13 | Erótico |

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"Hubiese deseado probar esta boca por darme un beso que realmente querías".

Cerró los ojos por un momento mientras el pulgar de Jeno acariciaba sus labios, permitiéndose disfrutar solo un poco del momento, percibiendo su perfume y el olor del delicioso tabaco. Pero abrió un poco los párpados y con aquel cansancio de alguien aletargado, lo observó fijamente.

-¿Por un beso que realmente quería? - su voz sonaba más ronca si hablaba lento - ¿Para qué? ¿Eso es porque desea algo de mí o solo para alimentar a su ego?

-No hagas las cosas más difíciles -susurró, su mandíbula se sentía un poco temblorosa, pero su pulgar derecho seguía tocando su boca - "Malchik" (niño).

Jaemin miró hacia el costado y sonrió levemente. Si esto se trataba de una historia en la que había un público amante del género gay, probablemente creerían que él se lanzaría a sus brazos y lo besaría, para que sus diferencias se arreglaran. O que estaban destinados a estar juntos como un cuento de hadas, que él le entregaría su virginidad o algo similar.

Pero no, Jaemin estaba lejos de ser virgen o estúpido.

Sostuvo la mano del ruso y la corrió lentamente, pero no la soltó. Él no era el protagonista bobo, solo quería ser realista.

-No voy a decirlo una tercera vez, señor Stepanov, estoy parado y jodidamente me duele el abdomen - irguió sus hombros, había olvidado que estaba con el torso desnudo - le duele que haya apostado con el señor John y hubiese preferido que lo haya besado porque lo deseaba ¿Por qué?

-No me gusta que se rían de mí, eso es todo -gruñó.

-Voy a dejarlo en claro ahora, señor, me hizo firmar un contrato porque creyó que le falté el respeto, y lo hice -no, no rompería el acuerdo con John, prefería que siguiera creyendo lo de la apuesta- estoy cumpliendo con mi trabajo, pero a cambio usted está aquí traspasando los límites que pusimos... prefiero preguntarle directamente, porque se supone somos hombres adultos - bajó el tono de voz- ¿Le gusto o algo por el estilo?

Pensó que escucharía una risa o algo por el estilo, sin embargo, todo lo que Jeno hizo fue contener la respiración y mover el brazo para que el coreano soltara su muñeca, evitando el contacto y mirando hacia un costado.

-Si esa es su respuesta, deduzco que es un no, por lo que le voy a pedir que no me toque de esa manera otra vez. olvidaremos esto y seguiremos como si nunca hubiera pasado ¿Sí? - inclinó su cuerpo haciendo una leve reverencia - buenas noches, señor Stepanov.

El ruso lo vio caminando con leve dificultad y con un brazo sobre su abdomen, pero frunció el ceño al ver su espalda con unas cicatrices antiguas como si le hubieran proferido latigazos, mierda, no las había notado hace unos minutos.

Aunque eso dejó de ser importante cuando la puerta sonó y la suite quedó en un silencio absoluto, un silencio que daba paso a un sinfín de preguntas y cuestionamientos.

Jaemin no había desmentido lo de la apuesta y eso lo hacía sentirse herido. Pero había otro gran problema ¿Por qué no fue capaz de responder a su pregunta?


Porque quizás era incapaz de identificar las cosas y ponerles un nombre.

Por otra parte, el coreano observó su abdomen en el espejo e hizo una mueca, el rastro del golpe había disminuido un poco, aunque el dolor estaba allí, como un recordatorio de lo sucedido en el restaurante.

Se tendió en la cama y miró el techo con la poca iluminación que entraba por la ventana, pensando todo, desde la determinación de los disparos, la adrenalina de sujetar a delincuentes durante un asalto y la forma en la que su mente lo había ayudado para tener un plan en menos de unos minutos.

La mascota del ruso | Nomin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora