-Sí es nuestro hijo –dijo Temari susurrando en el oído derecho de Shikamaru, asiéndose a su ropa por temor a lo que pasaría ahora.
Chouji e Ino miraron a sus padres Choza e Inoichi quienes miraban la escena con espanto. En el extremo derecho, Shikaku sostenía a su hijo por la espalda llorando, Shikamaru, a su vez, agarraba a Temari con su brazo derecho y ella le rodeaba el cuello con ambos brazos. Shikamaru tenía la mirada completamente perdida en un punto fijo; el cuerpo inerte de Nanjiroh Ibu.
Shikamaru había trabajado lo suficiente como para saber las consecuencias de sus actos. Pero ya lo había hecho. Había asesinado a sangre fría a un shinobi aliado por razones no valederas en el mundo ninja, las personales. Un ninja no puede sentir, ni mostrar sus sentimientos nunca y eso él lo sabía de sobra.
Bajo un manto de humo aparecieron dos shinobis ANBU delante de ellos. Shikaku levantó el rostro.
-¿Qué ha sucedido aquí? –dijeron al unísono ambos ninjas.
Silencio sepulcral.
-Parece que no nos han entendido, ¿Qué ha pasado aquí, ninjas?, deben darnos la información que tenga ahora.
-He asesinado a Ibu Nanjiroh de la Aldea de la Roca –soltó Shikamaru sin atreverse a dejar de mirar al fenecido.
-¿Motivos? –habló uno de los ANBU
-No los había.
Ambos ANBU se miraron a través de sus máscaras y asintieron.
-Entendemos que no quieras expresar razones con nosotros, pero sabrás que deberás acompañarnos –dijo el de la máscara redondeada acercándose a Shikamaru con intención de sostenerle. Temari se estrechó más contra él y Shikaku sostuvo el antebrazo del ANBU.
-¡No lo toques! Es mi hijo –dijo aún con los ojos enrojecidos, tratando de no mostrar la oleada de sentimientos que se desataban en su interior- yo lo entrego.
El ANBU retrocedió y se mantuvo de pie junto a su compañero. Debía mostrar respeto ante Shikaku Nara, líder del Clan Nara. Shikaku le tocó el hombro a Shikamaru en señal de que debían irse.
Shikamaru miró con ternura la mujer que sollozaba en sus brazos. La tomó delicadamente de los hombros para que le viera. Ella no levantaba la mirada.
-¡NO! –dijo cuando los sollozos se lo permitieron- no fue tu culpa, Shikamaru, no lo fue.
-Temari, debo irme –dijo aparentando tranquilidad.
-¡NO! – gritó ella desgarrando su alma- No...Kami...no me dejes ahora.
Shikamaru miró a Kankuro. Su mirada bastó para que el Ninja de la Arena entendiera. Tomó hilos conductores de chakra de su equipo y se los lanzó a Temari para sostenerla. Kankuro abrazó a su hermana y la giró hacia él para que no viera partir a Shikamaru.
-Vámonos –alcanzó a decir con voz profunda, tratando de mantener la ecuanimidad que le caracterizaba. "Un Ninja nunca muestra sus emociones...nunca". Shikamaru le hizo a Kankuro una inclinación de cabeza en agradecimiento. Sonrió a sus amigos que aún se mantenían en sus lugares sin atrever a moverse, elevó su mirada al cielo y miró las nubes. Seguían tan hermosas como esta mañana.
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-Papá, ¿que le pasará a Shikamaru? –dijo Ino tratando de encontrar consuelo en su padre.
Inoichi aún mantenía su mirada en su amigo Shikaku quien caminaba despacio junto a su hijo. Tan parecidos ambos, hasta en la forma de caminar. El mismo compás, la misma mano en el bolsillo, la misma actitud ligera ladeando la cabeza en el mismo ángulo ligeramente hacia la derecha.
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Un tiempo para nosotros
Fanfiction-Me enamoré de él siendo solo un niño y no pude evitar encontrarlo ahora, convertido en un hombre irresistible. Este es un fanfic Shikatema. Autora: Rose Hatake Nara