23. Estoy bien.

13 3 0
                                    

No podía creerme lo que acababa de ver, estaba embarazada de Carlos y Martina también.

Enseguida, cogí el teléfono y llamé a Lucía.

-Hola Miriam, dime-.

-Es positivo-. Le dije llorando.

-¿QUÉ? ¡Voy a ser tía! ¿Vas a decírselo a Carlos?-. Preguntó.

-No, no quiero meterle más marrones, bastante tiene con Martina-.

-Bueno, Miriam, él te dijo que ojalá hubieras sido tú la que le dijeras que estás embarazada-. Dijo Lucía.

-Si, pero en caso de no haberlo estado Martina, ahora es diferente, si se lo digo ahora, va a ser un problema para él, lo voy a poner entre la espada y la pared-.

-Ya si, tienes razón ¿Y qué vas a hacer entonces? ¿Vas a continuar con el embarazo?-. Preguntó.

-Hombre, mi idea es continuar, no me gustaría quitármelo, pero cuando se entere mi madre y más aún que es de Carlos, puede liarse mucho-. Le dije.

-¿Y cuando se te empiece a notar, que vas a hacer? Sabes que Carlos se acabará enterando, eso es inevitable-. Me dijo.

Yo sabía que era un error ocultárselo a Carlos, pero no quería darle más responsabilidades, demasiado tenía con Martina y el nuevo bebé que tendrían.

-Le diré que no es suyo, por mucho que me duela, de todos modos, pueden pasar muchas cosas Lucía, acabo de enterarme que estoy embarazada, entonces ahora solo queda esperar a ver cómo avanza todo y ya decidir-.

-Bueno, ¿lo de mañana al final qué?-. Preguntó Lucía.

-Iré a cenar, pero de fiesta no, ahora no quiero poner en riesgo esto-. Le dije.

-Entonces ya se acabó el alcohol, Miriam-. Dijo Lucía riéndose mientras se acordaba de la última vez que bebí con ellos, que tuvieron que llamar a Carlos.

-Lo sé, cabrona-. Respondí riéndome.

Hablamos un rato más y colgamos, me guardé el test en el bolso y salí ha desayunar.

-Buenos días, Ricardo-. Le dije sentándome enfrente suya, como todos los días.

-Buenos días, hijastra ¿Todo bien? Tienes mala cara-.

-Si, me he levantado un poco con el estómago revuelto-.

-Ha llamado Carlos, vienen hoy a cenar Martina y él-. Dijo Ricardo.

Yo miré a Ricardo seria, no me hacía gracia que viniera Martina.
Hoy tenía libre en el trabajo, así que estaría aquí para cuando vinieran.

-A mí tampoco me hace gracia que venga ella, esque sigo sin entender que le vio Carlos a Martina, pero bueno, siempre hay un roto para un descosido, es guapa la chica, pero demasiado prepotente-. Me dijo.

Asentí con la cabeza.

-Ricardo, no me encuentro bien, voy a tumbarme en la cama-. Le dije levantándome.

-¿Necesitas que te lleve algo? ¿Una pastilla o algo así?-.

-No no, que va, solo necesito tumbarme y descansar-.

-Está bien, si necesitas algo me lo dices-. Dijo Ricardo.

-De acuerdo, gracias-.

Me fui a mi cama y me tumbé, estaba un poco mareada.

Al cabo del rato, Ricardo empezó a hacer la comida y estaba friendo carne, entonces, al darme la olor, me entraron arcadas y tuve que ir a vomitar.

-Creo que lo voy a pasar realmente mal-. Me dije a mí misma.

Te odio hermanitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora