12. ¡Es mentira! ¿Es mentira?

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Cuando Shikamaru abrió los ojos ya había anochecido. Temari lo miraba con adoración mientras su cabeza descansaba sobre las firmes piernas de la kunoishi y sentía que los dedos se deslizaban delicados sobre su cabellera negra.

- ¿Cuándo me soltaste la coleta, mujer? -le dijo con la voz tan ronca que resultaba casi inentendible.

-Bien sabes que me gusta tu pelo suelto y me aproveché que dormías plácidamente para asaltarte, ja!

-Mendokusai...

- ¿Será siempre así?- le dijo mientras se bajaba un poco para poder entenderle mejor.

-Claro, siempre te permitiré soltar mi pelo sin molestarme. -el bromear para salir de situaciones difíciles se le estaba haciendo costumbre. Era mucho más fácil que enfrentarse a las preguntas de Temari.

-No me refiero a eso.

-Lo sé ¿Quieres saber si seremos siempre así, felices como ahora, verdad ?-Se atrevió a decir.

Temari tenía razón. La duda también lo había asaltado desde la primera vez que la hizo suya y se sintió completo.

-Te responderé en su momento. Pero creo, sin temor a equivocarme, que cada quien es responsable de su propia felicidad. Si te propones ser feliz lo logras y punto. Esto no quiere decir que no cueste esfuerzo –Respondió con firmeza para luego añadir- Mi preocupación es si estaremos comprometidos con esa meta. Yo lo estoy.

-Creo que te respondí ayer .

-¡Ja! Es cierto, pero me gusta escucharte decir que mueres por mí.

-Presuntuoso.

-Problemática

Shikamaru se levantó de su almohada temporal y le ofreció ambas manos a Temari para que se levantara. La alzó con fuerza y ​​en un segundo se encontró cuerpo a cuerpo contra él. Él sujetó las manos tras su espalda obligándola a abrazarse aún más.

Temari lo miraba atónita. Le sorprendió que ese hombre que para todos parecía tosco, pudiera cambiar tanto con ella. La presión un poco más y los músculos de las manos se estiraron tanto hasta causarle dolor.

-Oye, ¡genio!, ya suéltame.

-No, si te das cuenta eres tú quien me abraza a mí y no me oyes quejarme.

-Por un lado, es cierto, pero eres quien me obliga a abrazarte y, por el otro, mis brazos tienen un límite.

-Vaya que eres problemático.

-¿Alguna otra palabra que se te ocurra, genio?

- Tsk…caminemos .-Dicho esto la soltó, no sin antes darle un beso. Temari se dispuso a recoger los desechos en una bolsa y la manta en la canasta. El pasó la bolsa a Shikamaru y tomó la canasta con ella.

-La basura para mi…..igual que mi madre…..Mendokusai

-¿Es feliz tu padre?

-Eso dice él, yo digo que es un sometido.

-Carga la bolsa y vamos rápido que es tarde y tienes que madrugar.

-Es hereditario…Seremos dos sometidos en los Nara….Mendokusai…

Temari rió ante el comentario, aún más por la forma cansada en que él lo decía.

Caminaron por el sendero que daba a la calle, ya muerta. Era ya medianoche. Ibán de la mano. Temari lo notó absorto y quiso sacarlo de esos pensamientos. Acercó la mano a su cintura rodeándola.

-Kyaaaaaa Mi brazo

-En eso no pensaste cuando me abrasaste a mí. ¡Nordeste!

-Mendokusai…..

Un tiempo para nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora