5. Que te den

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No paraba de pensar en lo que dijo Carlos, se pasó de la raya, no tenía ningun derecho a decirme lo que me dijo y menos sin conocerme, lo mismo que la pija de su novia.

Entró mi madre a mi habitación a preguntarme.

-Miriam, ¿Cómo estás?-. Preguntó sentándose en mi cama.

-Podrias haberme defendido mamá, soy tu hija-. Le dije enfadada.

-Estaba entre la espada y la pared hija, aunque en el fondo, tienen razón-.

Me quedé un poco en shock al escuchar a mi madre decir eso.

-¿Por qué no puedo ser feliz?-. Le pregunté a mi madre llorando.
-Cobro 1500 € netos y me gusta mi trabajo, no puedo pedir más-.

-Lo se hija, pero no sé por qué no has seguido estudiando lo de psicología, te gustaba-.

-Por que quería ayudarte en casa, no ha sido fácil desde que murió papá-.

-Lo sé hija, pero aún estás a tiempo, piénsatelo ¿Vale? Ahora mismo, por suerte, ya no hace falta que lo hagas por mí, empieza ya a mirar por tí-. Me dijo dándome un beso en la frente.

Estuvimos un rato hablando y se fue con Ricardo hacia el salón.

Llamé a Lucía por teléfono para contarle todo lo sucedido en la comida con Carlos y Martina.

-¿Enserio? A ella se le veía muy tonta cuando vinieron al teatro, pero de él no me lo esperaba para nada-. Me dijo Lucía.

-Me hicieron replantearme mi vida, Marcos no habló, no me defendió y me dolió mucho-.

-Marcos siempre ha sido un mierdas, Miriam, nunca ha sacado la cara por tí-.

Me di cuenta que Lucía tenía razón, Marcos siempre había mirado por él mismo más que por mí.

-El sábado es tu cumpleaños ¿lo celebramos el viernes? Ya que tenemos dos semanas de vacaciones podríamos aprovechar con los amigos-. Me dijo Lucía.

-Claro, iremos a cenar, hablaré con Marcos que se venga-.

Hablamos de los planes del viernes y colgamos el teléfono.

De pronto, me sonó el móvil y vi que tenía una petición de amistad de alguien conocido.

-¿Carlos?-. Dije al ver que era mi odioso hermanastro.

Decidí aceptarlo, al fin y al cabo, somos medio familia.

Empezó a darle me gusta a mis fotos y yo decidí ignorarlo, me dolió lo que dijeron él y su novia sobre mí.

Salí de mi habitación y me dispuse a ducharme, tenía que irme a trabajar y como siempre, Marcos vendría con su moto a por mí.

Me fui de casa hacia el metro, menos mal que lo tenía a cinco minutos de mi casa.

Cuando llegué al trabajo me coloqué con mis compañeros para empezar a recibir a los clientes y mientras lo hacía, no paraba de pensar en lo que me dijeron Carlos y Martina.

Los clientes se acomodaron y nosotros pudimos descansar.

Cuando acabé de trabajar, ahí estaba Marcos, fui a darle un beso y me puso la cara.

-¿Va todo bien, Marcos?-. Pregunté extrañada.

-Ven, sube, vamos a ir a hablar-. Me dijo un poco serio.

Me subí a la moto y me llevó a un pequeño descampado cerca de mi casa.

Bajamos de la moto y se puso enfrente de mí con cara de nos saber que decir.

-A ver Miriam, no se cómo decirte esto-. Me dijo.

Creo que me podía imaginar lo que iba a decirme.

-¿Qué pasa Marcos?-.

-Verás, he conocido a alguien-.

-¿Cómo?-. Pregunté mientras los ojos se me empezaban a llenar de lágrimas.

-Es una compañera de la universidad, llevamos varias semanas quedando y conociéndonos, me he enamorado de ella-.

-¿Llevas quedando con ella mientras seguías conmigo?-. Le dije dolida.

-Basicamente si, no me he acostado aún con ella, sólo nos hemos liado-. Me dijo.

-¿Qué quieres un pin por eso?-.

-Sé que estás molesta, solo quería decírtelo, quiero estar con ella, se llama Sonia, así que la relación que tenemos tú y yo se acabará hoy y ahora-.

-¿Sabes que, Marcos? Qué te den, yo valgo más de lo que te imaginas-. Le dije mientras lloraba.

Me di media vuelta y me fui a mi casa mientras lloraba sin parar y pude escuchar como Marcos se subía a su moto y se iba.

Se me cayó el mundo, estuve con Marcos dos años de mi vida y los ha echado a perder por una chica que aspira también a ser arquitecta como él.

Cuando llegué a mi casa llorando me metí en mi habitación y entró mi madre a preguntarme.

-¿Qué ha pasado hija?-.

-Marcos ha roto conmigo, se ha enamorado de otra chica de la universidad-. Le dije llorando.

En ese momento mi madre me abrazó.

-Se arrepentirá hija, no te preocupes, tú vales mucho, eso nadie lo puede negar, volverá-. Me dijo.

-Aunque me busque, no pienso volver mamá-.

-Tranquila hija-. Dijo mi madre abrazándome.

Al rato mi madre se fue con Ricardo a ver la tele y llamé a Lucía para contárselo.

Decidimos vernos el martes siguiente a tomar algo por la noche con el resto de los compañeros después de trabajar, querían ayudarme a despejar mis ideas, estaba hundida por lo sucedido con Marcos.

Esa noche no paré de llorar, me preguntaba que hice mal con Marcos y mientras intentaba dormir, recibí un mensaje en el Facebook de Carlos.

-Hola hermanita-.

Tal cual lo leí, cerré el Facebook, no quise responderle, pero aún así, cuando lo leí, pequeños escalofríos recorrieron mi cuerpo encontrándose en la punta de mis dedos con la tentación de responderle a ese mensaje, la verdad, físicamente me atraía, no lo podía negar.

Cuando miré el WhatsApp, pude comprobar que Marcos me había bloqueado, supongo que no quería que le molestara en su nueva relación.

Pensaba en como iba a cambiar mi vida, desde aquel instante en que Marcos me dio puerta, espero ser fuerte y superarlo pronto.





Te odio hermanitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora