Si a Ambrosius le hubieran preguntado como se sentía respecto al hecho de que Ballister estaba despierto y junto a el, no habría sabido como responder, porque por muy optimista que había intentado ser durante todo el tiempo en el que Bal estaba en coma, siempre estaba esa parte de el que le impedía pensar en un futuro con Bal, una parte que no creía que el chico fuera a despertar.
Pero ahora mismo, y después también, esa parte podía irse al carajo y no volver, porque Bal estaba con el, estaba despierto y ya llevaban bastante poniéndose al día el uno con el otro, Ambrosius había imaginado que debido al hecho de que Bal había pasado todo ese tiempo en coma, no hablaría mucho, pero se encontró sorprendido al escucharlo hablar tanto por como habían sido las cosas con su padre, la historia que el no conocía y los motivos de cada acción.
No estaba seguro, pero, le parecía que de reojo, el reloj del coche marcaban las 3 a.m. y a el no le podía importar menos. Mientras tuviera a Ballister entre sus brazos y lo pudiera escuchar, podían ser las 3 o las 4 o las 5 de la mañana, le daría igual de cualquier manera. Todo el tiempo transcurrido lo había cambiado, cicatrices nuevas, el pelo que ahora le cubría la frente y le rozaba los hombros o la figura mas esbelta que ahora poseía, no le molestaba, al fin y al cabo se trataba de Bal y nunca le podría molestar algo de el.
Las horas pasaban y el silencio solo se hizo en el momento que las estrellas empezaron a desvanecerse para darle paso al sol, Ambrosius sujeto a Ballister contra el, tenía miedo de que si lo hacía, el muchacho se desvanecería y volvería a estar solo.
—Entonces... ¿Nimona y Glorieth?
—Sí, no se cuando ocurrió exactamente pero fue al poco tiempo de que tu...
—Lo imagino.
—¿Podías escucharnos...?
—Era como una especia de sueño en la que estabas despierto, pero no completamente, el tiempo pasaba rápido, pero no lo suficientemente rápido. Aun así, no escuchaba ni veía ni sentía nada.
—Es una pena porque Gloria fue varias veces a cantarte.
Algo dentro de Ambrosius se removió cuando escucho la risa de Ballister y vio esa sonrisa que tanto había echado de menos, y en ese mismo instante, si no lo había hecho ya varias veces antes, se prometió a si mismo hacerlo reír y sonreír todo lo que pudiera.
—En efecto, es una pena, pero ya tendré mi oportunidad de escucharla.
—Oh no, ella lo hacía porque no la escuchabas, tiene vergüenza ajena selectiva.
—Estoy seguro de que la puedo convencer.
—Soñar es gratis.
Ahí estaba de nuevo, esa risa acompañada de esa sonrisa, desde el ángulo en el que estaba parecía torcida, y eso la hacía, de cierto modo, cien veces mejor.
—Ambrosius.
—¿Mhm...?
—No pienso irme otra vez, ya somos libres y ya no existe forma alguna de la que nos separen.
Ambrosius no se había dado cuenta de la tensión en su cuerpo, de como había estado agarrando a Ballister mas fuerte de lo que pretendía. Se permitió relajarse, soltarlo un poco y estirar los brazos antes de mirarlo fijamente.
—Lo sé.
Claro que lo sabía, no se acostumbraba del todo pero pronto lo haría y, con algo de suerte, las cosas serían como antes.
Todo lo que podían serlo.
Al final no era el último capitulo :3
Pero lamento decir que solo queda el epílogo y los agradecimientos.
Nunca pensé que algún día terminaría una historia, pero aquí estamos, a nada del final.
Si quieren extras, tan solo hagan peticiones de que es lo que quieren ver!
Ahora sí, espero y tengan unos buenos días, buenas tardes y buenas noches.
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•In Your Arms•
FanficDurante toda su vida solo había tenido 2 reglas. -No dejar a Nimona cometer un crimen -No dejarse engañar por ningún alfa. Eran simples reglas muy fáciles de seguir Solo había un pequeño obstáculo, un obstáculo con nombre y apellido.