CAPITULO 29

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Al otro día, Gianna estaba completamente sola en la recepción. Llevaba un vestido negro de seda que le llegaba hasta la rodilla, con un escote en V que resaltaba su figura. Su cabello estaba suelto y ondulado, y tenía unos zapatos de tacón alto a juego con el vestido. Estaba incómoda, siendo la única que había ido sin acompañante, y estaba completamente nerviosa.

Mozo: (ofreciendo una copa de champaña) ¿Desea una copa de champaña, señorita?

Gianna: (nerviosa, agarra la copa y la bebe de un solo trago)

Estaba empezando a sudar. Agarró su celular y marcó a Eddi.

Eddi: (contestando) Hola, Gianna, ¿qué pasa? ¿Está todo bien?

Gianna: (nerviosa) No, Eddi, nada está bien. Estoy sola, nerviosa, no sé qué hacer.

Eddi trató de tranquilizarla, pero Gianna estaba demasiado alterada.

Eddi: Gia, mira hacia atrás.

Gianna no le hizo caso de inmediato, sin entender lo que su amigo quería decir. Eddi le volvió a repetir:

Eddi: Gia, date la vuelta.

Al fin, Gianna lo hizo. Cuando se dio la vuelta, vio a una persona a lo lejos. Era... Cate. Gianna no podía creerlo.

Gianna: (sorprendida) ¿Qué hace Cate aquí?

Corrió hacia ella, tratando de no caerse por sus tacones. Cuando llegó a donde Cate estaba, solo la miró, sin decirle nada. Cate estaba allí, con su hermoso vestido y su pelo rubio y suelto, mirándola con los mismos ojos llenos de amor como la primera vez que le dijo "te amo".

Gianna se le cayó una lágrima y la abrazó. Se dio cuenta... Cate la había elegido a ella, ¡A ELLA!

Cate: (sonriendo) Gianna, te amo.

Gianna alejó su rostro del de Cate unos centímetros, la miró y la besó. Cate correspondió al beso. Luego de ese momento, Cate la felicitó.

Cate: Te mereces esto más que nadie. Eres una gran doctora.

Gianna: (agradecida) Gracias, Cate. También te felicito por la nominación al Oscar. Eres la mejor actriz en el mundo.

Y todo fue tan fluido, tan espontáneo, tan natural,
Cuando llegó el momento de que a ninguan de las dos les pareció raro que la mano de una wstuvira en la mano de la otra y que se miraran a los ojos como dos adolescentes tontas.

En la entrega, todos estaban sentados en sus respectivas mesas, con una expectación palpable en el aire. Un distinguido hombre se levantó y tomó el micrófono.

Hombre: (discurso largo) En esta noche de celebración, quiero felicitar a todos ustedes por sus maravillosos logros y destacados estudios. Cada uno de ustedes ha contribuido de manera significativa a nuestro campo y merece un reconocimiento por su dedicación y pasión. Vuestras investigaciones y avances están marcando la diferencia en la medicina y la cirugía, y eso merece ser aplaudido.

Gianna, en medio de la tensión, cerró los ojos y mordió su labio inferior, sintiendo el apoyo reconfortante de Cate mientras esta pasaba su mano por su cintura. El momento esperado llegó:

Hombre: Y el ganador de este premio es... Smith Haysl.

Gianna, con el corazón latiendo rápido, mantuvo los ojos cerrados mientras esperaba escuchar su nombre. Sin embargo, no ganó. Gianna abrió los ojos, mirando al hombre que estaba recibiendo su premio, sintiendo una mezcla de decepción y sorpresa.

Cate, al ver la reacción de Gianna, estaba sorprendida. Durante el vuelo, había leído con detenimiento el estudio de Gianna, había buscado información adicional y había quedado impresionada por la calidad y relevancia de su trabajo en el campo de la cirugía cardiovascular. Sin embargo, Gianna no pronunció una sola palabra.

Cate la abrazó con ternura y le susurró al oído:

Cate: No importa, Gianna. Sigues siendo una de las mejores cirujanas que conozco. Tu trabajo es increíble y has hecho una diferencia en la vida de tantos pacientes. Este premio no define tu valía.

Fue un momento de consuelo y apoyo, donde Gianna encontró en Cate el alivio necesario para sobrellevar la decepción y recordar que su éxito no se medía únicamente por un premio.

Cate llevó a Gianna de regreso al hotel en un viaje en silencio. A lo largo del trayecto, Gianna no soltó la mano de Cate, aunque no había pronunciado una sola palabra. La tensión en el aire era palpable, pero la conexión entre ambas permanecía fuerte.

Cuando llegaron al hotel, Gianna se quitó los zapatos y Cate la ayudó a sacarse el vestido con cuidado. Ambas se sentaron en la cama, y Cate, preocupada, le preguntó a Gianna si estaba bien, si se sentía enojada o triste por no haber ganado el premio. Sin embargo, Gianna la miró lentamente con una sonrisa traviesa en los labios.

Cate, desconcertada, no entendía lo que estaba pasando. Pero entonces, Gianna le dijo con voz suave y llena de emoción:

Gianna: No me importa el premio en este momento, Cate. Te he extrañado tanto, y ahora que estoy aquí contigo, eso es lo único que necesito.

Cate la beso. Y Gianna le dijo:

Gianna:No pensé que pasaría así. Creí que al volver a verte te iba a odiar por todo el daño que me hiciste, pero al contrario. Te vi y tenía muchas ganas de abrazarte y besarte como antes y me dijeras que todo va a estar bien. Me decepcionaste mucho, y ojalá piedoera entender como aún puedo seguir estando enamorada de ti y te amo tanto como no te imaginas, te amo como nunca ame a nadie.

Cate la tiro a la cama.

Cate:Lo siento tanto, pero te juro que te lo recompesaré por el resto de mi vida.

Gianna se recostó mientras miraba a Cate que estaba enfrente de ella, sacándose el vestido lentamente, primeramente dejando ver sus hombros. Cuando pudo desvestirse por completo, dejó el vestido a un lado y empezó a besarla. Empezó por su cuello, mientras la agarraba de las manos. Y lentamente fue bajando esta su abdomen. Volvió hasta su boca y mordió su mandíbula, luego su labio inferior

La noche transcurrió así. Horas y horas de "recompensa" como lo nombre Cate. Hasta que lados quedaron exhaustas. Y se quedaron dormidas, una frente a la otra.

Decisions to be made Donde viven las historias. Descúbrelo ahora