CAPITULO 36

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Después de la emocionante noche de los Oscars, Cate y Gia se encontraron en la intimidad de su hogar. La casa estaba tranquila, y el resplandor de la luna se filtraba suavemente por las cortinas.

Cate miró profundamente a los ojos de Gia, con un brillo de amor y gratitud en sus ojos.

Cate: (susurrando) Gia, esta noche ha sido increíble, pero nada se compara con lo que siento por ti.

Gia acarició suavemente el rostro de Cate con la punta de los dedos.

Gia: (con ternura) Cate, eres la estrella más brillante en mi vida. No importa cuán lejos lleguemos, siempre serás mi mayor logro.

Se acercaron lentamente, sus labios se encontraron en un beso apasionado que sellaba su amor y compromiso mutuo. El tiempo se detuvo mientras se perdían en la calidez de su abrazo.

La noche podía haber terminado, pero su amor continuaba ardiendo con la misma intensidad de siempre, llenando cada rincón de sus corazones con un amor profundo y duradero.

Gia comenzó a besar a Cate en los labios, mientras trataba de sacarle es vestido. Cate también la ayudaba a que ella se quitara la ropa, miéntras la besaba en el cuello, dejándola marcas.

La noche de Cate y Gia continuó con mucho furor y lujuria. A la mañana siguiente, Cate se despertó, y sin abrir los ojos, intentó abrazar a Gia. Pero cuando intentó hacerlo, no había nada. Abrió los ojos y notó que Gianna no estaba ahí.

Cate (pensando): (suspira) ¿Dónde estará Gia?

Se levantó de la cama y vio su celular. Tenía un mensaje de Gia diciéndole que tenía que ir al hospital, y que creía que volvería tarde.

Mensaje de Gia: "Cariño, tuve que ir al hospital. Creo que estaré ocupada durante un tiempo. Si en algún momento quieres venir, ven. Me haré tiempo por estar contigo más tarde."

Cate al principio se fastidió un poco ya que pensaba que este día lo pasaría con Gia.

Cate (murmura para sí misma): Pensé que tendríamos todo el día juntas...

Pero bueno, lo dejó pasar. Decidió que más tarde iría con Gia para pasar un rato juntas.

Gia estaba en el hospital, aún investigando el caso del paciente que Alexandra le había asignado. Con solo dos días para descubrir qué tenía el hombre y con el tiempo apremiando debido a las horas de operación, la tensión estaba aumentando. Alexandra estaba sentada en el sofá de la sala de doctores, y de repente recordó que ayer se celebraron los Oscars.

Alexandra: (con voz suave) Gia, cuando tengas un momento, dile a Cate que la felicito por su Oscar.

Gia asintió distraídamente mientras continuaba con su trabajo. Alexandra notó que algo no estaba bien y decidió insistir.

Alexandra: (con tono sarcástico) ¿No te alegra que Cate haya ganado el premio? No pareces muy emocionada.

Gia, en medio de su investigación, se sintió frustrada por el comentario de Alexandra.

Gia: (frustrada) Claro que estoy feliz por ella.

Alexandra: (aún sarcástica) No parece que lo estés. ¿Podría ser que tengas envidia?

En ese momento, Gia explotó. Se levantó y se acercó a Alexandra, apuntándola con el dedo y gritándole.

Gia: (enojada) ¡Mejor ponte a trabajar y déjate de inventar cosas que no son verdad! No tienes ni idea de mí ni de Cate.

Alexandra quedó sorprendida y algo asustada, sin saber cómo responder. Gia se acercaba más, con el dedo índice clavado en su pecho y una mirada llena de enojo.

En ese momento, la puerta de la sala se abrió y Cate entró. Vio a Gia frente a Alexandra y notó la mirada de ayuda en el rostro de Alexandra. Cate se acercó rápidamente.

Cate: (seria) Gia, aléjate.

Gia no respondió y siguió mirando fijamente a Alexandra. Cate tomó su mano y la apartó de Alexandra.

