CAPITULO 33

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Un día antes de la entrega.

Gia: (con ira reprimida) ¡Alexandra, no puedo creer lo egoísta que estás siendo! Este caso es una emergencia, y tu falta de apoyo me está llevando al límite. Tú me asignaste esto, y ahora te estás lavando las manos. ¡Eres una pésima maestra!

Alexandra: (sorprendida) Gia, entiendo que estés bajo presión, pero debes calmarte.

Gia: (con voz temblorosa pero firme) Si alguna vez quisiste que fuera mejor que tú, ahora es el momento de demostrarlo. No puedo hacerlo sola, y si fracasamos, este hombre morirá.

Gia: (desesperada) Así que, por favor, ¡deja de ser tan egoísta y ayúdame de una vez por todas!

Alexandra: (mirando a Gia con pesar)

Gia:¡Ayúdame!

Alexandra: (suspira profundamente) Gia, entiende que no intento abandonarte en esto. Pero también debes aprender a lidiar con la presión y tomar la iniciativa. Los casos difíciles te ayudan a crecer como profesional.

Gia: (frustrada) No necesito lecciones sobre crecimiento profesional ahora mismo, Alexandra. Necesito tu ayuda. Esto va más allá de aprender lecciones, se trata de salvar una vida.

Alexandra: (tratando de suavizar la conversación) Lo entiendo, Gia, y estoy dispuesta a trabajar contigo en esto. Pero no me insultes ni me menosprecies como maestra. Tenemos que encontrar un equilibrio.

Gia: (con un suspiro de alivio) Gracias, Alexandra. Solo necesito que estemos en esto juntas y que me guíes cuando lo necesite. No quiero hacerlo sola.

Las primeras horas de su jornada estuvieron llenas de intensa investigación y coordinación. Gia y Alexandra se sumergieron en la búsqueda de datos médicos, revisaron informes de laboratorio y se comunicaron con el equipo de enfermeras y médicos que atendían al paciente. Cada minuto contaba, y ambas estaban decididas a encontrar la mejor solución.

Gia: (mientras estudian los informes) Mira aquí, Alexandra. Hay un marcador en el análisis de sangre que podría ser clave para entender la situación del paciente. ¿Qué opinas?

Alexandra: (analizando detenidamente) Tienes razón, Gia. Ese marcador suele indicar una respuesta inmunológica anormal. Podría estar relacionado con su condición. Hagamos más pruebas para confirmar.

A medida que avanzaba el día, realizaron más pruebas, consultaron con expertos en la materia y revisaron literatura médica especializada. El tiempo pasaba rápidamente, pero su determinación no disminuía.

Gia: (marcando un número en su teléfono) Llamaré a un experto en enfermedades raras para obtener su opinión sobre este caso. Cualquier pista podría ser valiosa en este momento.

Alexandra: (asintiendo) Buena idea, Gia. Cuantas más perspectivas tengamos, mejor. Mientras tanto, seguiré investigando posibles tratamientos alternativos.

Con el sol poniéndose en el horizonte, ambas mujeres estaban exhaustas pero enfocadas en su misión de salvar la vida del paciente. Habían avanzado considerablemente en su investigación, pero sabían que aún les quedaba un largo camino por recorrer antes de encontrar la respuesta que necesitaban.

Horas después.

Gia y Alexandra estaban sentadas en el sofá de la sala de doctores, exhaustas después de un largo día de trabajo.

Gia: (suspirando) Necesitaba ese descanso, Alexandra. Estoy agotada.

Alexandra: (asintiendo) Lo entiendo, Gia. Ha sido un día intenso. Pero estamos haciendo progresos.

Mientras hablaban, Gia sacó su celular del bolsillo y notó una serie de notificaciones sin leer.

Gia: (con preocupación) ¡Oh no, me olvidé por completo de la cena con Cate y sus amigos! Deben de estar preocupados.

Alexandra: (curiosa) ¿Cena con amigos? ¿Por qué no me dijiste antes?

Gia: (nerviosa) Lo siento, Alexandra, me distraje tanto con el caso que olvidé por completo. Debo irme ahora mismo. Te pido disculpas.

Alexandra: (comprensiva) Entiendo, Gia. Ve y resuelve eso. Nos vemos mañana, y no te preocupes por el caso, yo seguiré trabajando en ello.

Gia se levantó rápidamente y se despidió apresuradamente antes de salir corriendo hacia su casa, con la preocupación en su mente por su olvido y el tiempo que había perdido.

Gia llegó rápidamente a casa y cuando intentó abrir la puerta, se dio cuenta de que había dejado sus llaves en el hospital. Se insultó a sí misma por su olvido y tocó la puerta nerviosamente. Cate abrió la puerta con una expresión claramente enojada.

Cate: (fríamente) ¿Sabes qué hora es, Gia?

Gia: (nerviosa) Lo siento mucho, Cate. Me quedé con Alexandra en el hospital investigando algunas cosas y perdí la noción del tiempo.

Cate seguía enojada y su mirada lo decía todo. Los invitados ya estaban en la casa, cenando en la mesa.

Cate: (fría) Los invitados ya están aquí.

Gia: (con pesar) Entiendo, Cate. Permíteme pedirles disculpas.

Gia se sentó frente a Cate, junto a los invitados, y se disculpó con ellos explicando brevemente su situación. Mientras lo hacía, sentía la mirada de enojo de Cate encima de ella. Los invitados mostraron comprensión y Gia continuó tratando de aliviar la tensión, cambiando la conversación hacia otros temas, como su trabajo y otros asuntos cotidianos.

A medida que la cena avanzaba, Gia hacía su mejor esfuerzo para interactuar con los amigos de Cate de manera amigable y cordial. Aunque la conversación fluía, no podía evitar sentir la mirada constante de enojo de Cate sobre ella.

Los amigos de Cate parecían comprender la situación de Gia, y trataban de hacerla sentir cómoda. Hablaban de diversos temas, desde sus propios trabajos hasta anécdotas de viajes, tratando de aliviar la tensión en la mesa.

Gia sabía que había cometido un error al olvidar la cena, y estaba decidida a demostrar a Cate que valoraba su apoyo. A medida que la noche avanzaba, buscó oportunidades para hablar con Cate más en privado y resolver el malentendido que había causado su llegada tardía.

Después de la cena, Gia finalmente encontró un momento a solas con Cate en la sala de estar. Sabía que tenía que abordar la situación y enmendar su error.

Gia: (con sinceridad) Cate, quiero disculparme de nuevo por olvidarme de la cena y por la incomodidad que causé.

Cate: (aún visiblemente molesta) Fue decepcionante, Gia. Habíamos planeado esto con anticipación.

Gia: (con pesar) Tienes toda la razón, no debería haberme olvidado. Mi trabajo puede ser caótico a veces, pero eso no justifica mi falta de consideración.

Cate: (suspira) Estoy enojada, Gia, pero también entiendo que tienes responsabilidades en el hospital. Solo espero que puedas ser más consciente en el futuro.

Gia: (asiente) Lo entiendo, y prometo que haré un esfuerzo mayor para ser más organizada. Tu apoyo significa mucho para mí, y no quiero decepcionarte de nuevo.

Cate: (suavizando su expresión) Gracias por entenderlo, Gia.

Decisions to be made Donde viven las historias. Descúbrelo ahora