17 | Un regalo de cumpleaños |

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Después de cortar la llamada, Jeno salió del baño y caminó de vuelta hacia la mesa donde se encontraba Ekaterina y Gavrel, quienes al ver su semblante supieron que no parecía haber buenas noticias.

-¿Qué pasó, cariño? - la rusa estiró la mano para acariciar el dorso de la suya.

Aunque aceptó el gesto íntimo porque estaba acostumbrado a ello, no contestó su pregunta, sus ojos estaban perdidos en el plato de comida recordando las palabras de John  y ese tono casi malicioso para decirle que podía imaginar todo tipo de escenarios.
Pero, por otra parte, había algo similar a la culpa que no podía dejarlo tranquilo.

-Es el cumpleaños de Jaemin - su mirada estaba dirigida a su hermano - ¿Lo sabías?

-i¿Qué?! - apretó las servilletas con ambas manos- ¡¿Cómo es eso posible?! Y... ¡Y nadie lo ha saludado! ¡¿Qué clase de personas somos?! - hizo el intento de pararse del asiento, pero Jeno negó lentamente con el rostro - ¿P-Por qué?

-Está con otra persona, no creo que vuelva a casa- Gavrel sostuvo su vaso de refresco y bebió rápidamente, sintiendo que se le abría un agujero en el pecho. Habían almorzado, habían hecho otras cosas como cualquier otro día mientras él decidió no decir nada sobre un día que debía ser especial.

No pudo evitar que sus ojos se humedecieran, Na Jaemin era realmente importante para él ¿Cómo pudo pagarle, ignorando su cumpleaños? ¿Por qué no lo había compartido con los demás?

Dejó las palmas sobre la superficie de la mesa, dirigiéndose al mayor de forma decidida. Necesitaban armar un plan.

[ ... ]

Juntos bajaron hacia otro salón donde la pista de baile estaba presente, un poco atiborrada con personas que estaban felices moliendo sus cuerpos unos con otros, la música con un gran bajo haciendo vibrar sus pechos, una actividad nada diferente de otro club nocturno, excepto por una cosa, el espacio físico era mucho más hermoso que cualquier otro.

John se acercó a la barra para pedir un vodka frambuesa para él y un vaso de soda para el menor, mientras este se sentaba en un taburete con una sonrisa de labios sellados.

-iNo puedo creer que me autorice todo el tiempo que lo desee señor Suh! - habló fuerte, la música no dejaba escuchar lo suficiente- me meteré en problemas con el señor Stepanov.

-No me hables como tu jefe, no por el día de hoy suspiró - y créeme, no te meterás en problemas, tómalo como un regalo de parte nuestra.

Jaemin movía la cabeza al ritmo de la música sin quitarle los ojos de encima a John, no quería pensar en estereotipos, realmente no quería hacerlo, pero fue inevitable pensar en el hecho de que, si la gente se dejara guiar por ellos, nadie creería que el ruso era homosexual porque no tenía indicios en su voz y se vestía como "un hombre normal"

En este mundo, a las personas le gustaba hacer un paralelo entre "lo normal" y lo que no.

Recibieron sus vasos y miraron hacia la pista, el menor sonrió.

-Terminando esto, iré a bailar - lo miró de reojo- ¿Usted también lo hará?

-Puedes tomarlo como que soy un hombre con la manía de controlar la seguridad o como que tengo dos pies izquierdos, pero ve - levantó el vodka con una sonrisa- suerte en tu cacería, campeón.

Después de terminar el refresco, Jaemin se desplazó a la pista de baile y se mezcló con la gente, asombrado del único Drag Queen sobre el escenario, también miró a otro lado donde dos mujeres se besaban con ternura como si se tratara de una primera cita. Le gustaba la libertad que generaba el club nocturno.

La mascota del ruso | Nomin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora