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Lunes 6 de diciembre 2021, 2 días después, San Petersburgo, Rusia.

Jeno Stepanov había fallecido a la edad de 30 años como consecuencia de un accidente automovilístico mientras era acosado en su camino para salvar a su hermano. Pero también lo había hecho Gavrel Stepanov a la edad de 15, segundos después que su hermano mayor lo hiciera y no por una intención suicida, sino porque había sufrido un derrame cerebral en la sala de espera.

Como dos almas que no podían estar separadas la una a la otra, como el lazo sanguíneo más puro que alguien pudiese tener con otra persona.

La noticia no solo hizo explotar a la televisión rusa sino también a la televisión mundial, las redes sociales, los medios escritos, todos querían hablar sobre el tema y cómo las cosas se dieron de forma trágica. La descendencia de una de las familias más importantes había quedado hasta allí, porque Viktor no tuvo nietos.

La muerte de un hombre que solo quería proteger a su hermano y la muerte de este porque no podía vivir sin el otro. ¿Acaso no era trágico e injusto?

La comunidad LGBT+ era parte de los que más lloraban la situación.

La fortuna Jeno Stepanov lo
posicionaba en el número 10 de los hombres más ricos del mundo, dueño de distintos tipos de industrias, dueño del laboratorio creador de la vacuna Sputnik V, entre otras cosas, por lo que su muerte era causa de interés para la competencia y los enemigos.

Y era ese momento en el que John Suh debía estar en pie una vez más haciendo fuerza del gran amor que le tenía a los hermanos Stepanov, no solo para enfrentar a los medios y dar la lamentable noticia, sino para hacer justicia y lidiar con todo en cuanto a los negocios y, lo más importante, llevar un funeral doble.

Suh, aunque no quería que sucediera, se convirtió en el heredero de toda la fortuna amasada por años de aquella familia, porque en el testamento que Jeno fue muy enfático: en caso de su muerte, Gavrel pasaría a ser heredero legítimo de todo, sin embargo, si por alguna razón ambos hermanos no estaban vivos, quien se quedaba con toda la herencia sería John Jun Suh.

Sería algo de lo que se ocuparía en otro momento, porque su cabeza no era capaz de procesarlo todo, como ahora, en la que observaba a un grupo de 25 hombres vestidos formalmente en una sala de reuniones esperando a que hablase sobre la razón por la que los había citado.

Aquel hombre que se caracterizaba por ser un tiburón despiadado en el ámbito de la seguridad, ahora tenía un rostro más humano y sensible.

-Sé que citarlos en este momento ha sido un poco sorpresivo, sin embargo, como jefe de ustedes, no puedo no hacerlo -estaba parado, todos vestían de negro - si bien algunos entraron después y otros han sido desvinculados por manchar su trabajo, ustedes están aquí porque formaron parte del equipo de seguridad del señor Stepanov y su hermano, algunos se involucraron en misiones que pusieron en peligro su propia vida, pero si están aquí es porque son merecedores de haber trabajado para una familia tan importante y porque su historial es intachable... - bebió agua, quería mantenerse firme y ahorrarse las pocas lágrimas que le quedaban para otro momento-los últimos días han sido caóticos, ustedes estuvieron a la altura de ello... el día de hoy el señor Jeno Stepanov no está con nosotros y tampoco el señor Gavrel, y... a pesar de que me he convertido en el nuevo blanco, no lo voy a hacer, nunca fue de mi interés ser heredero, mi relación con esta familia ha sido de la lealtad mas profunda y porque no vinculamos desde infantes con el señor Stepanov, no por intereses económicos.

Los hombres lo miraban con respeto.

-Como no formaré parte de la cara visible de las industrias de la familia Stepanov, como estos hermanos partieron de este mundo... el cuerpo de hombres de seguridad terminará el día de hoy.

La mascota del ruso | Nomin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora