Estaba secando su cabello con una toalla cuando Jeno apareció haciendo lo mismo mientras salía del baño de su habitación, luciendo relajado y normal como cualquier mortal y no como un hombre tan alto renombre.
Desvió inmediatamente la mirada al suelo para evitar que se diera cuenta lo mucho que se estaba sonrojando ¡¿Pero qué mierda?! En el pasado él solo había tenido sus encuentros casuales, llegando al orgasmo y un par de palabras mientras bebía algo, fumaba o se veía del lugar acordado, pero no se sentía nervioso o algo por el estilo.
Quizás se debía a que como se ducharon juntos, tuvo el tiempo para contemplar la figura esbelta del mayor, su espalda ancha que terminaba en un lindo trasero blanco respingón, ni muy delgado ni musculoso, solo en la medida perfecta para ser considerado un modelo, en la medida perfecta para enterrar sus dientes en alguna nalga y de alguna u otra manera terminaron teniendo sexo contra la pared de vidrio hasta que ambos se corrieran.
¿Cuántos podían decir que habían jodido el hermoso culo de Stepanov? ¡Nadie!
Sin embargo, estando totalmente saciados del sexo, se sentía como si los roles volvieran a la normalidad.
-¿Qué explicaciones me debe señor?
El ruso se acostó en la cama con las manos y brazos bajo la nuca, mirando el techo buscando algo en sus pensamientos.
-Bebí whiskey porque no podía soportar la idea que tuve ganas de tener sexo con un hombre -frunció el ceño- peor aún, que alguien metió su pene en mí ¿Sabes lo aberrante que eso sonaría en Rusia?
-Comprendo- Y lo hacía, eran cosas de ideas arraigadas en la cultura del país donde crecía- cree que el mundo perdería el respeto a su persona.
Asintió.
-Pero también culpa... culpa de tener este tipo de pensamiento cuando mi hermano es transgénero y debo luchar por él, no puedo pensar así si quiero que crezca en un mundo mejor -suspiró y miró hacia el lado, Jaemin estaba atento abrazando una almohada- y también culpa por otras cosas que no vienen al caso.
El único hombre que había remecido sus raíces, aún sin conocer su rostro o su voz, era "Spiderman", y de alguna manera sentía que lo estaba engañando sintiendo atracción por otra persona, porque guardó la esperanza por muchos años de encontrar un camino en la magia para poder conocerlo y hacerlo suyo de todas las maneras posibles. Sin embargo, rompió el hechizo hace 10 años y él no podía quedarse pegado en cosas sin resolver.
Jaemin entrecerró los ojos, reconocía el tipo de sentimiento que surcaban en los otros, como si añorara algo.
Después de unos segundos donde cada uno pensaba en sus propios asuntos, el ruso se acostó de lado, apoyando la cabeza en un codo y la yema de los dedos de la mano rozando la piel del brazo izquierdo de Jaemin.
-Te voy a contar esto, pidiendo la máxima discreción del mundo y de alguna manera en forma de agradecimiento por salvarme el culo en esa conferencia -mordió sus mejillas por dentro un momento, algo dubitativo, antes de continuar - la razón del por qué tengo un profundo odio hacia el cuerpo policial coreano.
Y Jaemin sabía que estas palabras no podía tomarlas a la ligera, porque Mark había insistido que era algo doloroso para él, una situación que de alguna manera involucraba al canadiense, a Donghyuck y más aún a Gavrel, algo que no se había atrevido a decirle por desconfiar de su persona. Si estaba ocurriendo esto era porque realmente algo había cambiado y no podía desperdiciarlo.
-Hace 2 años más o menos, mi hermano desapareció cuando iba a la escuela con nuestro chofer privado. La llamada llegó cuando estaba en mi oficina con voces distorsionadas, al principio no querían solicitar dinero, solo me decían que debía despedirme porque no "la volvería a ver" -su labio inferior tembló- así fue durante muchos días, un proceso agónico que fue seguido por toda la televisión rusa y varias cadenas europeas, un proceso en el que no hubo un padre presente.
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La mascota del ruso | Nomin |
Fiksi PenggemarEl día que un regalo llegó a sus manos, Jeno supo que las cosas cambiarían para siempre ¿Quién pensaría que podía comunicarse con otra persona a través de una hoja? Lo único que sabía era su género, pero no conocía su voz, ni su rostro, mucho menos...