Worship || VegasPete

24. Glory and Glore

⚠️ Advertencia: Violencia

<< Gloria y Gloriosidad >>

"She was fury, she was wrath, she was vengeance."
― Sarah J. Maas, Queen of Shadows

<< Ella era furia, era ira. Ella era venganza. >>

.

Pete

Entré por la puerta trasera de la casa principal.

Alerta.

Mis manos estaban frías mientras agarraba con más fuerza el arma mientras respiraba con dificultad. Toda la casa está a oscuras, se oían disparos y gritos desde lejos. Me dirigí al área común, caminando de puntillas entre vidrios rotos y jarrones destrozados en el suelo. Había una puerta frente a mí y la abrí suavemente creando un suave crujido más fuerte que los latidos de mi corazón. Exhalo un aire por la boca tratando de calmarme sin éxito.

Y entonces el olor me golpea. El espeso olor a sangre me golpea con fuerza en la garganta. Los cuerpos estaban esparcidos por todas partes, el suelo parecía más oscuro con los violentos chorros rojos que brillaban bajo la luz parpadeante de una pequeña bombilla. Miré los cadáveres uno por uno deseando no reconocer a nadie. Pero mi corazón se hundió en la boca del estómago justo en ese instante mientras miraba el rostro familiar entre los cuerpos.

Él era el nuevo recluta y sus ojos sin vida me devolvieron la mirada.

Un familiar y repugnante cosquilleo de repulsión de repente llenó mi estómago y me provocó náuseas. Cerré los ojos por un segundo, hice lo mejor que pude para calmarme y deseé que mis entrañas se calmaran.

La sangre nunca antes había tenido efecto en mí, pero ahora siento que mi mundo se retuerce de la misma manera que mis entrañas y ya quería vomitar. Me agarré de las rodillas y me concentré en mi respiración. Y cuando finalmente me recuperé, corrí a la siguiente habitación, buscando los rostros de los cuerpos en el suelo.

Ninguno de ellos era el Vegas o de nadie que conozca personalmente. Puedo sentir el alivio disolviéndose por mis venas envolviendo el fugaz momento de pánico en mí.

Paso por el área común y los disparos se vuelven claros a medida que me acerco al vestíbulo. Había otra puerta frente a mí, pero la pasé y luego giré hacia la gran entrada que salía directamente al enorme vestíbulo de la Casa Principal. Me quedé escondido detrás de las paredes mientras sostenía mi arma cerca.

Mi respiración era pesada.

Pero justo cuando giro hacia la izquierda, me cruzan dos pares de ojos. Pasaron varios segundos antes de que me diera cuenta de que había dejado de respirar. Tomando una profunda bocanada de aire, apunté mi arma hacia ellos mientras retrocedía un par de pasos. Sus armas me apuntaban, un cosquilleo de miedo frío recorrió por mi espalda y mis músculos se tensaban. Dejaron de caminar cuando mi espalda llegó a la dura pared.

Ambos guardias tienen la misma constitución: altos y flacos. Los dos se quedaron a unos metros de mí, jadeando mientras recuperaban el aliento. Ninguno de nosotros tres dio el primer paso. Y tengo que reconocer que el miedo se extendía por mi cuerpo como la pólvora. Nunca antes me había sentido asustado en un tiroteo, tal vez porque no me importaba mucho, pero ahora es diferente. Ahora tengo alguien que proteger y lucharía hasta el infierno y regresaría por este bebé.