Alexandra: (con voz temblorosa) Ho...hola, Cate.

Alexandra saludó tímidamente y se fue.

Cate: (preocupada) ¿Qué estabas tratando de hacer?

Gia estaba alterada y comenzó a lanzar insultos a Alexandra, culpándola de no ayudarla y de la falta de tiempo para resolver el caso.

Cate intentó tranquilizarla, haciéndola sentar en el sofá a su lado.

Cate: (suavemente) Gia, cálmate. Vamos a resolver esto juntas.

Pero antes de que Cate pudiera decir algo más, Gia comenzó a llorar. Cate la abrazó con fuerza, permitiendo que Gia se desahogara en su hombro.

Cate: (comprensiva) Está bien, Gia. Estamos juntas en esto. Vamos a encontrar una solución, no estás sola.

Gia continuó llorando mientras Cate la reconfortaba, prometiéndole apoyo en ese difícil momento.

Por supuesto, aquí continúa la escena de manera más realista:

Gia, después de unos minutos, logró calmarse. Sus lágrimas se habían detenido, aunque su mirada seguía llena de preocupación y estrés.

Cate: (con calma) ¿Te sientes mejor ahora?

Gia asintió levemente, secándose los ojos con la manga de su bata.

Gia: (respirando profundamente) Sí, gracias, Cate. Lo siento por esa explosión.

Cate: (comprensiva) No te preocupes. Entiendo que estás bajo mucha presión. Pero necesitas relajarte para poder concentrarte en el paciente.

Gia: (frunciendo el ceño) Tienes razón. Solo... a veces, siento que todo esto es demasiado.

Cate: (asintiendo) Lo sé, amor. La medicina puede ser abrumadora. Pero recuerda por qué decidiste ser médica en primer lugar. ¿Eso te ayuda a seguir adelante?

Gia asintió nuevamente, esta vez con una pequeña sonrisa.

Gia: (con determinación) Sí, tienes razón. Gracias por estar aquí, Cate. Tengo que volver al trabajo.

Cate le dio un beso reconfortante antes de levantarse.

Cate: (serena) Estaré aquí si necesitas algo. Vamos a resolver esto juntas.

Gia asintió con gratitud y volvió a sus investigaciones, con un nuevo sentido de determinación. Cate salió de la sala, sabiendo que había logrado calmar a su amada en un momento de crisis.

Claro, aquí tienes la continuación con el tono de Cate expresando su enojo de manera realista:

Después de dejar a Gia para que continuara su trabajo, Cate salió de la sala y se dirigió a Alexandra, quien estaba esperando el ascensor. Cate se sentía abrumada por la situación y, aunque quería ser de apoyo para Gia, pero sabía que esto era más de trabajo y sola no iba a poder.

Cate: (con un tono un poco enojado) Alexandra, necesitamos hablar.

Alexandra se dio vuelta para verla cara a cara.

Alexandra:Oh, Cate... (sorprendida)

Cate:Escúchame.

Alexandra: (preocupada) Claro, Cate, ¿qué pasa?

Cate: (frustrada) Estoy tratando de apoyar a Gia en esto, pero no puedo hacerlo sola. Toda esta situación es abrumadora, y tus comentarios sarcásticos no ayudan en absoluto.

Alexandra: (defensiva) Lo siento, no era mi intención...

Cate la interrumpió con firmeza.

Cate:No, no me importa cuál sea tu intención, ¿por qué no ayudas a Gianna?

Alexandra:Yo...

Cate: (enojada) Alexandra, necesito que ayudes a Gia. Ella no puede hacer esto sola.

Alexandra: (sorprendida) Uh, disculpa, Cate. Pero Gia tiene que manejarlo por sí misma. Es como un desafío para ella.

Cate: (aún más enojada) Lo entiendo, pero Gia me dijo que si no encuentra lo que ese hombre tiene para mañana, él podría morir. Eres doctora, no puedes dejar que un hombre muera por tu estúpido orgullo.

Decisions to be made Donde viven las historias. Descúbrelo ahora