6. No eres como creía.

34 3 0
                                    

Ya era martes, me levanté de la cama sin ganas, realmente me afectó lo de Marcos, llevaba tres días sin comer, tenía el estómago completamente cerrado.

Fui a tomarme el café y miré el móvil, tenía otro mensaje de Carlos en el Facebook.

-No me respondes eh, hermanita, muy mal-.

Al final opté por responder, pero ya por pesado.

-¿Y por qué va a responder esta niñata malcriada a tu mensaje?-.

Se lo mandé y esperé que me respondiera, no se demoró mucho.

-Porque soy tu hermano mayor y como tal me debes respeto jaja-.

Sonreí mientras le volvía a responder.

-¿Tú no deberías de estar trabajando, hermanito?-.

Le contesté mientras bebía mi sorbo de café. A los cinco minutos me respondió.

-En ello estoy hermanita-.

Al final ya dejé de contestarle y me puse a hacer mis cosas. Mi madre y Ricardo salieron a comprar y yo ya estaba un poco más animada al hablar con Carlos, aunque fuera un poco. Me puse a hacer la comida, hoy me apetecían macarrones con queso, así que los prepare para cuando vinieran mi madre y Ricardo comer.

Cuando vinieron, empezamos a comer y descansé un poco antes de empezar a arreglarme para trabajar, me preparé ropa aparte para poder salir, cogí un pantalón vaquero apretado con un gran cinturón, un top de manga corta por la altura del ombligo de color negro con encaje.

Salí de casa, me subí a mi coche y me quedé un rato pensando en Marcos, hacía tiempo que no me iba a trabajar con mi coche, siempre me recogía él.

Arranqué y me fui hacia el teatro, los trabajadores teníamos Parking privado subterráneo en el mismo teatro.
Salí del coche y me llamó Lucía.

-Miriam-. Vino corriendo mientras me abrazaba y yo me rompí a llorar.
-Marcos no te merece, tú vales mucho más que él-. Dijo Lucía abrazándome.

-¿Qué he hecho yo para que me cambie por otra?-. Le pregunté llorando.

-Nada, es él que es un capullo, mereces a alguien que te quiera de verdad-.

-Creía que Marcos me quería-. Decía llorando.

-Ahora ya has visto que no, así que olvídalo, vamos a trabajar y luego nos vamos todos de copas, mereces ser feliz amiga-.

En ese momento me calmé, volví a abrazar a mi amiga y ya nos metimos a trabajar, cuando entre todos en piña vinieron a abrazarme, me sentía afortunada de tener los amigos que tenía.

Al finalizar la jornada laboral, nos cambiamos de ropa y salimos hacia un Pub que estaba en un pueblo a media hora de Madrid capital. Había que ir por la zona de bosque para entrar al pueblo, pero para nosotros era uno de los mejores Pubs que habían en todo Madrid.

Una vez allí, nos pedimos bebidas y empezamos con el cachondeo, no dejaban de hacerme reír, pude desahogarme con el tema Marcos y de vez en cuando hablaba de Carlos, eran los mejores amigos del mundo.
Estuvimos de risas hasta que se hicieron la 1:00h, entonces ya era tarde y la gente empezó a irse a casa. Yo estaba cansada ya, así que decidí irme también.

-Bueno chicos, yo me voy también, nos vemos mañana en el trabajo y gracias por esto chicos, me habéis ayudado mucho-.

Nos despedimos, me fui hacia mí coche, lo arranqué y puse rumbo hacia mi casa, me metí de nuevo en el bosque y cogí un pequeño atajo, siempre lo hacía, me ahorraba diez minutos de conducción.

Te odio hermanitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora