41 | Eras tú |

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Quería decir que estaba arrepentido por lo que había sucedido, pero no era así, aún con aquellos ojos claros observándolos, Jaemin se sentía incapaz de soltar la cintura de Jeno. Dios santo, necesitaba con ímpetu que Yaroslav los viera, quería que se diera cuenta de cómo esos besos no eran los típicos besos, necesitaba aferrarse a Jeno como un niño apretando su oso de peluche favorito y gritarle "iMío, mío, es todo y solo mío!"

Aquel hombre tomó una gran cantidad de aire antes de cerrar la puerta tras su espalda y caminar hacia él lentamente, la sonrisa surcando sus labios de manera tan poco real que cualquier persona con ojos funcionales se daría cuenta.

-Llegué 1 día antes para darte una sorpresa, pero ya veo que la sorpresa me la llevé yo... ¿No es lindo?

Stepanov soltó a Jaemin y colocó una mano en el hombro del otro.

-Puedo explicarlo. Yarik.

-"Puedo explicarlo", "no es lo que parece" - movió el hombro - no necesito de palabras vacías cariño, te acostaste con tu guarda espalda mientras yo no estaba... a veces es bueno quitarse las ganas follando a otros... ¿Se te olvida que soy de mente abierta? - miró a Jaemin de arriba hacia abajo - yo también me acostaría con él si pudiera.

-Si tu sexo es igual que el trío desastroso que me hiciste pasar, Shiryaev, puedo decirte que declino la oferta -caminó hacia la salida- me voy.

Jeno avanzó hacia Jaemin, pero la mano de Yaroslav se cerró alrededor de su muñeca izquierda marcando territorio. Esto no tenía que acabar así, en realidad su novio ni siquiera debería estar acá y mucho menos tener la personalidad para pararse frente a ellos y hacer como si todo estuviera bien.

-Jaemin, te olvidas que tu jornada laboral ni ha terminado, vives aquí.

El aludido se volteó hacia ellos, no quería quedarse a ver cómo terminaba esto, quizás se llevaba una sorpresa, tal vez Stepanov aclaraba las cosas y se sinceraba o, tal vez todo seguiría como siempre.
Cualquiera fuese el resultado, se sentía agotado, porque aquel momento tan propio de ambos donde pareciera que iba a recobrar la memoria, fue interrumpido por un intruso a sus vidas.

Quería consuelo, quería ser mimado y no le importaba que tan retorcido se sintiera.

-Yo soy su guarda espalda, no el del twink -como hablaban en coreano, el otro no podía entenderle, aunque la palabra "twink" sí fue bastante clara- ¿Para qué quiere que me quede? ¿Se pondrá los pantalones y asumirá la consecuencia de sus actos? ¿Conoce lo que es la responsabilidad afectiva?

-Jaemin... necesito unos segundos para procesar todo esto, por favor y después debo...

Esta vez, el muchacho empezó a hablar en ruso, como lo hacía ahora la mayor parte del tiempo, su mano seguía en la manilla de la puerta.

-No me explique nada, no lo necesito... no somos buenas personas, hicimos de todo y es mucho mejor esperar que una persona tenga el suficiente amor propio para reaccionar mal, llorar o al menos exigir respuestas, no haciéndonos creer que es mente abierta y acepta una infidelidad, porque eso es lo que hicimos- Yaroslav, tu novio te fue infiel conmigo - meneó la cabeza- me voy.

-¿A dónde? - Jeno retorció los dientes entre sí ¡¿Estaba renunciando?!

Jaemin solo lo observó unos segundos antes de cerrar definitivamente la puerta, un sonido que hizo eco en toda la primera planta de la casa, una sensación de abandono tan grande que solo deseaba salir tras él.

Yaroslav tragó saliva y se posicionó delante suyo con los ojos húmedos, esperando ¿Una respuesta? ¿La muestra de afecto que no había llegado? El hombre que le había dicho adiós hace días atrás no era el mismo que lo recibía, sus ojos no tenían ese brillo ni sus labios esa sonrisa perfecta.

La mascota del ruso | Nomin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora