5. Deseo

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Temari le rodeó el cuello con ambas manos y lo miró fijo. Estaba decidida a compartir esos días con él aunque le costase su propia felicidad.

-¿En verdad quieres intentarlo, Temari?

-No tengo opción. Yo acepto los retos sin rechistar. -A él no le pareció agradable escuchar esas palabras, las oía de su boca, pero no eran dichas por ella.

- Ya aprenderás a no esconderte en la mentira para ser feliz, Temari.

¿Es que acaso ya había notado que ella le mentía? Esperaba que no fuera verdad, porque sin ella estaría indefensa. Antes de poder defenderse, él volvió a besarla lentamente para que ella fuera consintiendo su intromisión. Separó los labios por milésimas y le susurró en la boca.

- Me muero de ganas de tocarte y de que me toques -las manos temblorosas en la cintura de la cadera confirmaban esa verdad- pero quiero que te sientas que me quieres, ¿De acuerdo?

- No me presiones, Shikamaru.- La seguridad que le transmitía su voz y sus hermosos ojos negros la alcanzaron en un rincón que ella había pensado sellado hace ya tres años.

- Cuando te digo que podamos estar juntos de una forma que nos satisfaga a los dos, es porque podemos. Tú misma me lo dijiste aquella vez bajo la cascada, tú y yo somos dos en uno.

Temari sonrió y recordó aquel momento. ¿Por qué el destino estaba en contra de ella? Si hubieran sido más sinceros, aún estarían juntos, sólo él y ella. Se sintió tan pequeña entre sus brazos que aún no soltaba su cintura. Le entraron unas irreversibles ganas de llorar y se giró para disimular las dos gotas traslúcidas que se deslizaban por sus mejillas.

- Yo….no sé como complacerte, Shikamaru…yo no he aprendido a…

A Shikamaru le costaba creer lo que acababa de escuchar.

- No se trata de complacerme a mí, Temari, se trata de complacernos los dos y te aseguro que tendremos éxito.

-De acuerdo- susurró ella- voy a tratar de…...

-Lo harás- puntualizó el Nara haciendo dote de su cualidad de hombre posesivo- ahora quiero que te vistas para salir y te quites esa camiseta -sonrió para añadir- Te invito a cenar.

Temari se giró hacia él, pero lo vio irse hacia la pequeña salita de la habitación, tomando una revista entre sus manos. Él no estaba aceptando un no, daba por echo que saldrían juntos. A ella le estaba gustando demasiado esa cercanía, pero el temor a caer la invasión. Fue sacada de sus pensamientos por la voz de él.

- Aún recuerdo cuando te conocí, me pareciste linda pero una marimacho je!je!

- ¡ Gracias! – dijo Temari con sarcasmo levantando una ceja.

-Pero cuando te vi sermonearme en la sala de espera cuando nos ayudaron con los del sonido, me recordaste a mi madre…cuando lo hace con mi padre.

Eso fue muy dulce para la atormentada alma de ella. A Temari la asustaba muchísimo. Hablando desde su salita, parecería como si ellos fueran…era mejor ni pensarlo.

- No se si te fijaste. Pero cuando levanté la vista hacia ti y te vi cruzar las piernas, te deseé.

Ella se atragantó con su propia saliva al escuchar esa expresión de su boca. Lo recordaba perfectamente, era sólo un niño de unos 12 ó 13 años, ¿y ya la había deseado? Kami-sama…..

- Pero sabía que no había logrado una buena impresióni…..estaba llorando frente a ti, mi padre, la Hokage, Shizune…pero no pude evitarlo, eran mis amigos los que estaban en peligro y por mi genial culpa. -A Temari le parecía enternecedor escuchandolo hablar abiertamente de esa época. Fue hacia él y le tocó el hombro-¿Estás lista, Cenicienta? Tengo un hambre atroz .

Un tiempo para nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora