21 | Vulnerable |

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Sábado 28 de agosto 2021, al otro día

Si abría los ojos, la jaqueca, las náuseas y todo síntoma lo invadiría en una resaca del demonio, pero a medida que pasaban los minutos, sentía particularmente extraño que se sintiera tan cómodo como si el alcohol de anoche hubiera desaparecido.

Levantó sus párpados con lentitud, reconociendo de inmediato dónde se encontraba. La cama, las almohadas, las sábanas de calidad superior como ningún otro ser humano poseía, el aroma de las flores que estaban allá afuera plantadas en el patio, la suave briza que entraba por la ventana.

Se sentó sobre el colchón para mirar a su alrededor, esta era la habitación de la gran casa de los Stepanov, un lugar que había dejado hace 10 días para encontrarse a sí mismo ¿Por qué estaba aquí?

Recordó cuanto había bebido ayer para pasarlo bien, con todas las personas que había bailado, con todas las mujeres y hombres que había besado, el baile en la mesa, y luego... golpes, un disparo, mucho vómito, unos ojos negros, un abrazo de alguien que le resultaba familiar. Siguió su inspección por la habitación encontrándose con la persona que no había querido ver estos días, John Suh dormía profundamente en un berger de cuero café, con camiseta y pantalones deportivos. De inmediato se miró a sí mismo, estaba con pantalón corto y camiseta blanca, su cabello olía a champú.

Se enrojeció, no creía tener la capacidad de bañarse estando tan borracho. Dios ¡Ese hombre lo había hecho!

Cuando volvió la mirada el berger, vio los ojos aletargados de John dirigidos hacia su persona, unos ojos que tantas veces lo habían aterrado, pero que ahora lucían tranquilos.

-No abusé de ti si eso piensas -su acento ruso en una voz ronca por el sueño, erizó sus cabellos i¿Podía leer la mente?! - no podía meterte a tu cama todo vomitado, así que tuve que bañarte como a un "malen'kiy mal'chik" (niño pequeño) - se estiró completamente y luego enderezó el berger para quedar sentado, sus ojos seguían en el canadiense- supongo que olvidaste que me vomitaste encima también, como sea... si me ves aquí no es porque sea psicópata, simplemente temía que volvieras a vomitar y te ahogaras con ello.

Pudo ver como las mejillas de Mark se enrojecieron, y lo odio profundamente por eso, porque estando levemente despeinado, con sus ojos rasgados aún más rasgados y la confusión en su ser, lo hacían lucir inocente de toda la mierda que había provocado.

"Si estás acá de vuelta en la propiedad de los Stepanov, es porque lo considero como uno de los lugares más seguros de Rusia".

Y era cierto, con toda la inversión en seguridad y con John Suh liderando todo lo que tuviera que ver con ello, nadie se atrevería siquiera a mirar hacia esa propiedad sin salir herido. Quizás ni el presidente tenía tal protección.

No sabía qué decir, quería odiarlo por no respetar sus días fuera, pero quien sabe qué mierda le hubiera pasado si no fuese uno sino muchas personas los que se hubieran querido aprovechar de él, nadie podía asegurarle que alguno de los asistentes a ese club nocturno no fuera un homofóbico encubierto dispuesto a asesinarlos.

Cuando pasó la lengua por el costado de sus labios, sintió dolor y tembló, fue así que recordó que había ocultado su rostro por los golpes que tenía.

-Vamos a aclarar algunas cosas, primero, el club nocturno al que fuiste es de mi propiedad, esa es la razón por la que te encontré, no es como si anduviera tras tus pasos, segundo... quiero saber qué te pasó, se supone que eres realmente bueno con las maniobras físicas ¿Por qué te dejas pegar?

El canadiense jugó con los dedos de su mano mientras reunía valor para hablar.

-Le pedí al señor Stepanov la renuncia, pero él me pidió más tiempo, a cambio, me regaló dos semanas para mí mismo y que descubriera qué era lo que más deseaba -no era capaz de mirar los ojos negros de quien era ¿O fue? Su jefe - caminé, disfruté de cosas simples, me reí, fui seguido a ese club nocturno porque era el único lugar donde alguien como yo podía mezclarse de forma segura con otras personas... bebí demasiado, derroché dinero, tuve sexo, sí, seguro, pero lo tuve para sentirse querido y deseado -cuando miró a John, este no tenía ni una sola expresión en su rostro - hice todo lo que no podemos hacer mientras estamos trabajando ya sea para la policía o con usted.

La mascota del ruso | Nomin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora