Esa noche llegué a mi casa, Carlos no llegó detrás de mí.
Cuando abrí la puerta mi madre y Ricardo vinieron corriendo hacia mí.
-Hija, ¿Dónde estabas? Creíamos que te había pasado algo-. Dijo mi madre preocupada.
-Lo siento, mamá, solo necesitaba un poco de tiempo para mí-.
-Otra vez avísanos, estábamos muy preocupados- Dijo Ricardo.
-Voy a acostarme-.
-¿Dónde está Carlos?-. Preguntó Ricardo.
-He visto que venía buscándome, hablamos un rato y me vine a casa, él ya no se dónde está-. Le dije a Ricardo.
Fui directa a mi habitación a ponerme el pijama, mientras me lo ponía me puse a llorar y escuché la puerta de casa abrirse, entonces oí a Carlos entrar y también escuché como iba Ricardo a hablar con él, sospechaba que pasaba algo entre su hijo y yo.
Desde lejos escuché a Carlos llorar, me dolía, pero a mí también está situación, lo quería.
...
Cuando me levanté al día siguiente, ya era viernes, se supone que iríamos al cine, pero como estaba la situación, prefería que no. No paré de llorar en toda la noche y Ricardo se dio cuenta cuando me vio.
-Buenos días, Ricardo-. Dije con voz triste.
-Buenos días Miriam ¿Cómo estás?-. Me preguntó.
Rompí a llorar.
-Ricardo, no puedo con esta situación, no puedo pedirle que deje a Martina, eso tiene que ser él mismo, le quiero muchísimo, pero creo que tiene dudas-. Le dije.
-Sé que lo quieres, él también te quiere, más de lo que te imaginas, la situación con Martina le está matando, quiere dejarla, ayer estuvo llorando, le puede todo esto, le duele el hacerte daño, pero a Martina tampoco quiere hacerle daño y más sabiendo que ya tiene el traje de novia, quiere dejarla, quiere centrarse en tí, dale tiempo-. Dijo Ricardo.
Asentí con la cabeza.
-Además, ¿hoy no queríais ir al cine? Aprovechad, conoceros más, enamoraos más de lo que ya estáis, hazme caso, es un consejo de este pobre viejo-.
-Gracias Ricardo-. Dije algo más animada.
Eran las 10:30h y decidí vestirme y maquillarme, fui camino hacia el banco para ver a Carlos, sabía que a las 11:00h paraba a almorzar.
Llegué a la puerta y me puse nerviosa antes de entrar, quería hablar con él, abrí la puerta del banco y él estaba atendiendo a un cliente en la mesa cuando me vio entrar, se le iluminó la cara.
Le miré fijamente y le saludé con la mano tímidamente.
Estuvo con el cliente y cuando lo atendió se levantó y vino hacía a mí.
-Hola preciosa, voy a parar a almorzar, vamos al bar que está aquí al lado y nos tomamos algo-. Me dijo dándome un beso en la mejilla.
Asentí con la cabeza y esperé a que cogiera sus cosas.
-Ya estoy aquí, vamos-. Dijo Carlos cogiéndome de la cintura.
Fuimos al bar y nos sentamos uno enfrente del otro.
-¿El cine sigue en pie?-. Pregunté.
-¿Quieres ir?-. Preguntó sorprendido.
-Nada me gustaría más que ir con mi hermanita al cine-. Me dijo.
Le sonreí y él me cogió de la mano.
-Siento lo que pasó ayer, siento que tuvieras que escuchar eso-. Me dijo.
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Te odio hermanito
RomanceMiriam era una chica de 25 años, vivía en Madrid con su madre, una mujer viuda desde hace 8 años. Miriam tenía trabajo, era azafata del teatro Lope de Vega desde hace 5 años, aún no quería independizarse de su casa, tenía novio, Marcos, se querían m...