que eres el culpable de toda esta mierda.