Decisions to be made

CAPITULO 40

Gia, enfrentada con la pregunta directa de Cate, decidió finalmente abrirse sobre lo que había estado sucediendo en su vida. Aunque le preocupaba que sus razones fueran difíciles de entender, sabía que debía ser honesta con Cate.

Gia: "Cate, lo siento por haber estado distante. La verdad es que he estado lidiando con problemas personales que me han afectado emocionalmente. No quería preocuparte, así que me alejé un poco."

Cate, al escuchar la explicación de Gia, sintió empatía por su situación, pero también estaba aliviada de finalmente entender lo que había estado pasando.

Cate: "Gia, entiendo que a veces la vida nos presenta desafíos. Estoy aquí para apoyarte en lo que necesites. Pero también quiero que sepas que la comunicación es esencial en nuestra relación. Puedes confiar en mí para compartir tus preocupaciones y emociones."

Gia apreció la comprensión de Cate y se sintió aliviada por haber compartido sus problemas. Ambas mujeres se dieron cuenta de que la distancia emocional que habían experimentado había sido causada por una falta de comunicación y comprensión mutua.

A medida que comenzaron a hablar más abiertamente sobre sus vidas y sus sentimientos, la conexión entre Gia y Cate comenzó a fortalecerse nuevamente. Las conversaciones volvieron a ser cálidas y significativas, y ambas estaban dispuestas a trabajar juntas para superar los desafíos que la vida les presentaba.

Con el tiempo, Gia y Cate demostraron una vez más que su amor era lo suficientemente fuerte como para superar obstáculos. Aprendieron la importancia de la comunicación y la empatía en su relación, y juntas se embarcaron en el camino de reconstruir la conexión que habían compartido desde el principio.

Cate decidió llamar a Gia en un intento de hablar con ella, pero en lugar de la voz familiar de Gia, una mujer con una dulce voz respondió al teléfono. La extrañeza de la situación inmediatamente puso a Cate en alerta.

Cate: "Hola, ¿Gia?"

La mujer en el otro extremo de la línea no respondió a la pregunta de Cate, lo que solo aumentó su preocupación. Cate, confundida y ansiosa por obtener respuestas, continuó preguntando quién era esta misteriosa mujer.

Cate: "¿Quién eres? ¿Dónde está Gia?"

La mujer no respondió y, en cambio, colgó la llamada abruptamente. Cate se sintió abandonada y desconcertada, y la primera idea que cruzó su mente fue que Gia podría estar engañándola. Preguntas llenaron su mente: ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Con quién?

Cate intentó llamar nuevamente, pero esta vez nadie respondió, y la llamada se dirigió directamente al buzón de voz. Sus mensajes quedaron sin respuesta, y la preocupación y la frustración comenzaron a abrumarla.

La noche fue larga y sin sueño para Cate, atormentada por la falta de noticias de Gia. Al día siguiente, intentó nuevamente comunicarse con Gia, pero no tuvo éxito. Cate se dio cuenta de que algo estaba terriblemente mal, y su preocupación se volvió aún más profunda.

Decidió buscar ayuda y recordó a Alexandra como la única persona "conocida" de Gia en Alemania. Se dirigió al hospital donde trabajaba Gia y buscó a Eddi, a quien le pidió el número de teléfono de Alexandra. Explicó que Gia no respondía a sus llamadas ni mensajes desde hacía más de un día, y que estaba preocupada por su bienestar.

Eddi, comprendiendo la preocupación de Cate, le proporcionó el número de Alexandra. Cate llamó a Alexandra, pero la primera llamada no fue contestada. Sin embargo, en el segundo intento, Alexandra respondió. Cate explicó su situación y su preocupación por Gia.

Alexandra le informó que era el día libre de Gia y se sorprendió al escuchar que no había respondido a las llamadas de Cate. Le sugirió que llamara al número de recepción del edificio donde se hospedaba Gia. Cate agradeció a Alexandra y esperó que le proporcionara el número de teléfono correcto.