Capítulo VIII

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Ese celo que padeció Vegeta dio una sola como resultado.

Bulma estaba en espera.

—¡¿Qué?! ¡Sólo fue una ronda! ¡Una sola!

—Así funciona mi aparato reproductor, vas a disculparme, mono idiota.

—¡El insulto está de gratis! ¡Te dije que no entraras ese día y era por una buena razón, que no pasara esto!

—¿Yo cómo iba a saber que estabas en celo? Es una cosa que sinceramente creí imposible en alguien aparentemente humano.

—¡Pues no soy un terrícola, soy un Saiyan, y no cualquier saiyan, soy el príncipe! ¡Y cuando alguien te dice que no invadas su espacio es por algo! ¡Para no terminar así o peor! Y encima de todo, llamaste a Kakaroto después, no sabes la pena que me hiciste pasar al tener que admitir todo esto.

—No hacía falta que se lo dijeras todo.

—Sí hacía falta, porque al ser saiyan, también le afectó al cabeza hueca.

—Bueno, ese no es el punto. El punto es que estoy embarazada y es evidentemente tuyo.

—No tiene porqué serlo, tu novio debilucho seguro tiene algo que ver.

—Hace tiempo que dejamos de ser novios... antes de que te pusieras en modo mono loco. Así que no hay ninguna duda, es tuyo.

—Ya, ¿Y qué pretendes que haga con saberlo? Yo no soy el embarazado, si no tú.

—Sí, yo soy la embarazada, pero tú lamentablemente eres el horroroso padre de la criaturita y tienes que hacerte responsable.

Vegeta arqueó una ceja.

—Ajá... ¿Y cómo precisamente? En Vegeta Sei, los saiyans mantenían a salvo a sus familias protegiendo sus heredades... pero tú no eres parte de mi familia... y tampoco estamos en mi planeta.

—No me importa. Yo quiero que lo hagas como un hombre de la Tierra, aceptar lo que pasó, aceptar al bebé y ser alguien atento tanto conmigo, como con el desarrollo del niño y luego, cuando ya haya nacido.

—¿Sabes qué? Tengo una mejor idea...—se levanta y va hacia la puerta de su habitación, abriéndola—Vete.

—¡¿Qué?!

—Tengo que pensar en todo esto y estando tú aquí no puedo. Adiós.

—Bien, espero elijas lo mejor... para ti. Y no es un deseo que alimente tu ego, sino una amenaza—Se levanta de la cama y sale de allí, claramente enojada.

—Por todos los cielos, me volveré loco con cada cosa que me pasa en este planeta.

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Mientras tanto en las montañas.

Alguien parecía un poco perdido en sus pensamientos.

Milk y Gohan lo veían desde la sala, Goku estaba en el comedor, sentado en una de las sillas, sus brazos le servían de apoyo para su cabeza.

Había estado así por varios días, cosa que preocupaba un poco a la pelinegra y al híbrido.

Bueno, qué digo un poco, en realidad estaban muy preocupados, pues que él estuviera así de ido no era normal.

—Vegeta...—Susurró en un suspiro.

¿Por qué siempre lo nombra? No comprendo...

Milk ya se había dado cuenta de que Vegeta siempre estaba en el pensamiento de su marido. Lo que no sabía era el porqué.

Entendía perfectamente que Goku era de aceptar rápido a las personas, pero de extrañarlas tanto como extrañaba a Vegeta era raro.

Además de que en los últimos días se había estado comportando algo distante con ella. Incluso podía decir que trataba de evitar hablar mucho.

Ya había pasado tiempo desde que dejó de ir a corporación cápsula. Quizás ya varios meses.

Tal vez por eso estaba extrañando tanto al otro saiyan, ¿no? Por no verlo durante mucho tiempo.

Pero Goku sabía la verdad sobre todo eso.

Y sabía que estaba siendo indiscreto, pero cada latido le decía que haga lo que venía haciendo desde hace días, pensar en él, nombrarlo y extrañarlo.

Su corazón latía con fuerza y sus pensamientos giraban en torno a él.

Estaba confundido, pero le gustaba la sensación de calidez que le daba.

Dio un suspiro otra vez, ahora mostrando una sonrisa en sus labios.

Le gustaba estar con él, entrenar juntos, almorzar a veces juntos, así, aprovechando para ver una expresión más relajada en su rostro, con esa pequeña sonrisa que halagó anteriormente.

No descifraba el porqué, pero al sentirse bien, no le preocupaba mucho, por ahora...

Pero en todo lo bueno siempre hay algo de malo.

Vegeta era quien le había pedido que no lo visite más, cosa que de pensarlo, dolía. Pero este quizás tenía sus razones para alejarlo parcialmente, después de todo, se verían, pues Bulma seguía siendo su amiga y se visitarían.

Y eso le daba una pequeña esperanza.

—Papá ha estado muy raro—Susurra.

—Tu padre siempre se comporta raro, pero ha estado mucho más de lo normal—Habla de la misma forma.

—Pareciera que... le agarró cariño a Vegeta.

—También lo notaste. Mmh... hay muchas cosas que no me cuadran ahora.

—Yo tampoco entiendo muchas cosas... sólo sé que extraña a Vegeta.

—Yo no le he prohibido que vaya, él se ha quedado aquí porque él ha querido. Y yo que creí que ya era un esposo tradicional.

—Papá nunca será alguien tradicional, papá lleva sangre saiyan y por eso es diferente.

—Tú también la tienes y eres un buen niño.

—Porque sólo es la mitad. Tengo sangre humana también, además, papá vivió solo mucho tiempo, ¿no es así?

—Sí, su abuelito murió cuando él tenía casi tu edad. Mi pobre Goku.

Milk preocupada por Goku, quien ni se daba cuenta de que ella lo estaba observando y ya se había dado cuenta de que actuaba de forma distinta.

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"Insecto" 《Goku x Vegeta》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora