¿Era realmente necesario despertarse a esa hora? Por lo visto sí; con un resoplido Taehyung deja el tierno y calentito cuerpo de Jimin durmiendo plácidamente porque a él no le han entrado ganas de ir al baño y con todo su pesar, se dirige a su objetivo.
Aunque en mitad de ese momento en el que lucha por no quedarse dormido, un fuerte golpe lo hace ponerse en alerta.
Su primer pensamiento es que alguien ha entrado en la casa y al no estar Yoongi, debe protegerlo a toda costa; por ello se recoloca debidamente y cierra la puerta del omega tras de sí, cogiendo el primer objeto que se encuentra por el camino, dándose al poco tiempo cuenta de que con un paraguas tampoco es que vaya a noquear a nadie.
Con cuidado baja las escaleras, mirando en la oscuridad de la noche por si ve a ese intruso que se ha atrevido a entrar a hacer maldades a la casa y cuando llega abajo, al recibidor, no puede evitar ahogar un gritito cuando un cuerpo se le tira encima.
Es entonces cuando su corazón se tranquiliza y la paz llega a su anatomía, porque ese aroma a menta insoportable se le cuela por las fosas nasales.
Acompañado de un estupendo olor rancio a alcohol.
- Debería darle vergüenza llegar a casa de estas formas — gruñe Taehyung, sin pensar detenidamente que está acorralado contra una pared por el beta de esa casa — ¿Qué ocurre si Jimin se despierta? Vaya ejemplo le estaría dando su padre.
- Silencio — dice este, mareando a Taehyung por el aliento a alcohol que destila — ¿Uno no puede salir a beber? Soy padre soltero desde que era un adolescente, perdí los mejores años de mi vida — gruñe, acercando su nariz al cuello del omega, que se tensa — no entiendo qué haces aquí, pero hueles bien.
El cerebro del castaño se desconecta por segundos, dándose cuenta de la situación comprometida en la que se encuentra con el padre de su mejor amigo; la pierna entre las suyas, su cuerpo pegado y su nariz y labios rozando contra su cuello, el aroma a menta nublándole la mente, su respiración desatándose.
- S-Señor Min — tartamudea, para seguidamente ahogar un jadeo.
Los labios del beta se posan en su glándula de aroma mientras que su cintura es tomada por las grandes manos de este, y conforme más se pega, más siente Taehyung su rostro arder.
- Deberías llamarme Yoongi y no hablarme tan formal, no nos llevamos tantos años — dice, con una voz tan ronca que confunde a Taehyung; en mitad de la oscuridad el omega ve cómo este separa su rostro del cuello y lo sube hacia el suyo, sintiendo aun más el aliento a whisky — ¿Tan feo te parezco? ¿Es cierto lo que dijiste esta mañana?
El omega quiere pedir ayuda, no entiende por qué el padre de su amigo se comporta así o supone que es por el alcohol, pero está demasiado nervioso.
- N-No me p-parece t-tan feo — susurra, viendo entre la oscuridad una pequeña sonrisa ladeada del beta, que no ha visto ni una sola vez en su vida — s-suélteme señor Min, p-por favor.
- ¿Cómo he dicho que deberías llamarme? — ronronea, apretando el agarre en su cintura.
- Y-Yoongi — susurra, pero casi inaudible; aunque el silencio, no le ayuda.
Todo ocurre en cuestión de segundos, el beta acorta la distancia y planta sus labios encima de los de Taehyung, conforme este le empuja por hacer eso y Jimin se tapa la boca con las dos manos debido a la sorpresa, aunque no tiene claro si es porque su padre ha besado al castaño o porque este lo ha tirado al suelo.
Entonces el omega menor echa a correr hacia su habitación para volver a hacerse el dormido antes de que Taehyung llegue, el cual ha corrido despavorido hacia arriba.
Con los ojos cerrados e intentando disimular lo mejor que puede esa sonrisa de triunfo en sus labios, Jimin escucha con claridad los pequeños quejidos y berrinches que su amigo suelta conforme entra en la habitación.
- S-Será idiota, ¿Q-Qué se cree? — tartamudea, sintiendo que se le atropellan las palabras — m-me ha besado.
El pequeño omega abre un poco el ojo para descubrir gracias a la luz que entra desde fuera por la farola una imagen demasiado tierna; el rostro completamente sonrojado de Taehyung le saluda mientras dos de sus dedos se tocan los labios donde su padre ha posado los suyos antes, teniendo que contener la risa cuando las mejillas de este se inflan y niega con la cabeza, completamente avergonzado.
Esto le ha dado una idea, posibilidades hay, aunque ya sospechaba que lo que ocurre entre su padre y su mejor amigo, es atracción.
Solo debe jugar bien sus cartas.
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Los dos omegas se ríen en la cocina mientras toman leche con cacao, ambos haciendo como si no hubiese ocurrido nada la noche anterior.
Cuando el desastre se desata en el rostro de Taehyung al ver al beta entrar a la cocina, con el cabello despeinado, solo unos pantalones cortos y mostrando unos tatuajes en el costado de los que no tenia ni idea; por su mente pasan miles de cosas y entre ellas está el hecho de que anoche fue besado por ese hombre.
- ¡M-Me voy! — dice apurado, marchándose deprisa de la cocina y de la casa, haciendo que Jimin se ría a carcajadas y que Yoongi intente comprender qué ha ocurrido.
- Minnie, dile a papá que pasa anda — pide este, con voz gutural propia de una estupenda resaca que le obliga a tirarse directo a por un café bien cargado y un analgésico que le quite el dolor de cabeza.
- Nada, que anoche ligaste por lo visto — comenta divertido, viendo cómo su padre asiente con la cabeza, para encogerse de hombros.
- Pues no lo recuerdo — suspira, apoyándose contra la encimera.
- Tranquilo papá, habrá más ocasiones — y con eso y un beso en la mejilla, el omega se retira totalmente contento por este giro dramático de los acontecimientos que llevará a su padre a ser feliz.
Y tal vez el primer movimiento es llevar a Taehyung con ellos a visitar la tumba de sus padres.