Cuando Shikamaru abrió los ojos ya había anochecido. Temari lo miraba con adoración mientras su cabeza descansaba sobre las firmes piernas de la kunoishi y sentía que los dedos se deslizaban delicados sobre su cabellera negra.
- ¿Cuándo me soltaste la coleta, mujer? -le dijo con la voz tan ronca que resultaba casi inentendible.
-Bien sabes que me gusta tu pelo suelto y me aproveché que dormías plácidamente para asaltarte, ja!
-Mendokusai...
- ¿Será siempre así?- le dijo mientras se bajaba un poco para poder entenderle mejor.
-Claro, siempre te permitiré soltar mi pelo sin molestarme. -el bromear para salir de situaciones difíciles se le estaba haciendo costumbre. Era mucho más fácil que enfrentarse a las preguntas de Temari.
-No me refiero a eso.
-Lo sé ¿Quieres saber si seremos siempre así, felices como ahora, verdad ?-Se atrevió a decir.
Temari tenía razón. La duda también lo había asaltado desde la primera vez que la hizo suya y se sintió completo.
-Te responderé en su momento. Pero creo, sin temor a equivocarme, que cada quien es responsable de su propia felicidad. Si te propones ser feliz lo logras y punto. Esto no quiere decir que no cueste esfuerzo –Respondió con firmeza para luego añadir- Mi preocupación es si estaremos comprometidos con esa meta. Yo lo estoy.
-Creo que te respondí ayer .
-¡Ja! Es cierto, pero me gusta escucharte decir que mueres por mí.
-Presuntuoso.
-Problemática
Shikamaru se levantó de su almohada temporal y le ofreció ambas manos a Temari para que se levantara. La alzó con fuerza y en un segundo se encontró cuerpo a cuerpo contra él. Él sujetó las manos tras su espalda obligándola a abrazarse aún más.
Temari lo miraba atónita. Le sorprendió que ese hombre que para todos parecía tosco, pudiera cambiar tanto con ella. La presión un poco más y los músculos de las manos se estiraron tanto hasta causarle dolor.
-Oye, ¡genio!, ya suéltame.
-No, si te das cuenta eres tú quien me abraza a mí y no me oyes quejarme.
-Por un lado, es cierto, pero eres quien me obliga a abrazarte y, por el otro, mis brazos tienen un límite.
-Vaya que eres problemático.
-¿Alguna otra palabra que se te ocurra, genio?
- Tsk…caminemos .-Dicho esto la soltó, no sin antes darle un beso. Temari se dispuso a recoger los desechos en una bolsa y la manta en la canasta. El pasó la bolsa a Shikamaru y tomó la canasta con ella.
-La basura para mi…..igual que mi madre…..Mendokusai
-¿Es feliz tu padre?
-Eso dice él, yo digo que es un sometido.
-Carga la bolsa y vamos rápido que es tarde y tienes que madrugar.
-Es hereditario…Seremos dos sometidos en los Nara….Mendokusai…
Temari rió ante el comentario, aún más por la forma cansada en que él lo decía.
Caminaron por el sendero que daba a la calle, ya muerta. Era ya medianoche. Ibán de la mano. Temari lo notó absorto y quiso sacarlo de esos pensamientos. Acercó la mano a su cintura rodeándola.
-Kyaaaaaa Mi brazo
-En eso no pensaste cuando me abrasaste a mí. ¡Nordeste!
-Mendokusai…..
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Un tiempo para nosotros
Fanfic-Me enamoré de él siendo solo un niño y no pude evitar encontrarlo ahora, convertido en un hombre irresistible. Este es un fanfic Shikatema. Autora: Rose Hatake Nara