-Michael, tenemos que hablar.
-Siempre.
La sonrisa que me dedico me puso los pelos de punta, y aunque todo hubiera sido un éxito, aunque hubiera recibido millones a cambio de liberarlo, de encontrar un fallo en el sistema y convertir esa condena perpetua en una de 20 años.
Su conciencia no lo dejaría en paz nunca.
La persona frente a él merecía algo mucho peor que la condena perpetua.
-Este primer mes estás en libertad condicional asique no te metas en ningún lio.
-Que poca fe.
-Ni intentes engañarme ambos sabemos que estarás en un tribunal antes de lo que caulquiera espera.
-Soy una nueva persona ahora.
No me lo creí.
-Antes de que formules la pregunta en tu cabezita de criminal, no tienes ninguna orden de restricción contra ti, era muy pequeño y esperaba que no salieras de ahí nunca para pensar en eso.
-¿Entonces puedo acercarme a el?
-¿Legalmente? Si, ¿Moralmente? Ni se te ocurra siquiera pensarlo.
-Oh solo soy un viejo que quiere arreglar las cosas con su único hijo.
-Michael ambos sabemos que eso es lo último que pasa por tu mente criminal.
-20 años pueden cambiar a cualquiera.
Tal vez le habria creído como lo hizo una vez si no conociera esa sonrisa ya.
-Ballister no quiere saber nada de ti.
•••
-Tengo dos entradas para Barbie.
-Buenos días a ti también, cariño.
-¿Como me has llamado?
-Cariño.
-Dejame que me siente antes de que me mates.
Me reí mientras se sentaba con cuidado en el sillón al lado de mi mesa.
Había dejado a la profesora en prácticas con los niños mientras rellenaba todo el papeleo, pero con Ambrosius ahí con el estaba haciendo poco.
Se sentó en su regazo y le rodea el cuello con los brazos, las manos de Ambrosius en sus caderas, se acercó un poco y le susurró al odio una y otra vez esa palabra que tenía tanto efecto en Ambrosius.
-Insisto en que eres un ser malvado.
-Solo contigo en realidad.
-Deberias tenerme más cariño que a los demás.
-Lo tengo..
Ambos sonreímos y pronto las sonrisas eran besos.
-Tengo que terminar de trabajar...
-Por cinco minutos no pasa nada.
-Si que pasa.
Ambrosius rodó los ojos pero con una gran sonrisa, la luz que entraba por la ventana hacia que pareciera brillar.
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•In Your Arms•
FanfictionDurante toda su vida solo había tenido 2 reglas. -No dejar a Nimona cometer un crimen -No dejarse engañar por ningún alfa. Eran simples reglas muy fáciles de seguir Solo había un pequeño obstáculo, un obstáculo con nombre y apellido.