En la noche, Shikamaru se despertaba para saber si era cierto. Si ella estaba a su lado, que no era una ilusión de su mente perturbada. Pero no, podía estar en paz. Su mente no le jugaba una mala pasada, ella estaba ahí y olía a él.
Ella…la recordaba horas antes, quizás minutos. El sabor de su boca, la sensación de sus dedos recorriendo su piel, el rastro de humedad que dejaba su lengua al recorrer su miembro, la irracionalidad de sus movimientos cuando estaba sobre él, la palpitación de su sexo al alcanzar el orgasmo, sus convulsiones espontáneas antes de relajarse completamente.
Shikamaru observó la mujer que dormía a su lado. Se moría por tocarla una vez más. La había escuchado varias veces balbucear su nombre entre sueños. "Es mía", pensó. Volteó su cara y vio la hora del reloj en su escritorio. 5:32:07 am. Se rió de si mismo. A pesar de gustarle dormir más que nada, estaba despierto por el sólo hecho de saborear su cercanía.
Recordó lo que su padre le había dicho siendo aun un niño, todas las mujeres son dulces ante el hombre que aman.
"También la puedo disfrutar mientras duerme", sumido en ese pensamiento le venció el sueño.
"Esta mañana será un fastidio. Tremenda borrachera me he pegado anoche y estoy hecho una mierda. Para colmo tendré que lidiar con el problemático hijo que tengo. Voy a despertarlo antes de que su madre se enoje. ¡Mujeres!"
Shikaku caminó despacio tratando de no hacer ruido para no despertar su mujer. De seguro y le propinaba una paliza, después del numerito que había montado la noche anterior. Pensándolo bien, probablemente le perdonaría, era la boda de Ino. Pero esto no significaba que no recibiera una reprimenda. Era mejor prevenir, que lamentar.
Tocó con los dedos la superficie rústica de madera de la puerta de Shikamaru. Los deslizó hasta el picaporte y le giró.
-¡Kami Sama ¡ -No era lo que esperaba ver, ni lo que se imaginaba. Ante él su hijo dormía plácidamente y sonriendo abrazado a la mujer que amaba. Denotaban una paz, amor y entrega inigualables. Por la ventana se colaban rayos de sol que iluminaban sus torsos desnudos. Las sabanas blancas servían de espejo a la luz y les daba un aire irreal, casi angelical a la escena. (1)
Dio dos pasos hacia atrás y no se atrevió si quiera a cerrar la puerta. Tenía que respetar esa magia.
Shikaku se llevó los brazos hacia el pecho, descansando la espalda en el barandal de la escalera. Sintió la mirada de su mujer sobre él.
-¿Los has visto? –dijo Yoshino susurrando por temor a despertar a los amantes.
-¿Qué he hecho, Kanai(2)? –dijo Shikaku conmocionado, intentando bajar las escaleras sin caerse, ya que las lágrimas amenazaban con brotar en cualquier momento nublándole la vista. Su corazón estaba roto. Había acabado con la vida de su hijo sin proponérselo.
-Todo lo que has hecho por tu hijo, lo hiciste por amor –Yoshino sonó comprensiva- Te aseguraste de que tuviera un futuro y eso es lo que quiere cualquier padre para su hijo.
-Pero no es lo que quiere él, mujer. ¿Es que no lo ves? –preguntó Shikaku sentándose en la cocina en espera del café de todos los días.
-¿Y cómo se supone que podías prever eso?-le inquirió indignada- ¿Acaso tienes una bolita de cristal para adivinar el futuro? Hiciste lo correcto en su momento y ahora juzgas tu capacidad como padre porque no salió como Shikamaru quiere. Eres un insensato, Shikaku.
-¿Y qué se supone que debo hacer según tú? -preguntó enfurecido- Yo soy el único responsable –dijo señalándose el pecho con su dedo índice – No debí atar a mi hijo a un maldito contrato.
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Un tiempo para nosotros
Fanfic-Me enamoré de él siendo solo un niño y no pude evitar encontrarlo ahora, convertido en un hombre irresistible. Este es un fanfic Shikatema. Autora: Rose Hatake Nara